Mostrando entradas con la etiqueta Sanación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sanación. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de febrero de 2009

Sanación espiritual

En El Periodico de Catalunya, la entrevista de hoy es con Stella Maris, con el título Puntos en común el pasado 6 de febrero, transcribí una entrevista con ella, de mayo del 2008, hoy vuelve a aparecer en los diarios.

El cambio, "Cambiar la actitud del paciente hacía la enfermedad y la salud" y "Nunca dejéis que alguien pierda la esperanza de ponerse bien" podemos considerarlos también puntos en común con el tratamiento con las Flores de Bach


Stella Maris, tanatóloga

La sanación espiritual se está investigando en Harvard"

Aplica la psiconeuroendocrinoinmunología a pacientes graves y ve "milagros" en enfermos que sanan contra pronóstico.

GASPAR HERNÀNDEZ
--¿Qué es la sanación espiritual?
--Un proceso interno del enfermo. Se trata de regresar al estado de sincronicidad, donde uno puede movilizar todos sus recursos: cómo siente, piensa, se nutre. Lo milagroso de la sanación espiritual no es que la persona se cure, sino que cambie.

--Hay diagnósticos que son una condena.
--Pero se trata de recibirlos como un desafío y captar el verdadero mensaje de la enfermedad, que es devolvernos a lo que realmente es importante en la vida. Y, desde ese lugar, lograr los cambios que cada uno necesita. Cada cual tiene que hacer cosas diferentes para poner en funcionamiento las capacidades que le permiten sanar.

--¿Qué dice la ciencia?
--Se está acercando cada vez más a la sanación espiritual. La psiconeuro- endocrinoinmunología le está devolviendo el alma a la medicina, está rescatando el poder de la persona. En nuestra fundación invitamos a grandes médicos que investigan en la dirección de cómo condicionar nuestro sistema inmunológico. Si lo podemos condicionar con un aroma, como se ha demostrado, ¿cómo no vamos a condicionarlo a través de pensamientos?

--Eso me pregunto yo.
--¡Pues claro que podemos! Y a través de las emociones. Solamente va a poder movilizar recursos aquel que quiere vivir, no el que no quiere morir. Hay muchos enfermos que harían de todo para no morir, pero, aquel que quiere vivir, se compromete y genera cambios que no tienen nada que ver con la medicina. A la medicina uno tiene que dejarle la enfermedad, no la vida.

--Pero tenemos grandes médicos y la medicina ha salvado a millones de personas.
--La medicina no satisface todas las necesidades del enfermo. Es importante el diagnóstico, pero también es importante cómo se vive. La enfermedad no nos arruinará la vida más de la cuenta. Si uno enriquece su vida, uno planta la semilla de la sanación. El árbol lo hace Dios.

--Usted ve milagros.
--Yo veo milagros a diario, pero no los hago. Yo solamente ayudo a sacar los obstáculos que impiden al enfermo llegar a ese lugar desde donde podrá sanar. Hoy sabemos que el sistema inmunológico es condicionado y que está regulado por lo que pensamos y sentimos, por cómo nos nutrimos y por la neuroplasticidad del cerebro. Se trata de asombrarnos por la vida, de actualizar los sentidos.

--¿Qué les diría a los médicos escépticos?
--Yo no soy conocedora de enfermedades, de eso se ocupan los médicos, sino de pacientes. Trabajo con muchos médicos, porque es importante establecer un puente entre la espiritualidad --que no necesariamente es la religión-- y la ciencia. Todo lo que la persona percibe lo transforma en moléculas. Yo jamás voy a decir que alguien se va a curar, porque no lo sé, pero sí sé que esa persona no va a morir de una estadística, seguro, y que va a mejorar su calidad de vida.

--Todo esto usted lo explica también en Harvard.
--Sí. La sanación espiritual se está investigando en la universidad estadounidense de Harvard, adonde me invitan desde el año 2000. Hablo de los milagros que veo y me siento muy feliz al ver que cada vez hay más científicos de todo el mundo que suscriben lo que digo. Cualquier médico ha comprobado cómo, ante el mismo diagnóstico y el mismo pronóstico, el resultado es diferente en según qué pacientes.

