PILAR VIDAL CLAVERIA. Counseling integrativo-relacional duelo y pérdidas, Máster IL3 Universidad Barcelona, Instituto IPIR. Terapeuta floral. Lic Ciencias Biológicas Univ Barcelona.Información y consultas 652631831. Este blog es un espacio donde encontrarás información sobre el acompañamiento en el duelo y las pérdidas, la terapia floral y también algunos de mis intereses personales: fotografía, viajes, películas, entrevistas,reflexiones....Gracias por visitarlo y compartirlo
lunes, 7 de diciembre de 2009
Mirar al cielo
domingo, 6 de diciembre de 2009
Visita a Mount Vernon
Centro Bach en Mount Vernon
Próximo a la localidad de Wallingford se encuentra Brightwell-cum-Sotwell, donde está situado Mount Vernon, el Centro del Dr. Bach.
Centro Bach en Mount Vernon
Llegamos un domingo por la tarde y aunque sabíamos que la visita al interior de la casa era sólo por las mañanas, poder subir los escalones que dan acceso al arco donde cuelga el rótulo Mount Vernon, caminar por el jardín y llegar hasta la puerta de la casa, me satisfizo plenamente.
Puerta de entrada a la casa del Centro Bach en Mount Vernon
Wallingford, antigua fábrica de cerveza
Wallingford es una población tranquila en la que destaca un inmenso parque con docenas de White Chestnut, Aesculus hippocastanum, -el único de los 19 últimos remedios que se prepara por el método de solarización-, luciendo sus flores erguidas y esplendorosas, que también pudimos observar a lo largo de todo el país.
White Chestnut ,Aesculus hippocastanum
A las nueve de la mañana del lunes 30 de abril ya estábamos en Brightwell-cum-Sotwell. El Centro Bach no abría hasta las 10, así que nos acercamos al pequeño cementerio de la iglesia de Saint James, donde encontramos la sencilla tumba con la inscripción:
"Edward Bach M.B. B.S. D.P.H.[1]
1886 - 1936 Behold I am alive for evermore".[2]
Cementerio iglesia Saint James, en primer término tumba del doctor Edward Bach
(1) M.B. (Bachelor of Medicine - Bachiller en Medicina). B.S. (Bachelor of Surgery - Bachiller en Cirugía). D.P.H. (Diploma in Public Health - Diploma en Salud Pública)
(2) Ahora estoy vivo por los siglos de los siglos
De vuelta al exterior del recinto un gran Red Chestnut, Aesculus carnea mostraba sus flores rojizas-rosadas formando racimos erguidos. La afirmación del Dr. Bach en cuanto a la capacidad de sanarnos a nosotros mismos y también de ayudar a otros a sanarse a si mismos, para lo cual sólo son necesarios el amor y la compasión, era algo a recordar y que podía llevarme como mensaje.
A las diez de la mañana pudimos entrar en la pequeña casa de Mount Vernon, a la que el Dr. Bach llegó en 1934 y dónde escribió la nueva edición de Los Doce Curadores y los Siete Ayudantes, publicada en julio de ese mismo año.
En su interior, una estancia pequeña con los muebles de madera, sillones, mesa y armario, hechos por el propio Dr. Bach, desprende armonía y paz.
Sobre la chimenea un escrito repite la palabra Paz en varías frases. En el interior de unas vitrinas están las tinturas madres preparadas por el Dr. Bach. En las paredes hay dibujos de las Flores y una pequeña mesa con las fotografías de Nora Weeks y Victor Bullen que, como se indica en la portada de su libro The Bach Flower Remedies, eran "amigos y colegas de Edward Bach".
sábado, 5 de diciembre de 2009
Edward Bach y Deepak Chopra unidos
viernes, 4 de diciembre de 2009
Pingüinos en la Isla Magdadelna
jueves, 3 de diciembre de 2009
Punta Arenas
Es una ciudad amplía, desierta un domingo por la mañana, y con indicadores que te recuerdan la lejana distancia física a otros lugares.
Vista de Punta Arenas desde el Mirador
Vista de Punta Arenas desde el Mirador
martes, 1 de diciembre de 2009
Comunicación en la nevera
Leer un libro de 230 páginas en una hora sin haber hecho ningún curso de lectura rápida tiene una explicación.
En sus páginas encontramos breves notas dejadas en la puerta de la nevera a modo de postits, que relatan la relación entre una madre y su hija.
La vida a la porta de la nevera, en castellano La vida en la puerta de la nevera, está escrito por Alice Kuipers y es su primera novela.
