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sábado, 6 de abril de 2013

Somos porque amamos, cooperación para sobrevivir

Recuperando entrevistas pasadas de la Contra de La Vanguardia, me encuentro con Humberto Maturana, biólogo del amor.

Pregúntese dónde le duele la vida
7 de noviembre 2005

"Nadie puede convertirse en mero robot instrumento de los deseos y designios de otro. Tiene usted que participar como persona en lo que hace y tener responsabilidad." Tener 77 años como yo es una enfermedad incurable que sobrellevaré muchos más. Nací en Santiago de Chile. Me dedico a explicar lo que nos ocurre desde la biología. Soy doctor en Biología por Harvard. Los humanos somos fruto de la cooperación para la conservación, no de la lucha por la supervivencia: bioevolutivamente somos porque amamos.

- Lo que sorprende a mis colegas biólogos de Harvard y de la comunidad científica es que me dedique a la biología del amor...

- Que no se ve al microscopio.
- Se ve. Como biólogo me he preocupado de los seres vivos y he estudiado la evolución y así he comprobado que la nuestra no es una historia de lucha por la supervivencia...

- ¿Ah no?
-... Sino de la conservación y de la solidaridad. El que gana no es el que mata al otro, sino simplemente el que sobrevive: la nuestra es una historia de cooperación para sobrevivir. Y así surge el lenguaje que nos hace humanos, cuando la sexualidad de la hembra humana deja de ser estacional...

- Supongo que se refiere al celo.
- Las demás primates siguen teniendo celo, pero nuestras hembras ya no son periódicas, así dejan de ser objeto disputable para convertirse en centros del placer y de la convivencia en el grupo humano. Y así surge el lenguaje: una coordinación de haceres.

-¿Y el amor?
- Es lo que fundamenta esa cercanía que permite la supervivencia del individuo y de la especie: el placer de estar juntos, amar.

- Yo pensaba que usted venía a dar un curso a Esade, una escuela de negocios...
- Es que la mayor parte de los problemas de una empresa hoy se deben al factor humano. Por mucha tecnología que empleemos: son las personas las que deciden.

- ¿Y qué propone usted?
- Que se tengan en cuenta esos millones de años de evolución que vienen a convertirnos en seres que necesitan tener presencia: ser vistos, ser escuchados. Sin ese placer de ser tenidos en cuenta por el grupo, nuestra vida se convierte en un sinsentido. Nos duele.

- ¿En qué sentido?
- La mayor parte de los dolores de nuestra existencia son culturales. Pregúntese dónde le duele la vida y verá que no es en su cuerpo.

- ¿En el bolsillo?
- Verá que la vida le duele en los espacios donde no es visto, en donde está usted siendo negado, en sus espacios de desamor.

- ¿No me duele la hipoteca?
- Mucho menos que no contar con el respeto de sus compañeros de trabajo o de sus vecinos, de su familia y amigos. Verá que en el fondo lo que nos mueve a los humanos es esa necesidad ancestral de ser reconocidos que arrastramos desde el origen de la especie, porque es la causa de que hoy existamos.

- ¿Que nos reconozcan en qué sentido?
- Que nos valoren, que consideren nuestra aportación al grupo y que nos lo demuestren en su trato con nosotros. Eso es lo que está detrás de todos, incluso detrás de quien se compra grandes coches, aviones a reacción o grandes palacios: queremos que nos quieran por puro mandato biológico.

- ¿Cómo aplica eso a la empresa?
- Si a usted no le reconocen y le aprecian como ser útil, convertirá su trabajo en inútil.

- El único sentido del trabajo es un trabajo con sentido.
- Nadie puede convertirse en mero robot instrumento de los deseos y designios de otro. Tiene usted que participar como persona en lo que hace y tener responsabilidad. ¿Por qué iban los homínidos a cazar?

- Por carne.
- No sólo por carne, sino por el respeto y el reconocimiento del cazador. Podían volver sin una pierna o sin un ojo, pero no sin ese respeto. Porque sólo en el espacio en el que se tiene presencia, se es productivo y se puede convivir con satisfacción. Allí aparece la inteligencia, la creatividad y el placer de hacer lo que se hace. Así dejamos de ser monos.

- ¿Cómo aplica esa biología empresarial?
- Recuerdo al gerente de una empresa farmacéutica chilena cuyos directivos le obligaron a iniciar una investigación para localizar al culpable de un error de etiquetado y despedirlo. Era el empleado o él.

- ¿Qué le recomendó usted?
- Que no hiciera de policía, sino de empresario y que no buscara culpables, sino razones. Si buscaba culpables, todos le mentirían por miedo a ser despedidos y tal vez echaría a un empleado, pero el error seguiría allí. En cambio, si pedía ayuda para descubrir razones, encontraría apoyo y luego las razones..

- ¿Se las dieron?
- Descubrió que el error se había producido a consecuencia de una exigencia de los directivos en el aumento de producción.

- ¿Hubo despidos?
- ¿Para qué si la causa del error había sido subsanada? Los empleados pidieron disculpas con su honestidad reconocida y se reincorporaron al trabajo de una manera distinta, porque habían contado con ellos. Y el efecto es sistémico: si castigas el error, el próximo se tapa con una mentira, pero no se corrige; en cambio si respetas el error, puedes corregirlo y aumentar así la responsabilidad de todos. Pruébelo con niños. Verá.

- ¿Y con los sentimientos funciona?
- Si no reconoces, no te reconocen y sufres y haces sufrir. Una señora perdió a su hijo, que se suicidó en el laberinto de la sanidad mental. Ella se consagró a que no volviera a pasarle a una madre: montó una fundación, una asociación y se puso a escribir un libro...

- Entusiasta y ejemplar.
-... ¿De verdad? Yo la sentía desgraciada y le pregunté por su familia: uno de sus otros tres hijos se drogaba y los otros dos tenían otros graves problemas, pero la señora había instalado su dolor en el lugar de sus hijos.

- Los había dejado de reconocer.
- Le dije que olvidara el libro y la fundación y que mirara a sus hijos: que los reconociera y contara con ellos. El libro está sin escribir, pero ya no les hace ninguna falta.

 Visita a El Jardí de les Essències, mayo 2011


Fotografía: Pilar Vidal Clavería

sábado, 16 de marzo de 2013

Coste y beneficio en la pareja

Joan Garriga ha publicado un nuevo libro El buen amor en la pareja, cuando uno y uno suman más que dos y el pasado jueves apareció esta entrevista en La Contra de La Vanguardia.


