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viernes, 8 de julio de 2022

Panillo orígenes maternos y Centro Budista DAG SHANG KAGYU

Años antes de que se estableciera el Centro Budista DAG SHANG KAGYU, (DSK), Panillo era ya una población de referencia en mi familia.  Allí nació en 1893 mi abuelo materno José Clavería Araguas.

En Panillo vivió hasta que se casó con mi abuela materna, Antonia Chesa Armisén y se trasladó a vivir a Graus, donde formó su familía y vivió hasta su fallecimiento en 1977.

Paramos a tomar un refresco en El Molino de Panillo, el único bar del pueblo, con una terraza con buenas vistas y  unas sillas que la decoran que trajeron a mi memoria las que había en la casa de mis abuelos en Graus.  

La Casa Cortina de Panillo,  donde nació mi abuelo, nunca llegúe a visitarla por dentro.

Fue en diciembre de 1984 cuando Kyabje Kalu Rinponche dió su bendición para que unos terrenos cercanos a Panillo se convirtieran en un centro de práctica, divulgación y estudio del budismo Vajrayana.

DAG SHANG KAGYU (DSK) está dedicado a la enseñanza, el estudio y la práctica de diferentes escuelas del budismo tibetano.

El recinto dispone de un Templo, estupas, un albergue y diversas instalaciones que permiten diferentes prácticas de Dharma, desde la divulgativa a la más profunda, que requieren retiros de pocos días o meses, hasta retiros de tres años, tres meses y tres días.

Vista de la entrada general de acceso a la estupa grande y dos estatuas-fuentes de Guru Rinpoché y Tara

Detalle de uno de los 108 molinillos de oraciones

Molinillos de oraciones para la estupa grande

Vista de la parte posterior de la estupa grande

 Estatua del yogi Milarepa

 

Vista de algunas de las 108 estupas pequeñas que se ha ido construyendo a lo largo de la historia del DAG SHANG KAGYU (DSK)

Interior de la casita para ofrendas de luz

Espacio de silencio junto al Buda reclinado

Texto y fotografías:Pilar Vidal Clavería

Panillo, Huesca 

julio,  2022

  Las informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado.



domingo, 22 de febrero de 2015

Mustard y las semillas de la mostaza

Este fin de semana el módulo del Máster de Counseling Intergrativo-Relacional de Duelo y Pérdidas, ha tratado de Espiritualidad y Duelo y ha sido magníficamente impartido por Clara Gomis.  Al final de la mañana de hoy Clara nos ha relatado una historia donde la aparición de las semillas de la mostaza, me han llevado al recuerdo de Mustard, la mostaza, una de las 38 Flores de Bach.

La definición que nos dejó Edward Bach para esta esencia es:

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o, incluso desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi imposible mostrarse feliz o alegre.

Los doce curadores y otros remedios
E. Bach, 1936 


Palabras claves para decidir que Mustard puede colaborar en nuestro bienestar emocional son:

Tristeza y desánimo profundos, melancolía, desánimo, abatimiento, que pueden aparecer de repente sin una causa inmediata o aparente y que en cambio pueden tener relación con aspectos inconscientes o del pasado.

De la historia he encontrado esta versión que nos cuenta:

Hubo una vez una joven llamada Kisa (“flaca”) Gotami. Venía de una familia pobre que muy poco podría ofrecer como dote a un posible esposo. No obstante, encontró marido y él la llevó a vivir con su familia, la cual miraba a la mujer con desdén debido a la escasa dote que aportó.

Su familia política la trataba con severidad y la hacía trabajar demasiado, como si fuera una sirvienta sin salario. Con el tiempo tuvo un hijo y su vida cambió. El niño le trajo nuevas alegrías y, de pronto, los parientes de su marido empezaron a tratarla con más respeto. Lamentablemente, el niño se enfermó cuando aún estaba muy chico. Poco a poco se fue agravando y Kisa Gotami vio con desesperación cómo se le escapaba la vida. Murió a pesar de todos los esfuerzos de ella. Fue tanto su pesar que se puso histérica y se negaba a creer que ya había muerto. Se aferró al cuerpo del bebé y no dejaba que nadie se lo quitara. Sujetándolo con toda su fuerza recorrió la aldea entera, rogando a la gente que le diera una medicina para curarlo.