--¿De qué depende?
--En parte de la genética y en parte de la capacidad de resiliencia. Tenemos que enseñar a los pacientes a ser resilientes, a afrontar la adversidad para salir fortalecidos. Eso también es medicina.

--Háblenos, por favor, de su padre.
--Gracias a mi padre me dedico a esto. Él tenía un diagnóstico muy adverso: tenía un cáncer en la próstata con metástasis en el hígado y en los huesos. Le dieron dos meses de vida. ¿Sabe cuánto vivió?

--Cuente.
--Dieciocho años. Y terminó muriendo de otra cosa, libre de su enfermedad. No creyó a los médicos que le dijeron que moriría en poco tiempo. El diagnóstico siempre es correcto, pero no hay que aceptar el pronóstico. Mi padre transformó lo negativo de la enfermedad en algo muy positivo, resignificó el legado de la enfermedad. No sabemos por qué enfermamos, pero podemos descubrir un para qué, que nos lleve a enriquecer nuestras vidas.

--¿Cuál fue el para qué que salvó a su padre?
--El amor. Mi padre fue la persona más importante de mi vida. ¡Sentí tanto terror ante el pronóstico! Hoy desintoxico la muerte, pero entonces no sabía nada de la muerte. Le pedí a mi padre que no se muriera, por favor, que yo le necesitaba. Y él me lo prometió.

martes, 20 de enero de 2009

Actuación de las Flores de Bach

Muchos preguntan ¿cómo actúan las Flores de Bach?, de entrada podemos afirmar como no actúan, ya que no hay ni principios bioquímicos ni moleculares, de ahí que los terapeutas florales siguiendo la descripción que hizo el propio doctor Bach hablemos de acción vibracional, es decir de nivel energético.

La física cuántica nos puede acercar a las explicaciones a este nivel vibracional.

En este artículo sobre sanación también se le pide algún fundamento teórico para explicar el sistema de sanación reconectiva de Eric Pearl basado en la energía, la vibración...y lo encuentra a través de nuevas gamas de frecuencia.

Eric Pearl, doctor en quiropráctica, sanador espontáneo y conferenciante internacional
"No sabía si colgarme un collar de ajos o irme al psiquiatra"
IMA SANCHÍS - 20/01/2009

Edad: sin tiempo. Nací en Nueva Jersey. Mis muebles viven en Los Ángeles y yo en aviones. Vivo solo. La situación del planeta es un reflejo de cómo estamos nosotros. Todos venimos de esa inteligencia del universo o Dios, da igual como le llamemos, y volveremos a ella.

¿Cómo empezó todo?

Un día me fui a dormir y una hora más tarde me desperté porque la luz de mi habitación se encendía y se apagaba sola.

¿La bombilla estaba floja?

Comprobé todas las posibilidades y tuve la clara sensación de que había alguien en mi casa. Salté de la cama, cogí un spray y un cuchillo pero no encontré a nadie.

¿Cuál era el contexto?

Ejercía como doctor quiropráctico, estaba en el duodécimo año de mi profesión. Me gustaba mi vida: tenía tres casas, un Mercedes, dos perros y dos gatos. Creía que había hecho todo lo que se suponía que tenía que hacer. Y algo más importante: jamás me había interesado la Nueva Era ni nada parecido, siempre he dudado de la mayoría de los que afirman tener dones sobrenaturales.

¿Dios da pan a quien no tiene dientes?

La cuestión es que al día siguiente siete de mis pacientes (siempre les pido que se queden 60 segundos con los ojos cerrados tumbados en la camilla antes de incorporarse), me preguntaron quién estaba conmigo en la habitación; y la mayoría me dijeron que sentían mis manos antes de que los tocara.

¿Qué hizo con tantas novedades?

Jugar, pasar mis manos sobre los pacientes cuando había acabado de tratarles y observar. Sentía cosquilleos en las manos, calor o frío según la zona sobre la que estaba y ahí me detenía. La gente empezó a recibir curaciones, personas que estaban en una silla de ruedas volvían a caminar. "¡Qué ha hecho!", me preguntaban. "Nada, y sobre todo no se lo diga a nadie", les decía.

No es para menos.