El hecho de que sean frases cortas las que nos encontramos en el relato le da un aspecto aspero y a la vez profundo, un poco como si fueran dardos enmascarados en unos mensajes que tienen mucho de vacio y de falta de comunicación, tristes y conmovedores.
Pingüinos en la Isla Martillo
La isla Martillo se encuentra en el Canal Beagle en la Estancia Harberton y en una visita guiada fuimos a ver la colonia de pingüinos de Magallanes.
Ver a los pingüinos nos hacia mucha ilusión y aunque fue el día más intempestivo de todo el viaje, la nieve nos acompaño en el camino y en la visita, caminamos durante una hora en un espacio acotado con unas cuerdas que permite observar a los pingüinos que se mueven arriba y abajo y también ver cómo cuidan de sus nidos.
Pingüino magallánico a punto de entrar en el nido
Los pingüinos machos llegan a la isla a finales de septiembre y establecen su territorio en los nidos utilizados durante la temporada pasada, al cabo de unos días llegan las hembras, que forman pareja con el mismo macho del año anterior.
Pingüino magallànico al borde del nido
La cabeza del pingüino magallánico sobresaliendo en el nido
Los nidos se construyen en unas madrigueras que están excavadas en el suelo y los machos y las hembras se van turnando para ir a buscar alimento e incubar los huevos.
Hay también una pequeña colonia de 18 parejas de pingüinos Papúa, el pingüino típico de la Antártida y la isla Martillo es la zona más al norte donde se puede encontrar.
Para que no haya dudas del temporal de nieve que hizo ese día.
lunes, 30 de noviembre de 2009
Canal Beagle
Desde Ushuaia, la ciudad del fin del mundo, hicimos una excursión por el Canal de Beagle con un catamarang, en un día espléndido y con las montañas que rodean Ushuaia cubiertas de nieve, ya que el tiempo frío y las nevadas nos siguieron acompañando.
Del paternalimo a la autonomía
La medicina que no solo cura
El Comité de Bioética de Catalunya elabora recomendaciones para atender al final de la vida | "Pasar del paternalismo a la autonomía del paciente es lento" | A veces el temor de los médicos retrasa el cumplimiento de la voluntad del paciente
La Vanguardia/Ciudadanos
A menudo se hace demasiado por retrasar la muerte y demasiado poco, y demasiado tarde, por mitigar el sufrimiento. Los ciudadanos reclaman más ayuda sanitaria para morir y de más calidad para hacerlo bien".
El mensaje va dirigido a los profesionales sanitarios y encabeza un conjunto de recomendaciones que el Comité de Bioética de Catalunya les dedica para que sepan respetar sin miedo los derechos de los pacientes.
Las leyes amparan el derecho a rechazar un tratamiento, a limitar el esfuerzo terapéutico cuando no es realmente útil, a la sedación en la fase terminal de un enfermo. Y a que el paciente tenga toda la información que desee y pueda participar en las decisiones. Todos esos derechos reconocidos se topan a menudo con el miedo de los médicos, sobre todo, aunque no sólo de ellos.
"Miedo a las miradas sobre sus actuaciones, a que se juzgue si esto es legal o no", explica Marc Antoni Broggi, presidente del Comité de Bioética de Catalunya.
Es un cambio sustancial en el ejercicio profesional y la relación con el enfermo: "Es pasar del paternalismo a la autonomía, y eso es lento", matiza el doctor Màrius Morlans, presidente de la comisión de Deontología del Col.legi de Metges de Barcelona. Tan lento que aún cuesta aceptar que un paciente rechace una transfusión o un respirador, a sabiendas de que le va la vida en ello. Y ese temor hoy vulnera derechos con tanta frecuencia que en Andalucía se plantean una nueva legislación para que nadie tenga dudas, ni sanitarios ni jueces.
Cambio de demanda. Educados para salvar vidas, los profesionales sanitarios se encuentran con poca formación ante los nuevos poderes del paciente. "Ha cambiado la demanda: de la máxima eficacia contra la enfermedad se ha pasado a pedirles la máxima ayuda al ciudadano enfermo, lo que incluye siempre su voluntad y el conocimiento de su necesidad", resume el comité de bioética. Y es tarea de los profesionales conocer esa voluntad, que ha de ser libre, competente y bien informada. "La alternativa al paternalismo no puede ser una simple relación contractual, sino una relación empática y compasiva que permita un diálogo franco y el acompañamiento hospitalario", dice el comité de bioética.