"Sin ti también me iría bien"
VÍCTOR-M. AMELA

¿Necesitamos pareja?
- Anhelamos un vínculo que nos reporte pertenencia, intimidad, sexualidad y crecimiento.
¿Y la pareja nos lo da?
- Sí, pero hoy queremos que la pareja sirva al yo..., y eso lo complica todo.
¿Puedo ser feliz sin pareja?
- Sí: conozco a un monje feliz, sin sexo, pero con pertenencia, intimidad y crecimiento.
¿Y usted?
- Me casé, me divorcié. Volví a casarme, aposté fuerte..., y volví a divorciarme. Luego tuve una pareja muy amorosa con la que no convivía... ¡y fue mi mejor relación!
¿Y qué sucedió?
- Que a los siete años, ella quiso un hijo conmigo..., y yo no: motivo de ruptura segura.
¿Y hoy, qué tal anda?
- Tengo amor, aunque sin vivir en pareja.
¿Mejor solo que mal acompañado?
- Sí..., ¡pero casi todo el mundo prefiere mal acompañado! Solemos preferir algún vínculo..., ¡aunque sea de mal amor!
¿Qué hacer para tener buen amor?
- Hay cuatro etapas. Primera, enamoramiento: "Me mueves mucho..., pero te veo poco". Segunda, relación: "Ya te veo mejor, ¡y aun así te elijo para caminar juntos!". Tercera. Compromiso: "Estamos creando algo más importante que nuestras familias de origen y parejas anteriores".
¿Y cuarta?
- Entrega: "¡Te quiero a ti y a lo que a ti te dirige!". Este es ya un amor muy desarrollado...
¿Por qué?
- Es el deseo espontáneo de que el otro sea feliz. ¡Eres feliz en la plenitud del otro!
Palabras mayores, ¿no?
- ¡Sí! Entre tanto, importa que sepamos esto: nadie, ¡nadie!, puede hacerte feliz. Y que nadie, ¡nadie!, puede hacerte infeliz.
¿Entonces...?
- Tu felicidad sólo depende de tu conexión íntima con tu ser interior.
¿Y de qué depende esa conexión?
- De estar en paz con tus figuras paternas y familiares para no cargar con nudos... que luego pretenderás ventilar en la pareja.
¿Eso pasa?
- Una pareja no son dos personas: son dos sistemas familiares que se encuentran.
¿Qué coste y beneficio tiene la pareja?
- "¿Es mejor casarse o permanecer soltero?", le preguntaron a Sócrates, que respondió: "Cásate. Si te va bien, serás un poco feliz. Y si te va mal..., ¡serás filósofo!".
Deme algún ejemplo de mal amor.
- "Sin ti no podría vivir", le decimos a nuestra pareja, como si fuésemos niños. ¡Mal amor! Buen amor: "Sin ti también me iría bien"...
Ah.
- ... pero como adulto, elijo estar contigo. "Te quiero por ti mismo", decimos, ¡y no es bueno!: el buen amor consiste en "te quiero... a pesar de ti mismo", es decir, el buen amor acepta la sombras del otro, acoge y lima las asperezas de los egos que se encuentran.
Siga, siga...
- "Quiero pareja": ¡mal amor! Abandona la demanda... ¡actúa!: "Mejor me preparo para ser pareja". Encuentra tu modo de ser buen compañero..., y lo demás ya vendrá solo.
¿Algo muy intenso y emocional?
- ¡No! Esas turbulencias empobrecen y desvitalizan, responden a heridas infantiles y viejos anhelos no colmados. ¡Lo enriquecedor es que la relación fluya con facilidad!
Toda pareja es una relación de poder.
- ¡No! Es cooperar, es que uno y uno sean más que dos. Mal amor: "Te lo doy todo".
¿Por qué?
- Dar mucho puede originar en el otro un sentimiento de deuda, y empequeñecerlo. Ya no hay igualdad. ¡Da lo que el otro pueda devolver sin que tenga que perder la dignidad!
¿Y si una parte pide: "Dame más"?
- Puede que esté anclada en un guión de insatisfacción que se nutre de demanda: le des lo que le des, ¡será siempre insuficiente!
Otro ejemplo de mal amor.
- Poner a tus padres o a tus hijos por delante de tu pareja. El buen amor es: "¡Primero nosotros!, antes que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común".
Otro ejemplo de buen amor.
- Reír y llorar juntos ante cualquier adversidad: muertes, abortos, ruinas...
Qué difícil que la pareja dure, ¿no?
- Pues que dure lo que dure: entrar en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de su eventual final.
¿Cuánto dura de promedio una pareja?
- Podemos esperar entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida..., ¡con el consiguiente estrés emocional! Cada final nos enseña el dolor y el desapego..., para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.
Regale un último consejo para fomentar el buen amor en una pareja.
- No deis por hecho que conocéis a vuestra pareja. Miradla cada día de nuevo como si fuera nueva, y veréis lo que no veíais. Nos relacionamos con la imagen que nos hemos hecho del otro, pero... ¿es el otro así hoy?
Conclusión amorosa.
- Lo dicho: solemos reclamar al otro: "Hazme feliz", pero el buen amor consiste en sentir el deseo espontáneo de que el otro sea feliz.



 Aprendiendo juntos
Cima de la Rocallarga, marzo 2013

domingo, 27 de enero de 2013

La colaboración como necesidad

Francisco Barnosell, doctor en Medicina, investiga técnicas de curación de sanadores

"Sanadores y médicos deberíamos colaborar"

61 años, barcelonés, dos hijos. ¿Política? La que prioriza la verdad. Colaboro con diversas clínicas en el diagnóstico de enfermedades neurológicas. He llegado a la conclusión de que somos energía en continuo cambio y hay que aprender a modularla para evitar las enfermedades
 
En carne propia
Hace nueve años, a este médico, hijo de médico, especializado en una técnica de diagnóstico neuromuscular (la electromiografía), se le ocurrió preguntarse por qué algunos pacientes desahuciados por la medicina convencional se curan con medicinas alternativas, y decidió investigarlo. Viajó por medio mundo al encuentro de chamanes, médiums y sanadores de todo tipo, trabajó con ellos e incluso se trató con ellos, y fue volcando sus experiencias en un blog con el seudónimo Paco Lacueva que en menos de un año tenía 100.000 visitas y en la actualidad, más de 500.000. De ahí nació Entre dos aguas (Luciérnaga). "Es posible combinar esas medicinas sin que se excluyan".

El hijo de la portera tenía cáncer de mediastino. El pronóstico eran seis meses de vida.

Sí que empezamos bien.
Al cabo de un año estaba estupendo (vivió siete años más). Me dijo que lo había curado un chamán. Le pedí su historial, se trataba de una curación sin explicación médica. Me chocó tanto, que me puse a investigar como un loco.

Eso le honra.
Llevo toda la vida inmerso en el mundo de la medicina, acumulo más de cuarenta años de experiencia, y en ese mundo de las sanaciones he visto cosas inimaginables, pacientes que mejoraban o se curaban con métodos tan raros que no sabía ni que existían.

Se ha relacionado con médiums, sanadores, chamanes...
Sí, y geobiólogos, radioestésicos, brujos y personajes inclasificables.

Entramos en terrenos resbaladizos.
Hay que investigar, no menospreciar a nadie porque consideremos que no está tan bien preparado como un médico con sus títulos y másters. No digo que nos pasemos al otro lado, sino que tratemos de sacar provecho de ambas medicinas.

Cuénteme sus experiencias.
Las he vivido y he recopilado durante nueve años. Chamanes y sanadores me han permitido estar a su lado mientras trabajaban. Yo mismo he sido conejillo de Indias en varias ocasiones: me tumbé en la mesa de operaciones del sanador filipino Álex (70) y grabé cómo me operaba con las manos de una hernia discal.

Tiene usted valor.
Introdujo las manos en mi cuerpo y sacó un coágulo rojizo. Lo increíble es que un tiempo después me operaron en España de otra vértebra (también lo filmé), y lo que me extrajo el traumatólogo era exactamente igual a lo que me había sacado el chamán. Todo está colgado en internet.

Son cosas difíciles de explicar.
Como médico, para mí lo más incomprensible son las sanaciones a distancia: éramos unas quince personas meditando y enviando energía a otra en coma por un ictus cerebral y que estaba a 10.000 km. Salió del coma durante la sanación. Lo viví también, en varias ocasiones, estando junto al paciente.

¿En qué otros campos ha investigado?
En las vibraciones y sus frecuencias, en la sanación con piedras, que funciona muy bien con enfermedades psicosomáticas porque rescinde los bloqueos emocionales.

¿Cómo se lo explica?
Somos energía que se transmite por química. Cuando una emoción transita de forma anómala en un paciente puede originar un bloqueo que si se enquista puede ser el origen de una enfermedad, una inflamación, un quiste o incluso una tumoración.

Me sorprende usted, doctor.
Tener en cuenta los chacras, los meridianos, los puntos energéticos del cuerpo, el influjo de los campos energéticos y los electromagnéticos; tener en cuenta todas esas cosas que la medicina convencional no considera puede abrir un camino para entender los mecanismos que nos enferman. Nuestra medicina sólo considera el final: el tumor, pero no el recorrido.

Antes de investigarlos, ¿ya creía en estos temas?
En absoluto, pero tengo documentados más de treinta casos de sanaciones de cánceres a desahuciados por la medicina.

¿Cuál fue su experiencia con médiums?
La más espectacular la viví en mi consulta cuando una paciente nada más verme se puso a llorar: "Acabo de ver que tendrá usted un accidente muy grave; y poco después su hijo, pero no será grave". Al cabo de una semana un accidente de moto me dejó en coma, y quince días después lo tuvo mi hijo.

¿Autosugestión?
Los médiums (y he encontrado de todo tipo: gente increíble, charlatanes y mangantes) tienen capacidad para acceder a los archivos akásicos, donde se supone que está toda la información de la humanidad.

¿...?
Después de experiencias como esa no vuelves a ser el mismo. Hoy creo que el sentido de la existencia es experimentar, e incluso considero la posibilidad de la reencarnación para ir acumulando esa experiencia. Hay miles de casos documentados por médicos de pacientes que han muerto y han revivido, y han contado lo que ocurre en ese trance.

¿Qué le dicen sus colegas?
En las clínicas donde colaboro he dado conferencias ante sus gerentes y mis colegas, y he invitado a personajes como el geobiólogo Jean-Jacques para que les hiciera demostraciones.

¿Y?
A veces no sabemos qué tienen los pacientes. Jean-Jacques, con su antena de Lecher, nos decía dónde mirar. Hacíamos el análisis, la resonancia o la ecografía en ese punto y encontrábamos una patología escondida.

¿Cuáles son sus conclusiones?
Espero que a medida que pase el tiempo muchas de las cosas que he podido investigar no se vean tan anómalas, y sanadores y médicos podamos llegar a colaborar, hacer una simbiosis entre las distintas medicinas.

http://pacolacueva.blogspot.com.es/2012/09/65-al-fin-se-publica-el-libro-del-blog.html

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El tiempo

El tiempo depende de lo que hagamos con él.  Regálate el tiempo y lee la entrevista.
Energía, atención plena, momento presente, misión, meditación, subconsciente, creencias limitantes

Entrevista en La Contra de La Vanguardia a Félix Torán 
Ima Sanchis, 25-10-2012

Cuestión de gestión
Conferenciante, escritor, coach, trabaja en la Agencia Espacial Europea, investiga, dirige sesiones científico-técnicas, viaja continuamente, escribe libros, tiene una vida social y familiar intensa, y tiempo para visitar a sus padres (afincados en Valencia), practica deporte cinco horas a la semana y meditación, ocho. ¡Ah!, y dice que pasa mucho tiempo con su familia y que duerme ocho horas diarias. ¿Les salen las cuentas?... A mí tampoco. Entonces, ¿cuál es el secreto? Para responder a esa pregunta que le hacen como mínimo una vez al día ha escrito El tiempo en tus manos (Luciérnaga), una guía para gestionar bien el tiempo. "Deje de trabajar para el tiempo -me dice-, y el tiempo trabajará para usted".

