Ante las enfermedades que se le presentaban en la vida, Magda tenía dos poderosos aliados, su energía y su fe: "Es nuestra energía, es nuestra fe de cuerpo y alma. No dudéis, no tiréis nunca la toalla pensando esta enfermedad no tiene solución, me voy a morir".
Edward Bach también sabía de la necesidad de la fe para el ser humano, podemos leer en Gorse, uno de sus siete ayudantes:
Para una enorme desesperanza. Para los que han abandonado la fe y ya no creen que se les pueda ayudar. Sólo bajo la persuasión de otros, o para complacerles, se someterán a diferentes tratamientos, pero asegurando que hay muy pocas posibilidades.
¿Vale la pena?, ¿Sirve de algo continuar si la cabeza ya está sobre la losa, rendida, sin fuerzas? Ha renunciado a todo, pero hay una mano justo a su lado, Gorse, que le devolverá la esperanza y la fe para empezar de nuevo.
Las Flores de Bach y el Arte en la calle
Pilar Vidal Clavería
Foto: Pilar Vidal Clavería
Ciertamente creo en la lucha ante las adversidades, en intentar plantar cara a
ResponderEliminarlos problemas, a no resignarse a la espera...aunque no siempre es fácil.
Una abraçada Pilar.
Acabo de ver este video de Alice Herz-Sommer, que incluyo en esta entrada del blog, la esperanza hecha realidad.
EliminarUna abraçada Maria Dolors
Todo es posible hasta que deja de ser posible. No parar ni dejarse llevar por el desaliento es importante o eso creo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estar, mantener siempre ese punto de esperanza y si me paro es para descansar y retomar.
ResponderEliminarUn abrazo Aquí