Dar malas noticias. La información es un punto difícil en esta nueva tarea médica. No valen mentiras piadosas ni imponer información no deseada, ni evasivas o salidas falsas. Y el médico es el responsable, aunque no le hayan formado en todos los años de carrera para eso. "Para dar malas noticias se necesita preparación y conciencia del ritmo y la forma que cada cual necesita. La esperanza ha de ser realista", recomienda el comité de bioética.
Y ¿cómo se hace? A la hora de informar de una enfermedad que será mortal e irreversible, uno de los principales errores es dar las noticias como si fueran "piezas cerradas, definitivas, sin preámbulos, sin grados. Debe pensarse, en cambio, en abrir un diálogo de descubrimiento mutuo". Las preguntas son la clave y se han de evocar, y no sólo esperar a que los afectados las planteen.
Y hace falta un lugar adecuado para un diálogo íntimo, que el paciente tenga tiempo para expresar sus miedos e inquietudes que aún conoce poco. El profesional ha de prepararse y para el enfermo será más fácil si lo ve venir. También recomiendan verbalizar sin ambigüedades el núcleo del problema "sin necesidad de ser muy prolijo" y estar atento a su reacción.
"La información no puede sonar a claudicación profesional, a un no hay hada que hacer", dicen los expertos de bioética.
Interrumpir o dejar de hacer. "Es tan importante decir lo que no se puede hacer como enfatizar lo que sí se puede hacer; estar encima, no dejarle solo, cuidar los síntomas, evitar el dolor... Ofrecerse para estar a su lado".
Porque otro de los momentos difíciles es cuando ante una persona muy enferma hay que decidir si se hace algo o se deja de hacer. Se llama limitación del esfuerzo terapéutico. Ese derecho del paciente, que es una una buena práctica médica, es amenudo un mal trago: la desconexión de una máquina vital, por ejemplo. "En nuestro proyecto –explica Pablo Simón, uno de los autores de la futura normativa andaluza– se exigirá la opinión de otros dos profesionales, uno de ellos médico, y la consulta a los comités de ética del centro".
En las recomendaciones catalanas se especifica: "Si la actuación médica produce o no impide un daño severo y la muerte es segura a medio plazo; si se le añade dolor o molestia permanente y la muerte es cercana; o si hay una declaración de voluntades previa a favor", el médico debe retirar –o no empezar– el tratamiento.
Pedir la sedación. Otro derecho delicado para los profesionales es el de la sedación. Se parece a la eutanasia, pero no es lo mismo, porque no busca provocar la muerte, sino tratar adecuadamente el sufrimiento de la agonía.
Aunque sedar es un procedimiento terapéutico tan antiguo como la medicina y no hay duda en su uso para paliar el dolor y la angustia en una enfermedad avanzada o terminal, el problema aparece cuando el paciente la pide porque "sólo desea dormir" ante su sufrimiento final. Según las recomendaciones de bioética, hay que acordarlo con él y obtener su aprobación. Y si hay un documento de voluntades anticipadas que lo especifica, hay que someterse a él. En este testamento vital se consigna el deseo expreso de qué hay que hacer con esos derechos si el titular no puede expresarse.
Si la demanda está clara en el momento de la agonía y no hay problemas de interpretación para nadie, "es una buena práctica médica". Si lo pide en un momento cercano a la agonía, pero aún no está en ella, y hay más tiempo, el comité de bioética recomienda explicarle las diferentes posibilidades (que sea una sedación transitoria, por ejemplo). Para hacer las cosas bien, todo debe quedar consignado en la historia clínica.
"Nos hemos apartado de las cabeceras de los muy enfermos", decía a médicos de cuidados paliativos el psiquiatra Timothy Quill en una conferencia reciente en Barcelona . "Pero cuando te abruma el dolor o te falta el aliento, tienes que estar con alguien que sepa lo que hace".
domingo, 29 de noviembre de 2009
Perito Moreno
Día a día el frente del glaciar Perito Moreno se modifica, avanzando y dejando témpanos de hielo que son arrastrados por la corriente y el viento.
A 40 kilómetros de la localidad argentina de El Calafate, entramos en el Parque Nacional los Glaciares y después de casi 40 kilómetros más aparece el imponente Perito Moreno.
Con un frente de 5 kilómetros de ancho, y con una altura máxima de 60 metros, la estridencia al desprenderse los bloques de hielo se asemejan a los truenos y sencillamente tienes la sensación con el estruendo de que todo se acaba.
Las pasarelas de madera permiten pasear y disfrutar con la visión de un paisaje impresionante con unas magníficas tonalidades azules, un azul especial que sólo he visto en los glaciares y donde la calma y el silencio se suceden al ruido del estruendo.