Para ser feliz, basta con dejar de ser no feliz.

Bonita frase.
Nos pasamos el día creando causas que van en contra de nuestra propia felicidad y que al final se anclan en el subconsciente convirtiéndose en resistencias que operan continuamente.

No tengo tiempo de nada.
Ese mantra nos programa precisamente para eso. No lo repita más y aprenda a gestionar el tiempo.

¿Por dónde empezamos?
Separando lo importante de lo no importante. La mayoría no sabe hacerlo porque no tiene un criterio para ello.

¿Cuál es el criterio?
Saber dónde queremos llegar, cuál es nuestra visión y nuestra misión en la vida, de la que se derivan valores y metas. Todo lo que vaya a favor de eso es importante; lo que nos separe de ello es un ladrón de tiempo.

¿...?
Puede ser una persona, una tarea, una situación. Cada persona tiene sus ladrones de tiempo, pero hay algunos muy extendidos, como las interrupciones, reuniones y llamadas no deseadas, el desorden, la multitarea.

Lo de tener una visión suena esotérico.
La visión es el propósito en la vida, en qué queremos convertirnos a largo plazo. El hecho de ponerlo por escrito nos cambia la vida, nos da un marco de referencia; si no, nos pasamos la vida en prueba y error.

¿Y lo de la misión?
Como mínimo es la de ser feliz. Se trata de un proceso de autodescubrimiento. Hay que cuestionarse tres cosas: quién soy, cuáles son mis talentos, qué voy a hacer con ellos y a quiénes voy a dirigirme. Si no sabemos por qué hacemos lo que hacemos, perdemos la motivación.

Cierto.
Mucha gente vive en el mundo de lo urgente y hace cosas que no son importantes para ellos, sino para otros, y encima eso les produce estrés. Hay que salir de esa zona. Estar ocupado no es malo, siempre y cuando estemos hablando de trabajo y no de esfuerzo.

Alto ahí.
Si lo que haces está alineado con tu misión y disfrutas haciéndolo, puedes estar muy ocupado, pero no agotado.

Deme más herramientas.
Dedique un tiempo a cada tarea y huya de la procrastinación.

Latinajo.
Significa dejar para más tarde. Yo soy partidario del hágalo ya. En el momento en que se te ocurre una idea, el universo entero está en la mejor configuración para que la pongas en marcha. Si estás inspirado la acción fluye sola, parece que todo encaja.

Dígame las tres cualidades básicas de un buen gestor del tiempo.
Son personas proactivas: no esperan que las cosas pasen, sino que hacen que las cosas pasen. En el universo rige la ley de causa y efecto: toda causa da lugar a un efecto.

La ciencia se fundamenta en ello.
Por tanto, si yo no hago nada nuevo, nada nuevo va a pasar. Si quieres conseguir algo, debes considerarlo un efecto y así empezar a crear las causas. La persona reactiva espera que las cosas pasen mágicamente.

Entendido.
El cóctel de la buena gestión del tiempo consiste en cuatro partes de disciplina y una de improvisación. Y hay que conocer el concepto del tiempo, saber que existe el tiempo verdadero y el falso.

Curiosa distinción.
El tiempo verdadero es el instante presente; el falso tiempo necesita de la mente (programar tareas, recordar...), muy útil, pero si nos excedemos deriva en estrés y enfermedad. En cambio, la conexión con el instante presente la usamos muy poco y es lo que nos hace felices y productivos.

¿Productivos?
El súmmum de la gestión del tiempo es la atención plena, cualidad milenaria que nos permite estar en contacto con el presente incluso usando la mente. Otro aspecto esencial es gestionar bien la energía.

No estar siempre agotado.
Hemos de ser conscientes de cómo fluctúa nuestra energía durante el día para dedicar a las tareas importantes nuestros momentos de máxima energía.

...
La concentración es otro punto importante. Es una cualidad que se desarrolla mediante la meditación. Si aprendemos a concentrarnos en la respiración, desarrollamos la capacidad de no dejarnos llevar por distracciones. Y no hay que olvidar nuestro personal departamento de ayuda: el subconsciente.

¿Cómo conseguir su ayuda?
Si somos capaces de crear una imagen mental clara de lo que queremos lograr y lo asociamos a emociones (que ayudan a que el contenido se grabe con más fuerza), empezaremos a percibir las oportunidades. Pero es fundamental eliminar las creencias limitantes ("yo no valgo..., no merezco..."), que operan sin que seamos conscientes.

Deme algún truco para poner a trabajar al subconsciente.
Escriba en un papel su objetivo (por el que ya estamos luchando, aquí no hay magia) y hágalo de manera correcta (en presente, en voz activa). "Quiero encontrar trabajo" implica carencia; escriba: "Encuentro trabajo", imagine que ya lo tiene. Y aprenda a leer en su cuerpo, en sus sensaciones, porque es como se expresa el subconsciente.


Anacapri, Nápoles (Italia)
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Noviembre 2011


martes, 12 de junio de 2012

Reflexiones sobre el sufrimiento

El pasado mes de mayo se presentó Duelia, la primera red social de ayuda en el proceso de duelo y enfermedad, donde diversos profesionales aportan asesoramiento y  reflexiones sobre cómo afrontar el duelo y la enfermedad.

Alba Payàs que dirige el Instituto IPIR, entidad dedicada a la formación de personas que desean especializarse en el acompañamiento en final de vida y duelo, donde estoy realizando mi formación como asesora experta en duelo desde un modelo IR, en su artículo del 28 de abril nos lleva a importantes reflexiones sobre si tras un duelo se querría o no tomar una píldora contra el duelo y sobre el Sufrimiento necesario y el sufrimiento innecesario.

El texto de Alba que podemos leer en el artículo de Duelia dice lo siguiente:

"Los seres humanos enfrentados a una pérdida como es la de la propia vida o la de un ser querido, a menudo nos vemos desbordados por emociones, sentimientos como confusión, parálisis, miedo, culpa, desesperanza…¿Es este sufrimiento necesario? ¿Debe suprimirse este dolor emocional? ¿Tiene algún sentido?

Suelo preguntar a las personas en duelo que acompaño en grupos de apoyo … si existiera una píldora en la farmacia contra el duelo, que tomándotela dejaras de sentir dolor ¿os la tomarías? Imagínate lo que seria… dejar de sufrir, no sentir tristeza, ni añoranza de tu ser querido, ni enfado por haberle perdido, ni malestar… toda la sintomatología de duelo eliminada, no sentir nada…estar emocionalmente tranquilo… ¿os  la tomarías?. Siempre hay un momento de silencio tras esta pregunta,  unas miradas pensativas y luego la mayoría de las personas en duelo ladean la cabeza con un no …. Dicen que no…. Que aunque no saben muy bien como explicarlo  no se la tomarían…….. Que a pesar de todo necesitan sentir ese dolor aunque muchos no saben definir el porque…..” Si no sintiera dolor es como si no me importara que hubiera muerto”…  “Creo que este dolor me ayuda a sentirme conectada con ella”… “es una manera de seguir diciendo que le he amado y que le sigo amando” … si no sintiera nada emocional seria como si estuviera muerto”…. Yo le pedí a mi psiquiatra que me quitara la medicación, me sentía anestesiado y como un zombi y ¡necesitaba sentir la muerte de mi hijo!

Parece entonces que hay un sufrimiento necesario en el duelo que todo necesitamos vivir, que puede orientarnos en el proceso y que encierra algo importante para nosotros en relación a nuestra pérdida… Un sufrimiento al que tenemos que  entregarnos porque  abre caminos en nuestro corazón que nos permiten acceder a significados, tareas no resueltas, sentimientos escondidos que nos pueden ser necesario en el camino de la recuperación. Pero, dicho esto, también es importante señalar que hay un sufrimiento innecesario, que destruye a la persona que no conduce a nada ¡tantas personas en duelo hemos acompañado que han acabado muertas en vida , encerrado su corazón con resentimiento, la amargura o la depresión ¡

Afrontar la perdida de un ser querido o la propia muerte son experiencias vitales que a pesar de que forman parte de la vida de todos nosotros, nos llenan de sentimientos difíciles. No solo nos enfrentamos con la pérdida de la relación o de la propia vida sino que las creencias, valores y presuposiciones que nos sostenían hasta ahora se ven sacudidos y cuestionados. ¿Que sentido puede tener la vida sin este ser querido? ¿Qué sentido tiene el sufrimiento cuando la vida se acaba? ¿Por qué a mí?  El duelo surge  como el proceso de integrar esta experiencia de pérdida en la vida y según sea su desarrollo la persona puede emerger con un crecimiento personal, con significados renovados y con vislumbres de esperanza que le pueden sostener en su camino. También sabemos que para ciertas personas el sufrimiento que viven en su duelo acaba con la destrucción del sentido de la vida y de las relaciones, desesperanza, dificultades relacionales, aislamiento y para algunos problemas de salud física o mental."