Algunos se burlaban de ella, mientras que otros se asombraban o se quedaban perplejos. No faltó quien trató de razonar con ella y le ofreció su amabilidad, buscando consolarla. Procuraron hacer que aceptara la muerte de su hijo, pero no les hacía caso. Lo único que quería era una medicina que mejorara la salud de su hijo. Por fin, alguien le sugirió que fuera a ver al Buda. Tenía la fama de estar dotado de toda clase de poderes y muy posiblemente él podría ayudarle. Con nuevas esperanzas corrió a buscarlo. Sucia y llorosa, al fin, se encontró ante su presencia. De un modo histérico le suplicó que le diera una medicina para su hijo.

El Buda miró con dulzura a Kisa Gotami y al difunto hijo que traía en sus brazos. “Sí”, le dijo, “puedo ayudarte, pero para hacer la medicina necesito que me traigas algo. Necesitamos una semilla de mostaza”. Fascinada, Kisa Gotami estaba a punto de correr a buscarla. En cualquier casa de la India había una vasija en la cocina donde se guardaban semillas de mostaza. Pronto tendría la medicina para su hijo. “Sólo que hay una condición”, siguió diciendo el Buda. “La semilla debe venir de un hogar donde nadie haya muerto”. Sin pensarlo más, la joven se puso en marcha llena de esperanza.

Llamó en la primera casa que se encontró y preguntó si le podían regalar una semilla de mostaza. La mujer que le abrió estaba dispuesta a ayudarle con gusto. Entonces, Kisa Gotami recordó las palabras del Buda y le preguntó a la señora: “¿Entre las personas que han habitado en esta casa ha muerto alguien ya?” “Apenas el mes pasado murió mi abuelo. Por favor, no traiga a mi memoria tan triste recuerdo”. De ese modo, Kisa Gotami anduvo de casa en casa y en todas partes encontró a personas que querían ayudarla con la mejor voluntad, pero siempre escuchó la misma historia. Aquí una esposa, allá un marido, un hermano o una hermana, una madre o un padre, un hijo o una hija. No había una casa que no estuviera familiarizada con la muerte. “Pocos son los que quedan vivos; muchos los que ya se han ido. No reavive nuestras congojas”. Así le dijeron una y otra vez.


Lentamente, Kisa Gotami se fue dando cuenta que a todos los visita la muerte y que ella no era la única que lamentaba una pérdida. Calmada y sobria, miró a la criatura que traía en los brazos y terminó por aceptar que la vida había abandonado su cuerpo. Lo llevó al terreno de cremación, se despidió de él y regresó a buscar al Buda.


El Buda le dio la bienvenida y le preguntó si había conseguido la semilla de mostaza que se requería para hacer la medicina. “Cumplí con la misión de buscar esa semilla de mostaza”, dijo ella. Luego le pidió que la aceptara como discípula y que le diera la ordenación, pues quería ser monja. Después, mientras meditaba en el bosque, Kisa Gotami alcanzó la perfecta liberación que viene con la iluminación. 


Mi agradecimiento a Clara Gomis por su presencia y la claridad de todas sus explicaciones

Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Terapeuta floral 
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas

Las informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado. 

martes, 9 de marzo de 2010

Fundirse al sol

Tras la nevada de ayer en Barcelona, con el consiguiente colapso de la ciudad, el día de hoy está frío y radiante, la nieve se va fundiendo, la ciudad recupera su aspecto habitual.

Otra cosa que se va fundiendo son las fotografías en este blog, he mirado entradas anteriores, se conserva el pie de la fotografía y la imagen ya no está.

El doctor Bach hizó una alusión a la nieve fundida al sol:

La enfermedad y los errores no se conquistan por medio de la lucha directa, sino reemplazándolos por lo que es bueno. La oscuridad desaparece con la luz, no por una oscuridad mayor: el odio por el amor, la crueldad por la compasión y la piedad, y la enfermedad por la salud.

Todo nuestro objetivo reside en reconocer nuestros errores y esforzarnos en desarrollar la virtud que se les opone, y así estos se fundirán como la nieve al sol.

Edward Bach

Este desasrrollar de las virtudes también nos lo indica el Dalai Lama:


Para reducir el odio y otras emociones destructivas, hay que desarrollar sus opuestos: la compasión y la bondad.

Si de verdad se siente gran respeto y compasión por los demás, el perdón es mucho más fácil de alcanzar.

Librarse del odio y de la ira puede ser difícil porque son estados emocionales que no siempre son voluntarios. Pero existen dos estrategias que pueden ayudarnos.

