El Real Monasterio de Santa Maria de Veruela es el primer monasterio Cisterciense de Aragón y ha sido la primera de las paradas que hemos realizado en una ruta de seis días por España. Una ruta en la que sólo estaba claro hasta donde queríamos llegar la primera noche. Las siguientes iban a ser en función de las previsiones metereológicas.
El monasterio, -en las faldas del Moncayo, la montaña más alta del Sístema Ibérico-, se encuentra en un recinto amurallado y tras comprobar que todavía quedan lugares donde la entrada sólo cuesta 60 céntimos de euro, accedimos a su interior.
La construcción refleja un aspecto sobrio que invita al recogimiento y al paseo por las diferentes zonas que conforman el monasterio.
Al inicio de la visita al monasterio y tras atravesar la puerta de la torre del homenaje, me sentí arropada por los plátanos que conforman un arco hasta la entrada a la iglesia abacial de Santa Maria de Veruela construida entre los siglos XII y XIII.
Los claustros, sobre todo los románicos o góticos me gustan especialmente desde hace muchos años. Recuerdo mis primeras visitas a lugares como Ripoll, Poblet y Santes Creus, y quedarme maravillada con sus arcos y capíteles.
Caminar por un claustro siempre me ha producido un estado de bienestar, el silencio, junto a la esbeltez de las columnas, o el trabajo escultórico de sus capiteles, son lugares que quedan grabados en mi interior.
En el caso del Claustro Mayor del Monasterio de Veruela, construido en estilo gótico levantino, en el último tercio del S XIV, los capíteles están esculpidos sencillamente con motivos vegetales, a modo de un jardín de piedra y también destacan sus vidrieras de alabastro.
El interior de la iglesia abacial me recibio con unos reflejos de colores preciosos, una de las maneras de aprender a disfrutar del momento, ya que éstos són únicos y efimeros.
Una de las vidrieras, aunque sencillas y geométricas, proporcionan calidez y armonía
La iglesia abacial, tiene dimensiones catedralícias. En la época de su construcción el interior estaba pintado de blanco.
El refrectorio, palabra que proviene del latín refrectorium, "que repara las fuerzas, mediante el alimento" es del S XIII, y reformado en el XVI. Es súblime y austero a la vez. Destaca el entramado del techo en bóveda estrellada.
Uno de los torreones de la muralla que protegía al recinto. Vemos ya a las hojas del
Castaño de Índias, el
White Chestnut de las
Flores de Bach, con sus hojas en estado otoñal.
Y salida al exterior del recinto por la puerta más pequeña de la torre del homenaje, una puerta que también atravesaron en su día los hermanos Bécquer, el poeta Gustavo Adolfo y su hermano el pintor Valeriano, ya que estuvieron largas estancias en este lugar, cuando el monasterio tras la Desamortización de 1835 se convirtió en una "sitio de veraneo".
El poeta escribió para el diario madrileño El Contemporáneo las cartas Desde mi celda.
También recordé una rima de Bécquer aprendida en la escuela:
- "¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
- en mi pupila tu pupila azul;
- ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
- Poesía... eres tú"
Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Santa María de Veruela (Zaragoza)
septiembre 2023
Las
informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog
son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona
necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por
un terapeuta floral acreditado.
2 comentarios:
Conocía de oídas este monasterio por lo de los hermanos Becquer. Es precioso y parece que bien conservado.
Gracias Pilar por acercarnos con tanto amor a lugares maravillosos.
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