José Miguel Gaona en la entrevista de la Contra de La Vanguardia de hoy también nos habla de esa posible píldora que le piden sus pacientes en duelo y a los que les contesta y  ¿Qué tiene de malo pasarlo mal una temporadita?.

Cuáles son sus intereses?
Las adicciones, los exorcismos, las experiencias cercanas a la muerte, el síndrome de decaimiento...

¿Qué tienen en común?
El misterioso cerebro humano. Yo era cirujano..., pero me aburrí: demasiado robotizado. Me pasé a la psiquiatría: ¡me apasiona, por lo insondable de nuestro cerebro!

¿Ahí puede ser más creativo?
Sí, puesto que parto de un misterio.

¿Cuál?
Este: ¿dónde está la conciencia?

Pues en el cerebro, ¿no?
Pero imagina que reproducimos tu cerebro átomo por átomo: ¿en cuál de los dos cerebros estará tu yo?

...
He hecho esta pregunta a los neurocientíficos más avanzados: no saben responderla.

¿Y qué respondería usted?
Que tampoco lo sé.

¿Tiene que ver esto con las experiencias cercanas a la muerte (ECM)?
Sí. Hemos documentado casos de personas en muerte clínica... que al regresar describían algún detalle que ninguno de sus sentidos pudo reportarles.

¡Más misterio!
Sigamos investigando, como en los casos de exorcismos por presuntas infestaciones...

¿Qué le atrae de estas investigaciones?
Constatar cómo el cerebro construye realidad, cómo nos aferramos a creencias y cómo vemos a través de ellas.

¿Hay algo común a quienes han vivido una ECM?
Son menos materialistas y más arrojados que antes: tienen menos miedo a la vida. Este cambio de valores... provoca que dos tercios se separen de sus parejas.

Otro de sus intereses, me dice, es el síndrome de decaimiento...
¡Cada vez es más frecuente! Precisamente una separación o una pérdida (de un ser querido, un trabajo...) pueden desencadenarlo.

¿En qué consiste ese síndrome?
Es un estado de ánimo bajo.

¿Qué síntomas lo delatan?
Apatía, cansancio, desmotivación, agobio, estrés, inapetencia sexual, desgana, insomnio...

Todos lo hemos sentido alguna vez.
Lo llamativo es que pasa cada vez más a menudo..., y a cada vez más personas.

¿A qué atribuye este síndrome?
Al nuestro bajo umbral de frustración.

¿Soportamos mal la frustración?
Peor que nuestros padres y abuelos... Nosotros ocultamos la muerte, negamos el dolor, rechazamos la dificultad... Fíjate: nos diagnostican una enfermedad, ¡y nos sorprende!

Claro, ¿no?
¡La enfermedad es normal, es parte de la vida! En vez de entenderlo así, nos preguntamos: “¿Cómo es posible?”. Y seguimos: “¿Por qué yo?”. Y concluimos: “¡No es justo!”. Son pensamientos muy desvariados...

Ya.
Hay un desenlace fatal en urgencias, ¡y buscamos culpables! Nos cuesta aceptar que lo normal es morirse, ¡y que lo excepcional es vivir! Nos creemos con derecho a todo, ¡felicidad incluida y garantizada! Abominamos del dolor físico y psíquico.

¿Y qué deberíamos hacer?
Pues no vivir el dolor como trastorno y revés insoportable. “Estoy fatal por un duelo”, me dicen en la consulta. “¡Recéteme algo para que se me pase rápido!”, me piden. ¡Pues no, señor mío: ahora le toca pasarlo mal! Páselo mal. ¿Qué tiene de malo pasarlo mal una temporadita, eh? ¡Ya amainará!

O sea, que deberíamos elevar nuestro umbral de frustración.
Si sobreproteges a tus hijos, ¡los desarmas frente a la frustración! Y se frustrarán más.

¿Receta?
A mi hija de 21 años, que estudia Oceanografía en Canarias, ya le he dejado claro que al terminar... ¡nada de volver a casita!

Es usted coherente..., y rudo.
¡He educado así a mis hijos desde niños! ¿Cuál es el objetivo último de la educación?

¿Cuál?
Ayudar al hijo a ser independiente rápido.

¿Bajará más el umbral de frustración?
Quizá la crisis nos enseñe a arremangarnos, y así frenemos esa tendencia. Colaboro como médico en África... y nadie allí padece síndrome de decaimiento: ¡encontrar qué comer les alegra sobremanera cada día!

¿Qué receta a sus pacientes con síndrome de decaimiento?
Primero exploramos las causas de su decaimiento… y su umbral de frustración. Y en vez de enmascarar sus síntomas recetando alegremente antidepresivos, prefiero emplear el triptófano. Con eso puede bastar.

¿Triptófano?
Es un aminoácido esencial. No es un fármaco, sino un suplemento alimenticio. Si abunda en sangre, tu cerebro podrá fabricar fácilmente serotonina..., ¡y te subirá el ánimo!

¿Qué es la serotonina?
El neurotransmisor del bienestar, de la satisfacción, de la saciedad... Y así no necesitarás comerte un bollo (y engordar: ¡fatal!).

¿Dónde encuentro triptófano?
En la farmacia. Una cápsula al día: no produce efectos colaterales ni adicción. ¡Disminuye la ansiedad y regula el ciclo del sueño!

Dormir bien es la mejor medicina, ¿no?
Dormir mal facilita la tendencia depresiva.

¿Conclusión?
Combinamos una baja tolerancia a la frustración... y una alta autoexigencia: ¡peligro!


El nexo común para mi de estos dos artículos es el del temor que tenemos todos al sufrimiento, al rechazo de la dificultad, la negación del dolor y la ocultación de la muerte,  la lectura del artículo de Alba Payàs y la entrevista con  José Miguel Gaona nos aportan luz sobre ello.


Mar de nubes desde el albergue de Orisson
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas  
Terapeuta floral
junio 2012

viernes, 16 de marzo de 2012

Vivir en un mundo diferente

La entrevista del pasado miercoles, 14 de marzo, tenía como protagonista a Annie Marquier, el motivo, la participación en las jornadas sobre La Evolución de la Conciencia (CosmoCaixa) y exponer los descubrimientos sobre el cerebro del corazón y sus implicaciones.

...Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer. 


He recibido un comentario de que no participará en estas jornadas y un enlace con esta entrevista, han sido 120 minutos de la mano de la conciencia.

martes, 28 de febrero de 2012

La montaña

Entrevista en La Contra de La Vanguardia a Carlos Soria, alpinista septuagenario

"Nadie ha tenido que subir a rescatarme: ese es mi orgullo"



¿La montaña es traicionera?
La montaña jamás miente. ¡Otra cosa es que alguna vez yo no haya sabido interpretarla!


El que sufra en la montaña ¡que no vaya!


¡En la montaña todo me duele menos!
Fotos: Pilar Vidal Clavería

martes, 17 de enero de 2012

El reino del corazón

Claudio Naranjo, médico y doctor en Educación
Ocúpate del reino del corazón, y lo demás te llegará

Tengo 79 años. Nací en Valparaíso (Chile) y vivo viajando. Soy psiquiatra. Estoy viudo y tuve un hijo que falleció. Ojalá los políticos hubiesen sido educados amorosamente. No creo en la competencia entre religiones. Soy divulgador del eneagrama, un mapa de la personalidad.


Víctor - M. Amela, La Contra- La Vanguardia

Qué es el eneagrama?
Una herramienta de autoconocimiento, la más completa.

¿En qué consiste?
Es un mapa de las nueve pasiones que conforman tu personalidad: te ayuda a conocerlas, y así identificar cuál de ellas te domina.

¿Cuáles son esas nueve pasiones?
Ira, orgullo, vanidad, envidia, avaricia, cobardía, gula, lujuria y pereza.

Suenan a los pecados capitales.
Los griegos ya enumeraron casi todas esas pasiones, llamadas luego pecados por el cristianismo, y que son a su vez los nueve eneatipos del eneagrama.

¿Y una de esas pasiones me domina?
Siempre hay una dominante sobre las demás: identifica cuál es la tuya, y así podrás trabajarte para equilibrarla con las demás.

¿Con qué fin?
Dejar de actuar reactivamente, con automatismos, como una máquina: ante cada situación serás capaz de actuar con conciencia.

¿Cuál es su pasión dominante?
La avaricia.

¿Sí?
He temido siempre quedarme sin nada: temeroso de la precariedad de mis recursos, me ha costado invertir en mis capacidades, he desconfiado de mí... Y eso me ha dejado en el filo del vivir, una vida por vivir.