Entender aquello que no incluye el perdón: el acto de perdonar no debería depender de que el otro pida disculpas. Conviene olvidar la idea de que no se perdona hasta que el otro pida perdón.


Dalai Lama


Barcelona nevada desde mi terraza

Barcelona nevada desde mi terraza
Fotos: Pilar Vidal Clavería

martes, 8 de diciembre de 2009

Estados de ánimo

Las entrevistas que Gaspar Hernández hacía los miércoles en El Periódico de Catalunya y que muchas veces podía poner en el blog con un copiar y pegar, han pasado al suplemento del domingo y lo tengo más complicado para reproducirlas en el blog.


De todas manera he encontrado algunas de anteriores y que también son muy interesantes como esta con TSEWANG TAM, médico personal del Dalai Lama.


Una de las preguntas es sobre cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades.


El doctor Bach comentaba que en la enfermedad se produce un cambio del estado de ánimo respecto a la vida cotidiana y describió treinta y ocho estados diferentes y un remedio para cada uno de ellos.


TSEWANG TAM, médico personal del Dalái Lama

30 de enero del 2008


"La paz interior es la mejor medicina"


Ha recibido diversos reconocimientos y medallas de oro en medicina a nivel internacional y estos días visita por primera vez Catalunya.


GASPAR HERNÁNDEZ


--¿Si soy feliz no enfermaré?

--Si eres feliz, no tienes por qué estar enfermo. Pero este ser feliz no significa que en un momento u otro de tu vida no pases por la experiencia del sufrimiento. Podemos sufrir o sentir dolor, y a la vez ser felices.


--Pues qué bien. ¿Lo puede argumentar?

--La infelicidad proviene del miedo, de la ansiedad, del pensar demasiado y angustiarse a base de darle demasiadas vueltas a los problemas.


--¿Cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades?

--La influencia es del cien por cien. Si usas mal tu mente, como por ejemplo preocupándote demasiado, te creas sufrimiento, y eso puede derivar en enfermedad.


--Le pregunto lo mismo que hace un mes le preguntábamos a su colega, el Lama Lobang: ¿cuál es la causa principal de enfermedad, según la medicina tibetana?

--La pérdida del estado de equilibrio del cuerpo.


--Pero a veces los motivos vienen de fuera. Estos días, mucha gente tiene la gripe...

--Los gérmenes nocivos y virulentos son una causa, pero solamente secundaria. Los gérmenes nocivos por sí mismos no pueden producir enfermedades si no encuentran un terreno propicio.


--¿Cómo está su paciente, el dalái lama, de salud?

--Estupendamente. Solo tiene usted que mirar cómo se mueve, cómo habla, lo ágil que está y lo mucho que trabaja, con horarios increíbles. Los jóvenes no puede aguantar su paso.


--Él, que está tan entrenado para ser feliz, vivirá más de 100 años...

--La duración de nuestra vida, la longevidad, tiene mucho que ver con la felicidad que cultivemos. La paz interior es la mejor medicina. También para vivir más años. Las preocupaciones interfieren en el funcionamiento de las células de los órganos. Y eso lleva a tomar medicamentos, y a estar cada vez peor.


--¿Algún otro consejo?

--Prestar mucha atención a lo que comemos.


--¿Cuál es su truco para conseguir la felicidad?

--Estar satisfecho con lo que haces y contento con lo que tienes. Y, sobre todo, no compararte nunca con los otros. La sociedad occidental estimula mucho la comparación, compararse con lo que tiene el vecino, y eso solo conduce a la infelicidad.


--Las religiones, en teoría, tendrían que ayudar...

--Son un buen camino para conseguir la felicidad, porque nos enseñan cómo querer más y cómo estar mejor con nosotros mismos. No solo el budismo. Una vida espiritual ayuda mucho.


--¿Y usted es feliz?

--Sí. Estoy contento con muchas cosas. Intento mantener el equilibrio siendo consciente de que no hay fin para el sufrimiento, a no ser que estés iluminado.


--¿Qué actitud recomienda a sus enfermos?

--En primer lugar, entender qué es lo que causa el sufrimiento, pero no solo su sufrimiento particular, sino el sufrimiento en general. Y, por otro lado, analizar cómo se puede haber generado su enfermedad y rectificar actitudes. Si nos duele el estómago, no se trata de buscar las pastillas que nos van a aliviar el dolor, sino variar comportamientos para que eso no vuelva a ocurrir. Preguntarme qué estoy haciendo yo para que me esté pasando eso, qué circunstancias están generando esa enfermedad que ahora me hace sufrir.


