Carmen nos sumergió con su buen hacer y enseñar en las emociones de una forma amena, clara y participativa.
Desde su mirada humanista las emociones no son ni buenas ni malas, son fenómenos biológicos y como tal fluyen, sino las bloqueamos. Si no bloqueamos a las emociones llegamos a través de su gestión y elaboración a la comprensión, un proceso que nos permite estar bien con nosotros mismos y con los demás.
La gestión de las emociones es muy diferente del control de las emociones, nos permite entrar en contacto con nuestra polaridad y desarrollar habilidades emocionales.
Carmen citó algunos de los aspectos que nos permite el desarrollo de estas habilidades, tolerar la incertidumbre, dejar ir el perfeccionismo, asumir los errores liberándonos del sentimiento de culpa y enfrentarnos a las pérdidas.
Cuando los pacientes-clientes acuden a una consulta de Terapia floral es importante realizar un buen encuadre de lo que será un tratamiento floral, donde el terapeuta lo acompañará, en un espacio adecuado, a conectar con sus emociones y su proceso personal de la mano de las esencias florales.
Nos recordó a los asistentes que para realizar un buen acompañamiento, es básico que el terapeuta reconozca y gestione sus propias emociones, trabajando desde el respeto y la escucha.
Carmen desglosó diferentes actuaciones en función de la emoción que traiga el paciente-cliente a la consulta: el miedo, la tristeza, la rabia y nos fue mostrando que ejercicios o herramientas utilizar en cada ocasión, validando las diferentes emociones por el aspecto positivo que contienen todas ellas, ya que todas tienen una función determinada, útil y necesaria para nuestra supervivencia y evolución.
Foto: Pilar Vidal Clavería
septiembre 2011