¿No ha podido dominar esa avaricia?
Ya sí, pero ha sido difícil. Ya lo dijo Churchill: "El hombre se tropieza con la verdad..., pero se levanta y sigue su camino".

¿De dónde proviene el eneagrama?
De un esoterismo cristiano de Asia Central, que divulgó por Europa una especie de Sócrates ruso de principios del siglo XX, Gurdjieff. Y de él lo aprendió Óscar Ichazo, que me lo enseñó en el desierto de Arica.

¿Cómo fue usted a parar al desierto?
Era 1970, y yo pasaba el peor momento de mi vida... Y me retiré durante seis meses.

¿Qué le había sucedido?
Mi segunda esposa tuvo un accidente de automóvil y murió mi hijo de once años.

Sobreponerse debió de ser duro...
Yo tenía 37 años y me tendía en su camita y pasaba horas y horas llorando. Un día entendí que era llanto por lo que no había podido quererle. Sentí su presencia y dejé de llorar.

¿Y qué aprendió en el desierto?
Yo era médico psiquiatra. Vi que la medicina farmacológica abordaba síntomas, pero no la raíz del problema del paciente: la dejé para ejercer como psicoterapeuta.

¿Es muy malo que mande una pasión?
Lo malo es que en ese caso tu vida será más pequeña, automatizada, dilapidarás energías..., pudiendo vivir más plenamente.

¿Qué automatismo le hizo ser médico?
A los seis años vi la luna llena y le pregunté a mi madre qué era eso. Me dijo que era un cuerpo celeste, como lo eran las estrellas, los planetas..., y me habló de la gravedad... y experimenté un intenso placer ante ese vislumbre de conocimiento... Y ya busqué repetir ese gozo, y eso me llevó a la ciencia.

Pero luego dejó la ciencia.
Cuando sentí que la filosofía y la psicología afrontaban mejor el dolor de la infelicidad.

¿Cuál ha sido su momento más feliz?
A los 20 años tuve una relación erótica con una conocida de 40 años, y sentí tanta alegría... ¡El mundo era bello! Sentí la alegría normal del vivir, y ahí fui consciente de que yo no había estado vivo hasta entonces.

¿Ha llegado a conocerse perfectamente a sí mismo?
En el centro de la cebolla, si vas quitando capas y capas, no hay semilla, ¡no hay nada!

¿Qué significa esto?
Que lo único que hay son los demás. Antes yo me recluía en mi torre de marfil, pero hoy veo los problemas del mundo...

¿Cuáles son?
Todos derivan de una estructura patriarcal profunda, de modo que todos se diluirían si educásemos a los niños de otra manera.

¿Cómo, exactamente?
Integrando intelecto, cuerpo, emociones y espíritu, para ser más amorosos, más libres: más sabios. Pero para eso es decisivo primero que eduquemos a los educadores.

¿Tenemos una educación no amorosa?
Demasiado intelectual, institucional, individualista, patriarcal y poco humanística. Nuestra sociedad sigue siendo machista y depredadora. Ya decía Cicerón: "Cada senador es sabio..., pero el Senado es un idiota".

¿Solución?
Integrar intelecto, amor e instinto, nuestros tres cerebros. Abrazarlos a los tres de verdad: por ahora, el intelecto ha eclipsado el amor y ha demonizado el instinto.

¿Debo dejarme llevar por mi instinto?
Si te arrastra, no eres libre: se trata de aliarte con tu instinto.

¿Qué pasión domina hoy al mundo?
La vanidad. Se expresa en la pulsión por el éxito económico, la supremacía tecnológica, la confusión entre valor y precio...

¿Hacia dónde se encamina el mundo?
Muchos son los llamados..., pero muchos son también los sordos. Hay una pulsión de transformación cierta, pero pasa por encender la luz y ver en tu propia oscuridad.

Y si lograse encenderla, ¿qué veré?
Sabrás que todo es pulsátil, que todo late... Si buscas el yo, acabarás topándote con la ausencia de yo: lo transformador es sentir el ser. Si eso sucede, tendrás días peores o mejores..., pero recordarás el sabor del ser.

¿Un consejo definitivo?
Ocúpate del reino del corazón, y el resto te llegará por añadidura.


Eneagrama social

Es un señor plácido de cándidas barbas y verbo cálido que ha dedicado su vida a estudiar la anatomía de la psique. Eso lo llevó a ser el pionero de la integración psicoespiritual mediante el Instituto SAT, que aplica el eneagrama para profundizar en el autoconocimiento de la personalidad. Lo que, a su vez, le ha llevado a promover una educación transformadora desde la Fundación Claudio Naranjo (fundacionclaudionaranjo.com), con propuestas convergentes con las que formula el filósofo y profesor José Antonio Marina. También publica libros como El eneagrama de la sociedad.Males del mundo, males del alma (La Llave) y da charlas (como este jueves en Granollers: www.espaipertu.com).


 Corazón junto al Lago Besiberri, 16 de octubre 2011 

Foto: Pilar Vidal Clavería

martes, 3 de enero de 2012

Celebrar

El justo enseña al injusto.
El injusto es la materia del justo.
No reverenciar la enseñanza sutil,
no respetar la materia bruta,
conduce a un gran error.
Sea cual sea el saber,
lo esencial es un enigma.

Lao Tsé 


Desierto Libia
Foto: Pilar Vidal Clavería
diciembre 2008

Entrevista en La Contra de La Vanguardia con Lou Marinoff, doctor en Filosofía de la Ciencia:

Celebra cada momento

martes, 27 de diciembre de 2011

Un gramo de alegría con Magda Gomar

Hace unos años recortaba y guardaba algunas de las entrevistas de La Contra de La Vanguardia. Me acabo de encontrar con una que se le hizo a Magda Gomar el 20 de mayo del 2006, sus respuestas  están llenas de sabiduria, me gustan y hoy las comparto. 

La Contra de La Vanguardia, 20 de Mayo de 2006, Inma Sanchís
Hay personas cuya simple compañía reconforta. Suelen hablar poco y estar contentas. Cuando te miran, te funden. Por lo general, llevan muchos años de vida y conservan intacto el niño que fueron. Están más allá de los títulos académicos, son la antítesis de un intelectual. Se trata de gente sabia, sencillamente sabia. A la abuela Gomar la quiere mucha gente; yo también, aunque apenas la conozco, pero sabe leer en tu cuerpo y en tu alma y hace lo posible por ayudarte. La entrevista no importa, el sujeto que está frente a ella importa. Esa fortaleza, esa cordura, es poderosa. No le gusta que la llamen sanadora, dice que ella simplemente ayuda a los demás como un canal por el que pasa la energía: “Sé lo que hay que hacer, pero todos tenemos esa capacidad, basta trabajarse” .


Tengo 76 años. Nací en Barcelona y vivo en El Masnou. Estoy viuda y tengo hija y nieto. Desde los nueve años ayudo a la gente, le digo qué hacer para resolver sus problemas, soy una especie de consejera que pide por los demás. Somos energía, hay que pulirla. Todos tenemos un ángel, hay que pedirle. Publicó El Sentit de l'existència (Abadia)

- Cuál ha sido su suerte?


- Muy pronto, a los 5 años, supe que había venido a este mundo para ayudar a los otros.


- Saber lo que quieres es jugar con ventaja.


- Hay que ser humilde, hay que pedir ayuda. Yo se la pido al Padre Eterno, pero no pertenezco a ninguna religión, ni falta que hace. Pide sabiduría y te será dada. Pide tranquilidad y te será dada. Pide lo que quieras porque hay algo superior, ponle el nombre que quieras. Busca tu alma. Puedes creer en la religión que sea, pero si no miras dentro de ti, si no te escuchas, no sirve de nada.


- ¿Y por qué quería ayudar a los demás?


- De pequeña vivía con mis abuelos. El abuelo había fabricado con sus manos una preciosa silla de roble que ocupaba un lugar preferente en la sala, junto al fuego. Allí se sentaba todo pobre que pasaba por casa. ¡Era emocionante ver comer a alguien que tenía hambre de verdad! Mi abuelo siempre ayudó a los demás. No tenía nada, pero era un hombre rico, estaba lleno de amor y de alegría.


- Entiendo.


- Murió cuando cumplí 9 años, después que la abuela. Entendí que no había nada eterno, y que nada me pertenecía. Me quedé sola, nunca me entendí con mis padres. Pero tuve una gran suerte: supe escuchar a mi alma. Me construí una gruta interior en la que estaba calentita en invierno y fresca en verano.


-...


- Aprendí poco a poco que todos tenemos una gran riqueza interior que hay que ir puliendo y queriendo. También me inventé un carro con dos caballos, uno blanco y otro negro, y cuando la pena me pesaba, la metía en el carro. Pero a los 14 años tuve miedo.


- ¿Qué le pasó?