--¿Y algo más práctico?

--Leer libros sobre el amor y la compasión, por ejemplo. Escuchar música, un abrazo, hablar. Depende del carácter de cada persona.


--¿Y reír?

--Es muy importante. La risa cura.


--¿...?

--Le pondré un ejemplo. Durante mucho tiempo se ha tratado a los enfermos de sida como apestados. Les faltaba amor, contacto humano, y, por tanto, risas. Todo eso también es importante para curarse. De hecho, la curación es un arte.


--Usted cree en la reencarnación. En esta vida, como médico, está haciendo el bien. ¿Qué le gustaría hacer en otra vida?

--Lo mismo. Estoy muy bien siendo quien soy. Lo que eres hoy depende de lo que fuiste en vidas anteriores, y tus siguientes vidas serán según lo que estés haciendo ahora.


--La gente que ahora no sufre, ¿en vidas pasadas hizo bondad?

--Exactamente. Pero, atención, porque si no aprovecha esta existencia para llevar una vida sana y feliz, en el futuro se le acabará, si me permite la expresión, el crédito. Es importante entender el sufrimiento de los demás, aunque uno no lo haya sufrido o no lo sufra: entender el fuerte dolor de cabeza del compañero de trabajo, aunque tú no lo sufras.


Vendedora mercado en Bukhara

lunes, 17 de agosto de 2009

Un Buda

Por fín he conseguido encontrar en internet el tema principal de la banda sonora de la película Un Buda, de Diego Rafecas.

La mayoría de las canciones son de Pedro Aznar, todo y que el tema que más me gusta es Jaya Bhagavan de Krishna Das, una melodía particular para lugares especiales.




Para acompañar a este buda, unas cuantas imágenes del viaje a Birmania en agosto del 2007.

Mandalay

Bagan

Bagan

Yangon

Bagan

Bagan

Fotos: Pilar Vidal Clavería



miércoles, 12 de noviembre de 2008

Compasión

El doctor Edward Bach indicó en el capítulo ocho de su libro Libérate a ti mismo (FreeThyself), 1932, una serie de errores, remedios y cualidades o virtudes a desarrollar, en el caso del Miedo (error), la planta escogida es el Mimulus y la virtud la Compasión.


Esta compasión enlaza hoy con una parte del texto aparecido en La Contra de La Vanguardia y que copio a continuación:

Alan Wallace, fundador y presidente del Instituto de Estudios de la Conciencia

"Mi bienestar está relacionado con tu bienestar, es pura física"

IMA SANCHÍS - 12/11/2008

Tengo 58 años. Nací y vivo en California. Estoy casado y tengo una hijastra. Estoy licenciado en Física, soy doctor en Filosofía de la Ciencia y Estudios Religiosos y fui ordenado monje por el Dalai Lama. La física cuántica y el budismo dicen lo mismo. Soy liberal y budista

A los 20 años me dediqué a viajar por Europa lleno de preguntas existenciales. Tropecé con El libro tibetano de la gran liberación, que trata sobre la naturaleza de la mente, y quedé asombrado.

¿Hasta qué punto?

Estudié el idioma tibetano para poder estudiar budismo, me compré un billete de ida a India y acabé siendo ordenado monje por su santidad el Dalai Lama.

¿Entonces lo de la física vino después?

Tras 14 años viviendo con los tibetanos, estudiando budismo y meditando, decidí integrar esos estudios en la física. El budismo se ocupa del conocimiento de la realidad, no está apegado a creencias religiosas; y para ahondar en la realidad se necesita la física.

Entonces, ¿la física ha completado su visión budista del mundo?

Sí. La fortaleza de la ciencia, con la tecnología y la matemática, no la encuentras en el budismo; pero el budismo tiene un método muy sofisticado para investigar y observar directamente la mente; en eso la ciencia occidental es muy débil.

Leyes de la física cuántica ya fueron expuestas hace 2.000 años por el budismo.

En 1997 traduje una conversación entre el Dalai Lama y un eminente físico experimental austriaco, Anton Zeilinger, que le explicaba al Dalai Lama que cuando en la física cuántica investigas la naturaleza de una partícula elemental, como un electrón, no la encuentras, está vacía. Es decir, que el electrón sólo existe en relación con el sistema de medición y el observador, no es posible observar un sistema sin perturbarlo.

