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miércoles, 5 de febrero de 2020

Mustard en Citas que acompañan a las Flores de Bach


MUSTARD

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o, incluso desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi imposible mostrarse feliz o alegre.

Los doce sanadores. Edward Bach

Mi alegría es como la primavera, tan cálida
que hace florecer las flores de la Tierra entera.
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos

Thich Nhat Hanh

El anhelo de una cosa como el ansia inconsolable del corazón humano por aquello que no sabemos

C.S.Lewis

La única manera de vivir es aceptando cada minuto como un milagro irrepetible

Tara Brach

 La felicidad no es algo que venga prefabricado. Viene de tus propias acciones

Dalai Lama

Es un momento en que el espíritu de uno es tenue y triste, uno no sabe por qué; cuando el pasado parece una desolación barrida por la tormenta, la vida es una vanidad y una carga, y el futuro es un camino hacia la muerte.

Mark Twain

No puedes evitar que las aves de la tristeza pasen por encima de tu cabeza, pero puedes evitar que hagan un nido en tu cabello

Proverbio chino

La tristeza no es más que una valla entre dos jardines
 
Khalil Gibran
 
Allí estaba la tristeza, la insondable, la cataclísmica, la que entra en tu vida devastándolo todo, hasta las mismas ganas de vivir
 
Luis Landero

Estoy muy triste y me siento más desgraciado de lo que puedo decir, y no sé hasta dónde he llegado... No sé qué hacer ni qué pensar, pero deseo vehementemente dejar este lugar... Siento tanta melancolía

Vincent van Gogh

 

Obra de Street Art de la artista Lily Brik al Camí de les Creus del Sató, Lleida


Publicado en la Revista 95 de Sedibac,  Invierno 2019-2020
Fografia:Pilar Vidal Clavería 
  Las informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Arte urbano y Flores de Bach (1)

Cuando pensamos en el Arte urbano lo primero que nos puede venir a la cabeza son los grafittis, una palabra de origen italiano, que significa "marca o inscripción realizada rascando o rayando un muro", el realizar marcas en las paredes es tan antiguo como el ser humano. La palabra graffiti se recuperó en New York a finales de los años sesenta del pasado siglo XX para hablar de las pintadas que se realizaban en algunos de sus barrios más degradados.

La denominación Street art o Arte urbano, también en Estados Unidos, se utilizó por primera vez en los años ochenta para hablar de obras que se realizan en el espacio urbano y que no se podía considerar graffitis.

Los murales realizados en el espacio urbano en fachadas, muros o otros espacios se pueden considerar Arte urbano, muestro algunos de ellos con los que a partir de sus imágenes relaciono con las Flores de Bach y con la ayuda que nos proporciona la toma de las esencias florales.

 Centaury
Mural de Muretz en Martorell

Clematis
Mural de Agostino Lacurci en Girona

Mimulus
Mural de Amaia Arrazola en Barcelona

Larch
Mural de Ome y Nadie en Girona

Mustard
Mural de Cristian Blanxer en Barcelona
 
Star of Bethelhem
Mural de James Bullough en Kiev

 Fotografias: Pilar Vidal Clavería

Las informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado.



domingo, 22 de febrero de 2015

Mustard y las semillas de la mostaza

Este fin de semana el módulo del Máster de Counseling Intergrativo-Relacional de Duelo y Pérdidas, ha tratado de Espiritualidad y Duelo y ha sido magníficamente impartido por Clara Gomis.  Al final de la mañana de hoy Clara nos ha relatado una historia donde la aparición de las semillas de la mostaza, me han llevado al recuerdo de Mustard, la mostaza, una de las 38 Flores de Bach.

La definición que nos dejó Edward Bach para esta esencia es:

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o, incluso desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi imposible mostrarse feliz o alegre.

Los doce curadores y otros remedios
E. Bach, 1936 


Palabras claves para decidir que Mustard puede colaborar en nuestro bienestar emocional son:

Tristeza y desánimo profundos, melancolía, desánimo, abatimiento, que pueden aparecer de repente sin una causa inmediata o aparente y que en cambio pueden tener relación con aspectos inconscientes o del pasado.

De la historia he encontrado esta versión que nos cuenta:

Hubo una vez una joven llamada Kisa (“flaca”) Gotami. Venía de una familia pobre que muy poco podría ofrecer como dote a un posible esposo. No obstante, encontró marido y él la llevó a vivir con su familia, la cual miraba a la mujer con desdén debido a la escasa dote que aportó.

Su familia política la trataba con severidad y la hacía trabajar demasiado, como si fuera una sirvienta sin salario. Con el tiempo tuvo un hijo y su vida cambió. El niño le trajo nuevas alegrías y, de pronto, los parientes de su marido empezaron a tratarla con más respeto. Lamentablemente, el niño se enfermó cuando aún estaba muy chico. Poco a poco se fue agravando y Kisa Gotami vio con desesperación cómo se le escapaba la vida. Murió a pesar de todos los esfuerzos de ella. Fue tanto su pesar que se puso histérica y se negaba a creer que ya había muerto. Se aferró al cuerpo del bebé y no dejaba que nadie se lo quitara. Sujetándolo con toda su fuerza recorrió la aldea entera, rogando a la gente que le diera una medicina para curarlo.

