Y apareció una flor...
Estaba en el agua, era una bella flor de color malva pálido con cinco pétalos y un pequeño pentágono amarillo en su centro, Water Violet, me mostró la mejor manera de comunicarme con los demás, me enseño a compartir, a liberarme de mis emociones reprimidas, a ser más tolerante, me aporto fuego para avivar la llama de mi corazón y vivir con alegría.
Fundació Gala-Dalí, Figueres,
Foto: Pilar Vidal Clavería
Terapeuta floral
Facilitadora PSYCH-K®
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Hay que desprenderse de los miedos, las tristezas y todo aquello que nos encierra en nosotros mismos para poder abrirse al mundo, como lo hace una flor, sin prisa y con alegría.
ResponderEliminarMe gustan tus entradas, están llenas de esperanza.
Mil besos.
Flores que se muestran bellas y nos brindan además de su belleza su ayuda, gracias por tu lindo comentario Montse.
EliminarBesitos
Por fin puedo comentarte. Hoy no se ven problemas en la apariencia del blog, Pilar.
ResponderEliminarAprender de ellas y de la naturaleza en general, es todo un desafío digno de vivirse.
De nada nos sirven las ataduras de alma y espíritu...
ABRAZOS MILES, PILAR QUERIDA!
Supongo que los cambios en blogger pueden haber provocado dificultades para incluir los comentarios, me alegro que ya puedas hacerlos sin dificultad.
ResponderEliminarSuerte que mis queridas flores me ayudan a ir integrando tantas modificaciones.
Abrazos también para tí querida Maritza