¿Y qué dijo el Dalai Lama?

"¡Sorprendente!, ¡¿cómo puedes haber llegado a este descubrimiento sin conocer el camino de en medio o su escuela filosófica, el madyamika?!". Zeilinger se quedó atónito y preguntó: "¿Qué es el madyamika?".

Entonces el Dalai Lama explicó que para el budismo el yo, como tal, no existe, ya que aquello que denominamos compulsivamente mi yo está permanentemente cambiando; pero Arya Nagarjuna fue todavía más allá.

¿El fundador de la filosofía madyamika?

Sí, una línea particularmente avanzada dentro del budismo, fundada alrededor del año 200 de la era cristiana, y que sirvió de fundamento filosófico para la principal rama del budismo actual, el mahayana.

¿Cuál fue ese paso más allá?

Pura cuántica: negó la existencia independiente no sólo del yo, el observador, sino también del objeto, el observado; e incluso de la observación misma. El término madyamika deriva directamente del que empleó Nagarjuna para referirse al camino de en medio, aludiendo al espacio entre el nihilismo y el materialismo.

¿Y qué dijo Anton Zeilinger?

"¡Esto es sorprendente!, ¡¿cómo puedes saberlo sin conocer nada de física cuántica?!", e invitó al Dalai lama a su laboratorio en Austria. Allí observé algo muy interesante...

Cuente, cuente...

La tecnología que tenía Anton, los budistas no la tienen; los experimentos que ellos llevan a cabo, los budistas no los hacen. Pero los budistas practican samadi, que es una alta concentración en un solo punto, un método contemplativo para investigar la mente y los fenómenos objetivos.

¿Y así llegan a la misma visión que los físicos cuánticos?

Exacto, pero los budistas hacen una aplicación práctica: al darte cuenta de que nada existe independientemente, ni los átomos, ni las personas, ni las culturas..., brota naturalmente la compasión.

¿Usted cree?

Mi bienestar está relacionado con tu bienestar; mi sufrimiento, con tu sufrimiento. Pretender buscar mi felicidad y mi seguridad como si yo fuera una isla es una estupidez. De esta sabiduría viene el altruismo, y ahí es donde budismo y ciencia se separan, porque el altruismo no es común en la ciencia.

¿Qué se estudia en su instituto?

La conciencia desde la óptica de la ciencia, el budismo, y la psicología conductual; el conocimiento de la mente, el origen del pensamiento, la naturaleza de la conciencia. Investigamos en temas muy prácticos, por ejemplo, cómo calmar las emociones destructivas: desórdenes hiperactivos y déficit de atención.

Muy comunes.

Junto con un equipo científico de la Universidad de California hicimos un estudio que ha durado siete años sobre cómo cultivar el dominio emocional. Entrenamos con meditaciones budistas esenciales durante 45 horas a maestras de escuela aquejadas de estrés, ansiedad, depresión e insomnio. Los síntomas desaparecieron y cinco meses después seguían sin reaparecer. Otro experimento significativo ha sido el proyecto Shamaka.

¿Eso es un tipo de meditación?

Sí, para obtener mayor concentración. Organizamos un retiro de tres meses con 70 personas neófitas en la materia que meditaron ocho horas diarias y conseguimos un nivel de concentración altísimo, lo que se deriva en efectividad, autoestima y alegría en las tareas: creo que pronto veremos revolucionado el mundo del trabajo.

¿Alguna conclusión?

Ciencia y espiritualidad están dándose la mano, no para convertirse ni para conquistarse, sino para aprender una de otra, y eso no tiene precedentes.

La fuerza de la unión

Su mente racional occidental fue en busca de respuestas existenciales y topó con el budismo y el Dalai Lama, que nos dice: "Aunque los científicos estudien principalmente la materia, no pueden pasar por alto la conciencia; aunque los especialistas del espíritu se centren en el desarrollo de la mente, no pueden pasar completamente por alto las necesidades físicas". Así, este hombre se convirtió en un físico budista que ha creado el Instituto de Estudios de la Conciencia, donde se profundiza en la mente humana y sus posibilidades aunando esfuerzos y metodologías de la ciencia y del budismo. Ha participado en el seminario Budismo y ciencia para la paz, organizado por la Fundació Casa del Tibet.

En mi web hay un artículo Viajar con Flores de Bach, donde hay varias referencias al budismo o la reencarnación en los textos del doctor Bach.

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