Al inicio de este libro podemos leer esta dedicatoria:
Liviano y ardiente, como una llama viviente
sin un pensamiento para sí, sin desear nunca
más riqueza, poder, influencia, fama
que los que pudieran promover sus esfuerzos
de ayudar a la humanidad. Tan rápido para comprender
todas las dudas, temores y fracasos, y tan lento
para juzgar o condenar, brindó su mano sólo para curar,
para ayudar a crecer los poderes
que conducen al compañerismo y suprimen el odio
e intentan ayudar al mundo entero a tomar contacto con lo infinito.
A oscuras esperamos tanto tiempo la luz
tantas veces parece en vano,
pero aquí hubo una vida que se truncó prematuramente
pero alumbró fuegos que tardarán en apagarse
Un hombre que debemos admirar.
ResponderEliminarTe felicito por la foto de esa mariposa ¡es preciosa!
Molts petons.