
Se trata de un gato atigrado, de la misma raza que el gato que durante muchos años nos siguió por el piso y nos acompañó hasta donde le dejamos, pues al preparar las maletas para las vacaciones, siempre se colocaba sobre ellas con la esperanza quizás de conocer también otros lugares lejanos.
Tenía pues el comenzar la lectura un valor añadido, promovido por ese punto de nostalgia y de buen recuerdo de nuestro Mandi.
Ha resultado una historia muy amena y agradable, donde el amor en minúscula es uno de los capítulos de la novela, que debe desarrollar el protagonista, un profesor universitario cerrado en su mundo particular, que verá totalmente alterado al acceder a su hogar un gato de la calle, el Mishima, y desencadenarle una nueva manera de vivir.
La frase que da introducción a la novela, ya es un buen prefacio del desarrollo del libro:
Disfruta de las cosas pequeñas
porqué puede ser que un día gires la vista atrás
y te des cuenta de que eran las cosas grandes
Robert Brault
Samuel descubrirá una nueva vida en la que tendrá cabida el despertar de emociones que habían quedado adormecidas y que le hagan decir que la mente propone y el corazón dispone.