- Sarna, había perdido las uñas de las manos y de los pies, toda yo era una llaga que supuraba. Le pedí a mi Padre que me ayudara y conocí a un médico y a su mujer que, en la bañera de su casa, me fregaron y me curaron con cariño. Aprendí, de personas que no me conocían, la generosidad. Y entendí que no podía tener miedo. Aquello me brindó seguridad y fortaleza para el resto de la vida.


- Aprende usted rápido.


- Inténtalo tú, prueba a buscar dentro de ti un gramo de fe y de seguridad. Sin miedo.


- A veces, las pruebas son muy duras.


- Yo tenía cáncer. Tras la operación, los médicos me dieron un mes de vida. Yo ya sabía que somos energía, pero me propuse pulirla más que nunca. A la enfermedad le puse nombre y le hablaba.


- ¿Qué le decía?


- Que la quería como a una maestra, pero que todavía no podía morirme. Todos nosotros somos energía. Una energía que hay que sentir fluir y aprender a enviar a donde sea necesaria, con constancia, gobernándola, dándole amor, explicándole el problema.


-... Y la energía fluye.


- Sí, pero estas energías siempre son redondas. Imagina un anillo y pásalo suavemente desde la cabeza hasta los pies. Yo le hablaba a mi energía, la pinté de color rojo y le dije exactamente dónde estaba la enfermedad.


- ¿Algún familiar la ayudó?


- No. Pero una mujer desconocida, pobre y con cuatro hijos que pasaban hambre, me llevó a su casa. Al cabo de nueve meses me atropelló un coche, querían cortarme una pierna y me negué. La salvé. Fue un arduo aprendizaje, pero hoy con mi energía puedo ayudar a los demás. A aquella mujer nunca más le ha faltado de nada. No tires nunca la toalla.


- A veces...


- Nunca. Todos tenemos el poder del que te hablo. Haz una cosa: métete en la bañera y tira un kilo de sal, quédate en calma y pide soluciones. Cuida tu cuerpo, límpialo, porque todo es uno. Cuerpo y alma caminan juntos. Haz este ejercicio a menudo, verás...


- ¿. ..?


- La vida es un juego: si no juegas, pierdes. Déjate fluir, ten ilusión, ten esperanza, nadie te la puede quitar. Yo todo lo resuelvo a base de juegos: si alguien viene a pedirme ayuda, le hago meter su problema en un cubo de agua y le damos vueltas redondas hasta que el dolor se transmuta y el mal se ahoga.


- ¿Dónde aprendió todo eso?


- Sola, de niña. Yo recurría al rey Neptuno cuando tenía un conflicto, iba a verlo con mi barca imaginaria, y funcionaba. Aprende a jugar; si no es jugando, nunca llegaremos a resolver nada. No lo olvides: los problemas, los males, las dificultades, todo es un juego.


- Entiendo.


- Y cuando se te acerque alguien, intenta ayudarle, tendrás el apoyo necesario, no lo dudes. Practícalo y te darás cuenta de que eres rica. Todos podemos tener lo que necesitamos en la vida. ¿Sabéis que os falta...? Un gramo. Un gramo de paciencia, un gramo de fe, un gramo de esperanza.


- De cero a un gramo hay un mundo.


- Queremos que todo fluya por la fuerza, que todo nos vaya bien. ¿Cómo puedes conseguirlo si no dedicas ni un minuto de tu tiempo a escucharte, a entenderte?


- Es usted sabia.


- Emociónate, así podrás buscar tu espíritu y averiguar qué has venido a hacer a este mundo. Estate segura de que todos tenemos un ángel que nos escucha. Y si tienes una persona querida que ha muerto, pídele que te ayude. Lo hará, pero no dudes.


- Estamos tan perdidos y tan necesitados que buscamos sin saber qué. 


- Desde muy pequeña aprendí que tenía que luchar. Nadie me solucionaría mis problemas. Si no cambiaba mi actitud, la batalla estaba perdida. La cambié. No podía estar apagada, cantaba y silbaba al mismo tiempo. Ponía mi gramo de alegría.




Myanmar, agosto 2007
Foto: Pilar Vidal Clavería

viernes, 9 de septiembre de 2011

Cambiar las creencias

El pasado 31 de agosto el comentario del libro de Bruce Lipton, La biología de la creencia, llegaba a este blog, el 20 y 21 de agosto participé en el taller de PSYCH-K®, y yo misma comprobé, y sigo comprobando con su práctica,  lo eficaz de esta técnica, hoy aparece esta entrevista en La Contra,  la difusión del PSYCH-K® no ha hecho más que empezar.

Bruce Lipton, doctor en Medicina, investigador en biología celular.

Tengo 67 años. Nací y vivo en Nueva Zelanda. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Creo que la evolución de la civilización está ocurriendo ahora. Un cuerpo humano está hecho de 50 trillones de células, el ser es una comunidad. Pasé de científico agnóstico a místico.

Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso.

Ima Sanchis, La Contra, La Vanguardia

¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.

¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.

¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.

¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

Me suena a fórmula feliz...
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...

¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.

Podemos cambiar

No se trata de un gurú de las pseudociencias, Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde llevó a cabo estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitadoras. El problema siempre es el cómo: cómo cambiar la información del subconsciente. En su libro La biología de la creencia (Palmyra) recomienda métodos como el PSYCH-K. Y en La biología de la transformación (La esfera de los libros) explica la posibilidad de una evolución espontánea de nuestra especie.

Pilar Vidal Clavería Facilitadora PSYCH-K®

viernes, 22 de julio de 2011

Algo más que sobrevivir

El recorrido que hizo Enaiatollah Akbari desde Afganistán a Italia no se puede considerar turístico, sino de supervivencia.

En el libro En el mar hay cocodrilos, Enaiat nos explica su historia desde los ocho hasta los catorce años, con la ayuda del periodista Fabio Geda.

Las ganas de vivir fueron el impulso que permitieron a Enaiat,  después de llegar al Pakistán continuar su ruta hacía Irán, Turquia, Grecia y finalmente Italia.

Con ocho años hizo su primer viaje del Afganistán al Pakistán con su madre, a la ciudad de Quetta, a los pocos día de llegar, al despertarse por la mañana su madre no estaba, los otros viajes los continuó sin ella,  movido por la esperanza de encontrar un lugar mejor que el anterior, asumiendo los riesgos de atravesar, no importa cómo,  los muchos kilómetros que separan los países que atravesó, hasta poder llegar a Italia.

El pasado junio apareció una entrevista en La Contra de La Vanguardia.

Enaiatollah Akbari, que con diez años huyó a pie de Afganistán

“Mataron al profesor ante los niños: así se destruye un país”

Creo que tengo unos 22 años. Nací en una aldea afgana, Nava, y hoy vivo en Turín (Italia): llegué caminando y en camiones. Trabajo y estudio, acogido en una familia turinesa. Estoy soltero, sin hijos. Los políticos afganos son títeres ignorantes. La religión es el opio del pueblo.

VÍCTOR-M. AMELA
¿Desconoce su edad?
Yo calculo que tendría  unos diez años cuando mi madre me abandonó…

¿Por qué le abandonó?
Quiso darme una vida mejor. Me llevó de Afganistán a Pakistán…

¿Tan mal estaban en Afganistán?
Unos talibanes querían secuestrarme para esclavizarme. Amí y a mi hermano. Mi madre nos escondía en un agujero en el suelo, pero yo iba creciendo, y ya no cabíamos.

¿Qué querían hacerles esos talibanes?
Un rico talibán obligó a mi padre a conducir un camión de mercancías a Irán y…

¿Le obligó?
Somos de la etnia hazara, minoría afgana siempre humillada: somos minoría entre la mayoría pastún, chiíes entre la mayoría suní, hablamos dari (afín al farsi de Irán)…

¿Bajo qué amenaza fue obligado?
Matar a su esposa e hijos. ¡Así eran los talibanes, fanáticos llegados de muchos países!

¿Y qué hizo su padre?
Conducir el camión. Unos bandidos le asaltaron en un barranco, robaron la carga y le mataron. Al saberlo, el rico envió a un sicario a mi madre: “Entréguenos a sus hijos para compensar los daños causados por su marido”. Por suerte, no estábamos en casa esa tarde. Y mi madre empezó a escondernos, hasta que hicimos aquel viaje a Pakistán…

¿Qué le dijo su madre al abandonarle?
Nada. Me adormeció entre caricias mientras me reiteraba tres consejos: “Jamás empuñes un arma. Jamás te drogues. Jamás robes”. Y por la mañana, ella ya no estaba…

¿Y qué hizo usted?
Llorar… y enseguida pensar en sobrevivir. Hacía recados al dueño del almacén y dormía allí. Comía lo que recogía en el mercado de Quetta, hice de vendedor ambulante…

¿Qué aprendió allí?
A hacer amigos. Nos juntamos un grupo de niños huérfanos.

¿Cumplió los mandamientos de mamá?
Sí. Tomar un poco de comida de aquí o allá no es robar: es sobrevivir.

¿Qué recuerda de Afganistán?
Lo bonito que era vivir en mi aldea, hasta que llegaron los talibanes, pagados por el dinero wahabí saudí. Cerraron la escuela.

