Hoy hemos ido a una "Calçotada", comida-reunión típica de algunas zonas de Catalunya, donde los "calçots", cebollas cultivadas de una manera especial y asadas sobre la llama viva, quedan cubiertas de una capa negra. Para comerlos se pelan las capas exteriores y se untan en una salsa especial parecida al romesco, están deliciosos y para no mancharte mientras los untas y traspasas a la boca, te colocas un babero.
Bueno la "calçotada", no ha acabado de fluir, y cómo siempre es cuestión de buscarle el lado positivo. Hemos hecho antes de la comida una excursión, por los alrededores de Bagà, y hemos podido difrutar de unas magníficas vistas del Pedraforca.
Y un Bulbocodium vernumque despuntaba en el prado
Ay!!!! se me hizo la boca agua, me encantan , con un chorreoncito de aceite de arbequina o un romescu, ¡deliciosas! y además ese paseo debe de dar mucha hambre, bien os felicito, por mi parte me iré a buscar unos esparragos trigueros y unas collejas para hacernos unas tortillitas, bon apetit, no se si lo escribo bien, ¿vale?, besos
ResponderEliminarGracias Marina, los esparragos a la brasa o en revoltillo también me encantan,
ResponderEliminarbon profit!!!!
Un abrazo
Dios, qué hambre! Yo quiero. un beso Pili
ResponderEliminarSi que están ricos, aunque hay que tener cuidado de no pasarse en la cantidad, ya que la combinación con la salsa es tan tentadora que pueden resultar un poco indigestos.
ResponderEliminar¡Riquísimos!!! Hace años que no los tomo.
ResponderEliminarPues aunque la calçotada no fluyera, tu arte fotográfico sí estaba en plena forma.
Un beso