martes, 28 de febrero de 2012

La montaña

Entrevista en La Contra de La Vanguardia a Carlos Soria, alpinista septuagenario

"Nadie ha tenido que subir a rescatarme: ese es mi orgullo"



¿La montaña es traicionera?
La montaña jamás miente. ¡Otra cosa es que alguna vez yo no haya sabido interpretarla!


El que sufra en la montaña ¡que no vaya!


¡En la montaña todo me duele menos!
Fotos: Pilar Vidal Clavería

5 comentarios:

marce dijo...

Es pariente, ya lo sabes, aquí a este tipo de plantas las llaman carpazas y aparecen en suelos degradados con algunas ericas.
La montaña, hay que conocerla y, eso es tan complicado como conocerse a uno mismo. Me gusta la primera foto, siempre me llaman la atención la ropa colgada, sobre todo las sabanas moviéndose al viento en un descampado bien abierto.

bon día, Pilar

Pd. lo del castaño de indias,, caray, se cotiza, un botito ,,jejeje, 12 eu-ros..

marce dijo...

Ninguna cumbre merece sacrificarle ni una uña del dedo pequeño del pie!
Cuanto menos tiempo allí mejor.

Me he quedado con eso. y con que la voluntad hace casi todo en esta vida.

un ser bien especial, este hombre.

bon día.

Pilar Vidal Clavería dijo...

Me gusta la relación que comentas de la montñana y el conocerse a uno mismo!!!

Sí es agradable la sensación de ver la ropa tendida al viento, mis recuerdos infantiles van al terrado de mi primera casa, con mi madre tendiendo....

¿Los 12 euros son de un frasco de stock o de un preparado personalizado para tí.?

El remedio que te comenté es el elaborado con los brotes del Castaño de Indias, Chestnut Bud, porque también hay un remedio que es el del Castaño de Indias, no hay que confundirlos, cada uno de ellos tiene indicaciones diferentes.

Un abrazo Marce

Pilar Vidal Clavería dijo...

Es curioso que cada uno al leer una entrevista se queda con frases diferentes, yo me he quedado con: "La montaña jamás miente. ¡Otra cosa es que alguna vez yo no haya sabido interpretarla!"

Otro abrazo Marce

marcelo dijo...

Claro que no miente, está ahí, se deja ver , andar, observar sus riquezas.
Y tampoco le importa que le mientan. Solo se deja subir, descubrir, luego uno le agradece lo alta que es, lo que escondía, todo lo que nos enseña.

bon día.

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