¿Por qué la cerraron?
Odiaban que el profesor explicase más cosas que recitar el Corán. Primero le amenazaron. Luego volvieron, formaron con los niños un corro en el patio, en el centro colocaron al profesor… y le pegaron un tiro.

¿Volvió a abrir la escuela?
No. ¡Así se destruye un país! Hoy el 80% de los parlamentarios en Afganistán son analfabetos, son títeres ignorantes.

Hoy vive en Italia: ¿cómo llegó?
Una bomba talibán mató a 19 personas en mi mercado, otro día me tomaba una sopa… y un wahabí me la volcó porque no cumplía con sus normas… ¡Y me harté!

¿Y adónde fue?
Un amigo y yo pagamos a un traficante de personas que nos llevó a Irán, a trabajar en canteras… Esclavos, pero cobrábamos.

¿Cómo llegaron?
En dobles fondos de camiones, entre personas apretujadas. Siempre moría alguien…

¿Por qué siguió hacia Occidente?
Una piedra me hirió una pierna, y me maltrataron en vez de cuidarme. En cuanto pude caminar, decidí buscar un lugar mejor. Y alguien dijo que Turquía era mejor…

¿Y cómo llegó a Turquía?
Éramos setenta personas caminando durante 27 días a través de una cordillera montañosa. Bebíamos de la nieve. Murieron doce personas en el camino… Robé los zapatos de un cadáver, los míos estaban rotos.

¿Mereció la pena el viaje?
¡Qué belleza, al llegar a un valle turco! Luego, en el doble fondo de un camión, como un feto, en tres días llegamos a Estambul…

¿En qué estado?
Me sacaron cegado y entumecido, me tiraron al suelo y no pude moverme en un día. Trabajé un tiempo en el mercado, hasta que me dijeron que en Europa estaría mejor.

Y otra vez a jugarse la vida…
¡Más que nunca! Cruzamos el mar hasta la isla de Lesbos en bote neumático… Un chico de 11 años no quería subir, estaba aterrorizado y lloraba: “¡En el mar hay cocodrilos y nos devorarán!”. Al fin subió. Padecimos una tormenta, y el chico cayó al agua. Y se ahogó. Se llamaba Husein Ali.

Usted ha tenido mucha suerte…
Y ha habido gente muy buena: en la isla de Lesbos, una señora me dio dinero para llegar hasta Atenas. La policía griega es la más dura del mundo, pero se preparaban los Juegos y nos dejaron trabajar sin papeles.

Y cuando eso terminó, ¿qué hizo?
Entré en el falso fondo de un camión embarcado… y llegué a Venecia, donde un chico me dejó ducharme y me ayudó a llegar a Roma, donde había otros afganos. Allí supe que un amigo de mi pueblo vivía en Turín…

Y ahora… ¿seguirá viajando?
No, no: ya estoy bien en Turín: desde que llegué con 14 años, y me acogió una familia de allí, puedo trabajar y estudiar.

¿Qué le diría a un chico de 14 años que lea su peripecia vital?
Que sepas que todo lo que tienes – ropa en el armario, nevera llena…-¡no es lo normal!
 
¿Cuál es hoy su sueño?
Mi madre y hermano viven ahora en Quetta: les he ayudado. Yo querría poder vivir en mi país, en paz y libertad. Y que ningún otro niño pase lo que yo pasé. Pero mientras ahora hablamos… ¡está pasando!

Cocodrilos

De los 10 a los 14 años, el niño Enaiatollah se movió a solas por un mundo inmisericorde. El fanatismo religioso le obligó a huir de su país – hoy el más peligroso del mundo para un niño que vaya a la escuela-, y las ansias de vivir tranquilo movieron sus pies. Tiene el aspecto asiático – entre mongol, japonés y amerindio- propio de su pueblo, una minoría étnica en el rompecabezas afgano, “donde la vida es hoy más peligrosa para un civil que hace diez años, y no hay democracia”. No cree en religiones ni en políticos títere. Para que se sepa, narra su odisea en el libro titulado En el mar hay cocodrilos / En el mar hi ha cocodrils (Destino / La Galera), con ayuda del periodista Fabio Geda

viernes, 15 de abril de 2011

Vibración

La música y las Flores de Bach tienen varias cosas en común, una de ellas es la vibración.

Vibrar implica movimiento, las emociones son movimiento,  la música y las Flores de Bach nos acompañan en nuestros movimientos.

En una  de las definiciones para sus remedios el doctor Bach nos habla de vibraciones:

La acción de estos remedios se basa en elevar nuestras vibraciones, hacernos conocer los canales de recepción de nuestro Yo espiritual, colmar nuestras naturalezas con las virtudes que necesitamos, y hacer desaparecer de nosotros el defecto que nos está perjudicando.

Ustedes provocan su propio sufrimiento

Edward Bach

Néstor Eidler, músico y pedagogo vibracional en la entrevista de ayer 14 de abril, nos explica que la vida y el Universo son vibración

El Universo suena y cada persona tiene un sonido

Soy un veinteañero, anímicamente. Nací en Tucumán (Argentina) y vivo en Barcelona hace 33 años. Soy violinista. Estoy casado y tengo cuatro hijos y dos nietos. ¿Política? Justicia social. No creo en el dios de los hombres, sino en el dios verdadero, que desconozco.

Víctor - M.Amela. La Contra-La Vanguardia

¿El universo es sonido?
¡Sí! Y la vida, vibración. Toda vibración es sónica. ¡El universo suena!

¿A qué suena?
Oígalo en esta grabación...

Oigo una melodía armoniosa...
Son las vibraciones captadas por la sonda Voyager en el espacio entre Júpiter y Saturno: es la resonancia del viento solar en la ionosfera de los planetas…

El universo suena, pues...
¡Está oyéndolo! Pitágoras (siglo VI a.C.) habló de la “música de las esferas”: Pitágoras debía de tener afinada la percepción de esta realidad cósmica vibrante que hoy la tecnociencia nos confirma.

¿Con qué implicaciones?
Los compositores de música más inspirados (Bach, Mozart, Beethoven...) quizá son personas capaces de conectar con los inmanentes y eternos sonidos del cosmos.

¿No crean? ¿Sólo transcriben?
La música no la inventó el hombre: ¡existe desde siempre! Toda música está aquí: se trata de captarla y plasmarla.

¿Usted compone?
Nací músico. Por mi sangre corren notas. Estudié violín... y quise contactar con David Oistrach, violinista y pedagogo judío ruso.

¿Por qué precisamente con él?
Yo no estaba conforme con mi sonido. Y escuchaba el de otros grandes violinistas: “Farsantes”, pensaba. Hasta que oí a Oistrach: “Es el único que no miente”, me dije...

No entiendo a qué se refiere…
En los otros percibía interferencias, o físicas o narcisistas... Oistrach era el único que me hacía vibrar, sentía que conectaba con la esencia... ¡Quise tocar como él! Como discípulo de Fedora Aberastury, ella me enseñó el camino a los misterios y hacia Oistrach.

¿El camino de los misterios?
Fue la creadora del método Aberastury, llamado sistema consciente para la técnica del movimiento, que te ayuda a reconectarte con tu primer instrumento: ¡tu cuerpo!

¿Y conoció al fin a Oistrach?
Conseguí una cita con él para verle tocar... ¡Y al cabo pude asistir a varias clases! Murió poco después: ¡llegué justo a tiempo!

¿A tiempo para qué?
Oistrach me confesó: “Sé que tengo secretos... pero no sé cómo enseñarlos”, y vio en mí a la persona que sí podría hacerlo.

¿Y qué enseña?
Que quien conoce el sonido lo conoce todo. Cada persona tiene un sonido. El universo es vibración, emanada del tictac de la polaridad originaria, y como el de tu corazón.

Sea más preciso.
Se trata de reactivar conscientemente esas notas de vida, mediante ciertos ejercicios tomados de los métodos de los pianistas Claudio Arrau y Fedora Aberastury: se trabajan cerebro, manos, lengua, plexos, articulaciones, columna, sentidos...

¿Para tocar mejor el piano o el violín?
Es indiferente el instrumento musical; tocar bien un instrumento ¡exige primero aprender a respirar bien! Exige reactivar los motores internos del movimiento...

¿Una especie de reset interno?
Se trata de recuperar tu armonía psicofísica, rearmonizarte emocionalmente, reaprender a activar correctamente tu energía, bloqueada por tensiones, ¡y de ahí se derivará un estado de inspiración creativa!

¿Y el músico interpretará mejor?
He conocido a intérpretes con bloqueos musculares, tendinitis, artritis... que perturbaban sus capacidades: tras el curso música- energía recuperaron sus facultades.

¿Qué es la relación música-energía?
“Dame una cuerda y te explicaré el universo”, proclamó Pitágoras: la vibración es función proporcional del segmento de cuerda… Música, matemáticas, geometría… Tu armonía interna responde a proporciones matemáticas, igual que el cosmos. Restablécela y la energía fluirá: conectarás con tu emoción y sonarás como un instrumento afinado...

