Dos días en Lisboa me han dejado con ganas de volver, pasear, descubrir y redescubrir rincones, monumentos clásicos o innovadores.
El monasterio de los Jerónimos imprescindible y antes o después tomarse un pastel de Belém en el propio Belém, recién salido del horno y con canela.
Disfrutar de obras de arte en la calle, arte de rua, subir en tranvía o en sus elevadores y perderse por Alfama.
Claustro Monasterio de los Jerónimos, de arquitectura manuelina,
Manuel I ordenó su construcción para conmemorar el regreso de la India de Vasco de Gama
Manuel I ordenó su construcción para conmemorar el regreso de la India de Vasco de Gama
Claustro Monasterio de los Jerónimos
Obra de Artur Bordalo, BORDALO II, en la Avenida 24 de Julho
Obra de ARACÊ en LX Factory, Alcantara
Alfama, barrio más tradicional de la Lisboa antigua
Alfama
Ascensor da Glória, inaugurado en 1885, es obra del ingeniero portugués Raoul Mesnier du Ponsard, conecta la plaza de los Restauradores con el Barrio Alto
Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Terapeuta floral
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas
Lisboa
febrero 2018
febrero 2018