Estaba aterrorizado. La consulta se fue llenando de gente en busca de esas curaciones. Yo no sabía qué hacer, me compré todos los libros y los CD que encontré sobre el tema y consulté con médiums y sanadores. Les hacía demostraciones y lo único que conseguí es ofenderlos, decían que yo poseía un don sin haberme esforzado ni saber sobre el asunto y me aconsejaron que abandonara.

Pese a ello continuó...

Sí, me daba miedo pero sentía mucha curiosidad. Las cosas se complicaron cuando pasé las manos por uno de mis pacientes, Fred, y al llegar a la cabeza, esta empezó a dar sacudidas hacia atrás, puso los ojos en blanco y comenzó a hablar con una voz que no era la suya: "Continúa haciendo lo que estás haciendo", dijo. Me ocurrió con tres pacientes más.

Qué miedo.

No sabía qué hacer, si colgarme un collar de ajos o irme a un psiquiatra. Decidí acudir a un seminario del doctor Deepak Chopra con la idea de consultarle (como la mayoría de las 3.000 personas que había). Tuve suerte: "He oído hablar de usted - me dijo-,mi consejo es que siga siendo como un niño".

¿Y eso le sirvió de algo?

Mucho, porque he comprobado que una de las premisas de la sanación es quitarse de en medio, dejar que un poder más elevado se haga cargo sin pretender dirigirlo. En cuanto a los rituales como sacarse los metales y todas esas cosas, yo era un quiropráctico y la gente venía con hierros en las piernas y las curaciones ocurrían, así que así sigo. Y ocurre otra cosa.

¿Qué ocurre?

Nunca me he considerado un buen candidato a profeta, sanador o ser espiritual. Me gustaba beber, comer, salir, y he visto más televisión que un aficionado al fútbol. Tanto es así que cuando las cosas fueron a más, puse una cámara en mi consulta, grabé todo lo que ocurría y lo mandé a distintos investigadores.

¿Qué tipo de investigadores?

El doctor Gary Schwartz del laboratorio de Sistemas de Energía Humana de la Universidad de Arizona; el hospital Jackson Memorial, UCLA; el centro médico Cedars-Sinai; la facultad de Medicina de la Universidad de Miami… Todos se interesaron y se pusieron a investigar. Lo que descubrieron es que no se trata sólo de sanación basada en la energía, trasciende todas esas técnicas.

¿?

La sanación reconectiva tiene que ver con la luz, la información y la energía. El doctor Schwartz tomó mediciones de las ondas del cerebro, las del corazón y de la radiación gamma, antes, durante y después de las sesiones; y constató que los pacientes sufrían cambios en las ondas cerebrales y cardiacas. Y ocurría otra cosa.

¿Más cosas?

Cada vez más gente me decía que cuando acababan su sesiones de sanación conmigo, ellos también podían sanar a otros. Y así es.

¿Algún fundamento teórico?

El cuerpo sana a través de la energía, la frecuencia, la vibración, la información... y comunica a través de ondas de luz. La sanación por reconexión nos reconecta a la plenitud del universo y de nuestro ser a través de una nueva gama de frecuencias y, por así decirlo, de un ancho de bando nuevo.

Eso es como no decir nada.

Mire, no creo que tengamos capacidad para entenderlo plenamente en este momento, pero puedo transmitirlo a través de la práctica, he dado seminarios a más de 45.000 personas en todo el mundo y hablo en hospitales, universidades, colegios médicos; e incluso he sido invitado a la ONU. Pero lo que hay que entender es que si estas sanaciones han venido a través de mí, pueden venir a través de cualquiera.

El sanador perplejo

Fue una de las estrellas del I Foro Humano Europeo de Barcelona. Durante 12 años dirigió un conocido centro quiropráctico en Los Ángeles, pero repentinamente experimentó un don de curación extraordinario. En La reconexión (Ediciones Obelisco), que se ha traducido a 27 idiomas, cuenta todo el proceso y resulta muy divertido, porque él, un hombre alejado de cualquier tendencia espiritual, lo vive con perplejidad. Mientras intenta comprender lo que le sucede, cae en todos los tópicos de la Nueva Era, para explicarnos finalmente que la reconexión nos permite acceder a un nuevo nivel de curación a través de una energía hasta ahora desconocida, a la que todos tenemos acceso.

Preparación de White Chestnut por solarización
Foto: Pilar Vidal Clavería
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...