No basta el dominio virtuoso de la técnica...
No. La música es como la religión: ¡un sendero para conectar con el absoluto! Esto lo podemos sentir todos.

¿En qué ocasión lo ha sentido más que nunca?
Di un concierto en una nave románica del monasterio de la Oliva (Navarra)... y perdí la noción del tiempo, como si todo fluyese solo y yo observase desde fuera... Vi pasar la eternidad... ¡Cualquiera puede experimentarlo!

Parece hablar de un yoga musical...
Mejor de unas artes marciales... En mis cursos con alumnos, trabajo con su alma... ¡Les toco el alma! Igual que toco el alma de un violín, toco el de las personas.

¿Un violín tiene alma?
Sí, una piececita de madera que une las paredes de la caja del violín, suelta, sin encolar, movible: yo la muevo una sola micra... y cambia el sonido.

Y... ¿en qué parte de mi cuerpo está el alma?
Descartes dijo que en la glándula pineal, que hoy sabemos que está conectada con la punta de los pies, con el dedo gordo de los pies: ¡el alma está en el dedo gordo!

¿Es usted un psicoterapeuta de músicos, por tanto?
Psique significa alma: sí. Les enseño que somos música, que todos tenemos un sonido propio, que a través del cuerpo podrás hallarlo: estarás tocando el alma. Y entonces resonarás a coro con el universo.


Resonancias

“El universo es una caja de música”, explica Eidler, “pues está construida en proporciones equivalentes a los intervalos de la octava musical”. Dijo Einstein, violinista y matemático: “Sólo quiero conocer a Dios; lo demás son detalles”. Y se puso a tañer con fórmulas la música del universo. En esa línea está Néstor Eidler, al que han llamado “médico de médicos”: imparte técnicas que permiten tocar mejor porque, de hecho, se sanan de bloqueos y disfunciones. Eidler insiste en que toca el alma a través de cuerpo y alma (“la espiritualidad pasa por el cuerpo”), y en que todos podemos resonar con el Todo. Eidler es concertino de la Orquestra del Gran Teatre del Liceu (nestoreidler.blogspot.com).

Gran Teatre del Liceu


Gran Teatre del Liceu
Fotos: Pilar Vidal Clavería 

miércoles, 13 de abril de 2011

Confianza

Muchas veces hemos leído que el amor  es la otra cara del miedo, en esta entrevista con Éric-Emmanuel Schmitt,  la otra cara del miedo es la confianza.

Confianza y esperanza son básicos en nuestro caminar por el mundo.

Las dos películas de las que es director, El señor Ibrahim y las flores del Corán; Odette, una comedia sobre la felicidad, plasman con sus historias diferentes formas de mantener e incentivar la confianza y la esperanza de que todo es posible.

La reina de la esperanza en las Flores de Bach es Gorse y para la confianza pueden ser remedios clave Mimulus y Larch.

Éric-Emmanuel Schmitt, dramaturgo, escritor,  guionista y director de cine

Es urgente amar y decir a los que amas que los amas

Ima Sanchís, La Contra-La Vanguardia, 13 abril 2011

Hay dos opciones, o habitas el misterio con miedo y angustia o lo haces con fe, es decir, confianza.

...
De eso hablan todos mis libros y películas, de personajes que confían en lo desconocido, que viven con los brazos abiertos y que luchan contra las fuerzas negativas, la angustia y el miedo.

¿Y usted vive como sus personajes?
Sí, siempre estoy de buen humor, lo que sorprende a la gente, y soy infinitamente curioso. Una cosa que me ayuda a disfrutar de la vida es la imaginación, que me permite explorar todas las puertas del presente.

¿Cómo aplica la imaginación a la realidad?
La imaginación es dejarse invadir por el mundo y por la gente. Cuando estoy frente a alguien, me dejo penetrar por todas las sensaciones y las imágenes que emanan de ese individuo; es un conocimiento empático.

¿Y desde cuándo?
Tenía 29 años, me apunte a un viaje de aventura: diez días caminando por el desierto del Sáhara y me perdí.

¿Sin agua y sin comida?
Sí. Llegó la noche y pensé que iba a morir de miedo, pero ocurrió todo lo contrario. Me invadió la confianza, pasé una noche mística. Entré en ese desierto ateo y salí creyente. Me costó años poder hablar de ello, pero terminé confesando porque siempre me preguntan de dónde viene el optimismo de mis obras, y la fuente viene del desierto. Habito la vida con confianza.

¿No era así de niño?
Era alegre, pero extremadamente angustiado, tenía miedo a la nada y la idea de que la vida era inútil, un puro fenómeno material; hoy creo que es algo más que una agitación de moléculas y que todo está justificado.

Pues me ha partido el corazón.
El tema que trato en Cartas a Dios es duro, pero es una película optimista; un himno a la vida aunque la vida sea breve y frágil. Creo que hay que amar la vida como es, sin ilusiones, sabiendo que es corta, vulnerable y llena de dolor.

¿Cuándo fue la primera vez que se acercó a niños terminales?
Mi padre era fisioterapeuta y trabajaba con ellos. Desde que cumplí los ocho años, todos los jueves y los sábados, me llevaba con él al hospital; así que crecí pensando que lo normal era estar enfermo y lo excepcional tener salud.

¿Aprendió algo?
Al principio tuve miedo; luego aprendí que no tenía que permitir que la enfermedad construyera un muro entre ellos y yo. Y hablo de ello en la película: los padres de Oscar ven la enfermedad de su hijo en lugar de a su hijo, y el niño no lo entiende; cree que no le quieren. No hay que dejar que las situaciones se interpongan entre las personas.

Qué difícil es eso.
Ya adulto acompañaba a una amiga que iba a los hospitales de voluntaria. Jugando con los niños descubrí que son mucho más francos y directos. Cuando están en situaciones frágiles, quieren hablar de la enfermedad, de la muerte, de todo lo que les ocurre. Son los adultos los que están asustados, y crean angustia con su silencio e hipocresía.

Su película tiene algo muy profundo.
Un amor visceral por la vida tal y como es; no tal y como quisiéramos que fuera. Para mí, ser feliz no es tener una vida distinta a la que tengo, es entrar completamente en la que tengo; no es protegerse del dolor o la desgracia, es integrarlos en las tramas de la existencia. Con la misma vida puedes ser feliz o desgraciado; es una actitud mental.

¿Una actitud que usted ha aprendido?
Sí, puedes luchar contra tu negatividad y pesimismo. Eso quiere decir que la inteligencia y la experiencia pueden servir para algo.

Se adivina que ha vivido la muerte.
Sí, he acompañado a personas cercanas, a veces en largas agonías, y me ha hecho entender que era urgente amar y decir que amas; no hay tiempo que perder.

Sus mujeres son fuertes y tiernas.
Para mi el hombre es simplicidad y la mujer complejidad. Cuando una mujer dice no, nunca quiere decir no, ni cuando dice sí. La mujer es paradójica, es fuerza y herida. Si no veo su herida, no puedo entenderla.

¿Cómo es su madre?
Una fuerza sin ambigüedad ni ambivalencia. Creo que mi madre es un hombre.

¿Qué quiere contar?
Tengo una obsesión: mostrar que cada uno de nosotros podría haber sido el otro. Incluso escribí un libro sobre Hitler para demostrar que convertirse en un bárbaro está al alcance de cualquiera. Hay una búsqueda ética: cultivar lo mejor en lugar de cultivar lo peor, y por tanto una dimensión moral.

Cuesta trabajo ser bueno.
Sí, el mal se hace rápido y el bien es laborioso. En un segundo lo puedes destruir todo; por ejemplo, con un niño o en el amor con una sola frase.

¿Cómo se aprende la confianza?
Aceptando que no todo es racional, aceptando abrir las puertas de la sensibilidad y la irracionalidad de la vida. Hay que amar la necesidad y todo lo inevitable.

Pensar no es bueno para tener confianza.
Cierto. El pensamiento es el espíritu crítico, pero es necesario pensar hasta que llegas a ese umbral en el que el pensamiento ya no sirve para nada y ahí has de tirarte de cabeza: o al miedo o a la confianza.

Un día = diez años
Doctor en Filosofía, tiene un don especial para hablarnos de cosas esenciales con sutileza: la muerte, la felicidad, el dolor y todos los sentimientos que nos hermanan, sin necesidad de dramatizar. El resultado son obras de teatro, libros y películas (El señor Ibrahim y las flores del Corán; Odette, una comedia sobre la felicidad) que nos dejan con una sonrisa filosófica y el corazón revuelto. Tiene el don de conectar con la sensibilidad ajena y en su última película, fruto de un libro del mismo título: Cartas a Dios, que se estrena el viernes en España, nos cuenta los últimos días de Oscar y su relación con Mami Rosa, que le ayuda a descubrir el misterio a través de un trato: un día igual a diez años.
Hay dos opciones, o habitas el misterio con miedo y angustia o lo haces con fe, es decir, confianza.





Larch, Larix decidua
Foto: Pilar Vidal Clavería
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