Algunos se burlaban de ella, mientras que otros se asombraban o se quedaban perplejos. No faltó quien trató de razonar con ella y le ofreció su amabilidad, buscando consolarla. Procuraron hacer que aceptara la muerte de su hijo, pero no les hacía caso. Lo único que quería era una medicina que mejorara la salud de su hijo. Por fin, alguien le sugirió que fuera a ver al Buda. Tenía la fama de estar dotado de toda clase de poderes y muy posiblemente él podría ayudarle. Con nuevas esperanzas corrió a buscarlo. Sucia y llorosa, al fin, se encontró ante su presencia. De un modo histérico le suplicó que le diera una medicina para su hijo.

El Buda miró con dulzura a Kisa Gotami y al difunto hijo que traía en sus brazos. “Sí”, le dijo, “puedo ayudarte, pero para hacer la medicina necesito que me traigas algo. Necesitamos una semilla de mostaza”. Fascinada, Kisa Gotami estaba a punto de correr a buscarla. En cualquier casa de la India había una vasija en la cocina donde se guardaban semillas de mostaza. Pronto tendría la medicina para su hijo. “Sólo que hay una condición”, siguió diciendo el Buda. “La semilla debe venir de un hogar donde nadie haya muerto”. Sin pensarlo más, la joven se puso en marcha llena de esperanza.

Llamó en la primera casa que se encontró y preguntó si le podían regalar una semilla de mostaza. La mujer que le abrió estaba dispuesta a ayudarle con gusto. Entonces, Kisa Gotami recordó las palabras del Buda y le preguntó a la señora: “¿Entre las personas que han habitado en esta casa ha muerto alguien ya?” “Apenas el mes pasado murió mi abuelo. Por favor, no traiga a mi memoria tan triste recuerdo”. De ese modo, Kisa Gotami anduvo de casa en casa y en todas partes encontró a personas que querían ayudarla con la mejor voluntad, pero siempre escuchó la misma historia. Aquí una esposa, allá un marido, un hermano o una hermana, una madre o un padre, un hijo o una hija. No había una casa que no estuviera familiarizada con la muerte. “Pocos son los que quedan vivos; muchos los que ya se han ido. No reavive nuestras congojas”. Así le dijeron una y otra vez.


Lentamente, Kisa Gotami se fue dando cuenta que a todos los visita la muerte y que ella no era la única que lamentaba una pérdida. Calmada y sobria, miró a la criatura que traía en los brazos y terminó por aceptar que la vida había abandonado su cuerpo. Lo llevó al terreno de cremación, se despidió de él y regresó a buscar al Buda.


El Buda le dio la bienvenida y le preguntó si había conseguido la semilla de mostaza que se requería para hacer la medicina. “Cumplí con la misión de buscar esa semilla de mostaza”, dijo ella. Luego le pidió que la aceptara como discípula y que le diera la ordenación, pues quería ser monja. Después, mientras meditaba en el bosque, Kisa Gotami alcanzó la perfecta liberación que viene con la iluminación. 


Mi agradecimiento a Clara Gomis por su presencia y la claridad de todas sus explicaciones

Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Terapeuta floral 
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas

Las informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado. 

jueves, 28 de marzo de 2013

Mustard y su dificultad para acceder a la alegría

Decirle a alguien que recupere la ilusión, la alegría de vivir, que supere su tristeza y que se anime son muchas veces tópicos a los que recurrimos cuando no sabemos que decir y nos cuesta entender  su melancolía y abatimiento.

Si leemos la definición que para Mustard, dejó el doctor Edward Bach quizás podamos acercarnos a su sufrimiento.

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o, incluso desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi imposible mostrarse feliz o alegre.


Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Plivitce, Croacia, julio 2011

Mi alegría es como la primavera, tan cálida
que hace florecer las flores de la Tierra entera.
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos

Thich Nhat Hanh



jueves, 30 de septiembre de 2010

Ejercicio

En uno de sus cursos en Barcelona, Claudia Stern, nos comentó que comprobáramos entre nuestras esencias florales, cuál de ellas había sido menos utilizada, porque eso nos daría pistas sobre necesidades propias que en ocasiones no sabemos, queremos o podemos ver.

Hoy como ejercicio personal, un poco para el descubrirse, de la entrada de ayer, me he dedicado a buscar en la lista de temas de este blog, cuál de las Flores de Bach tiene menos entradas.

Y que tengan una única entrada he encontrado a las tres siguientes:

Elm, que nos permite pasar del desbordamiento a saber establecer prioridades.

Mustard, que nos ayuda a pasar de la tristeza inmensa, la desesperación, a un emerger a la vida.

Gorse, que ante la claudicación y la rendición nos permite recuperar la esperanza.

Myanmar, agosto 2007
Kyaikhiyo, roca de oro
Foto: Pilar Vidal Clavería


Elm es un remedio que utilizamos cuando el estrés, entendido como tensión, afecta a nuestras actividades diarias y no estamos en condiciones de diferenciar lo prioritario de lo supérfluo, aporta humildad y conocimiento de nuestros propios límites.

Mustard es el remedio que ayuda a que la tristeza no invada nuestra conciencia, una tristeza que nos impide disfrutar de la vida.

Gorse, devuelve la esperanza, aunque una situación esté sin salida, nos puede ayudar a conseguir una nueva visión sobre ella, en situaciones duras de la vida, nos ayuda a pasar de la resignación a la aceptación.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Mustard

MUSTARD

Desesperación, oscuridad interior, tristeza, a veces sin razón aparente

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o, incluso, desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi imposible mostrarse feliz o alegre.

Los doce curadores y otros remedios
E. Bach, 1936


La tristeza en la mirada denota el sufrimiento intenso, la pena interior, como un gran peso sobre todo nuestro ser, con la esencia volverá la alegría, el resurgir y la emergencia en nuestro proceso evolutivo.


Foto: Pilar Vidal Clavería


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