sábado, 10 de noviembre de 2012

Ayuda mutua

Los grupos de ayuda mutua permiten disponer de un espacio donde compartir lo que sentimos y desde la confidencialidad y el respeto encontrar el apoyo de otras personas que se encuentran en diversas situaciones de pérdidas.

Mireia Gutierrez es una de mis compañeras en los módulos de formación que estoy realizando en el IPIR como Certificación en asesoramiento y psicoterapia de duelo desde un modelo integrativo-relacional.

El pasado 19 de febrero se publicó esta entrevista de Núria Navarrro en Gente Corriente en El Periódico de Catalunya.


Mireia Gutiérrez
Asesora en duelo. Sufrió un gravísimo accidente hace cinco años y sacó en limpio que quería ayudar a los demás.
La mano de aquel guardia civil me dio tanta paz...”
Cada año mueren en España más de 2.500 personas en accidente de tráfico. Nunca pensamos en que nos puede tocar. A Mireia Gutiérrez (Barcelona, 1978) le tocó el 11 de febrero del 2007. En un instante estalló su presente y cambió su futuro.

-Mi hermana y su novio, mi marido, mi hija de 15 meses y yo habíamos ido a la fiesta del arroz de Bagà. De regreso a Monzón, circulábamos por la C-25 y, a la altura de Cervera, un coche colisionó frontalmente con el nuestro. Dimos varias vueltas de campana y el vehículo quedó boca abajo. Estábamos atrapados. Los servicios de rescate tardaron dos horas en sacarnos de allí.

Dos horas son una eternidad.
Estaba completamente aturdida. Miraba a mi alrededor y pensaba que estaba soñando. Tenía una quemadura en la pierna de la que no fui consciente hasta que me curaron en la ambulancia. En seguida paró una pareja para auxiliarnos. No sé cómo, conseguí desatar a mi hija de la sillita y entregársela a Lidia, que así se llamaba la chica.

¿Y el resto?
Los demás empezamos a hablar, menos el novio de mi hermana...

Comprendo.
Y en medio de la tragedia, hubo algo que determinó que me dedique a lo que hoy me dedico. Un guardia civil me preguntó cómo me llamaba y me dijo “Mireia, dame la mano, estaré a tu lado hasta que lleguen los servicios de emergencia”. Aquella mano me dio tanta paz...Más que cualquier palabra que pudiera decir. Me hizo reflexionar mucho.

Un gesto puede devolver la confianza en el ser humano.
Fue muy importante. Luego, los tres  primeros días no pude dormir ni de día ni de noche. Temía estar sola. Tuve que pedir ayuda profesional. Un día, haciendo terapia, le dije a la psicóloga que tenía la necesidad de estar con personas que hubieran pasado lo mismo que yo. Y me puse en contacto con un grupo de duelo de Lleida.

¿Qué es exactamente?
Es un grupo de ayuda mutua dirigido por un experto, donde cada persona explica su vivencia sin que nadie la juzgue ni la interrumpa. Algo que no encuentras fuera. Porque cuando pasan años de tu tragedia y sigues necesitando explicarlo, la reacción habitual es: “¿Aún estás así?”. Con la mejor intención, te dan prisa para que te pongas bien. Y el duelo requiere un proceso. Allí me escuchaban. Fue tan humano como aquella mano del guardia civil. Y me dije: “Esto es lo que quiero hacer”.

Dar la mano a otros. Antes de eso su vida iba por otro camino.
Había estudiado peluquería, era madre. Pero, cuando pasa una cosa así, te das cuenta con claridad de que debes hacer algo por los demás. Estoy convencida  de que quien es buena persona se vuelve mejor persona. Fui reuniendo a gente que había pasado por experiencias similares a la mía, y por otras enfermedades terminales, y el 8 de enero del 2008 fundé el Grupo de Duelo de Monzón.

Absorbe el dolor de otros. ¿No le desborda?
Por eso, para poder ayudar a los demás, es importante haber elaborado tu propio sufrimiento. Después tienes que saber cómo entrar a una persona sin invadir su intimidad, sin hacer preguntas curiosas. Cuando ganas su confianza, puedes empezar a trabajar. Y al final te dan un abrazo. ¡Eso es muy gratificante!

Insisto. La muerte da yuyu.
Es una realidad que existe, y cuanta más información tengamos sobre como actuar y qué ayuda buscar, mejor. Nosotros hemos hablado del accidente con nuestra hija. Le explicamos que lo que pasó fue muy triste, pero que la familia está ahí para reír y para llorar junta.

¿Hizo su marido el mismo proceso que Usted?
El es mas reservado. También era quien conducía el coche aquel día y sintió culpabilidad por el accidente, porque se salvó su familia y no el novio de mi hermana. Pero también ha tenido una transformación: ahora es bombero voluntario.

Temo preguntar por su hermana...Iba a casarse una semana más tarde.
Meritxell –Meri para los de casa- ha escrito un libro explicando cómo fue el accidente y sus sentimientos que se titula “Las maletas millonarias”. También sé que está muy orgullosa de su cuñado bombero y de que su hermana estudie en profundidad el tema del duelo.

Una curiosidad. ¿Volvió a ver a aquel providencial guardia civil?
No, nunca. Ni siquiera llegué a saber su nombre. Pero no se me ha borrado su cara.


"Cuanta más información tengamos sobre como actuar y qué ayuda buscar, mejor"
Mireia Gutiérrez 
 Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas  
Terapeuta floral
abril 2010

 

6 comentarios:

Maria Dolors dijo...

Sobrecogedora história.

Petons.

Pilar Vidal Clavería dijo...

Historia que no pasa desapercibida y que nos muestra como en breves instantes puede cambiar la vida de cualquier persona.

Petons Maria Dolors

Elvira dijo...

"Mireia, dame la mano, estaré a tu lado.."

Qué importante dar la mano, estar ahí, escuchar si hace falta.

Me ha gustado mucho la entrevista, Pili.

Besos

Pilar Vidal Clavería dijo...

Acompañar estando y escuchando, una buena entrevista y como dice Maria Dolors una sobrecogedora historia.

Besos Elvira

añil dijo...

Impresionante historia.

Un beso

Pilar Vidal Clavería dijo...

Historia donde afloran sentimientos y comportamientos ante situaciones extremas donde es tan necesario el contacto del otro para soportar el dolor.

Besos Añil

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