Después de trece horas en tren, las diez previstas y sólo tres de retraso, llegamos a Luxor, nuestro siguiente destino en tierras del Nilo.
Un taxista nos esperaba en la estación para iniciar el recorrido hasta Abydos y Dendera, dos de las que sin duda fueron joyas del viaje.
Hasta Abydos desde Luxor hay tres horas de viaje, que incluyen varías paradas de control con policias o militares armados.
La entrada al templo de Abydos nos dejó con la boca abierta, la combinación de arquitectura, relieves, en muchas ocasiones polícromos, y pinturas, con grandes escenas que representan la vida de Sethi I y de Ramsés II, hacen de Abydos un lugar extraordinario.
Abydos fue construido por Sethi I (1318-1304 aC), el gran faraón de la Dinastía XIX, en honor a Osiris, y ampliado después por su hijo Ramsés II. Si hacemos números, han transcurrido unos 3400 años.
La segunda sala hipóstila tiene 36 columnas y hace de vestíbulo de siete capillas, dedicadas a Sethy I, Ptah, Ra-Horajty, Amón-Ra, Osiris, Isis y Horus.
Sus dos salas hipóstilas, siete santuarios y siete capillas convierten al templo en un edificio único dentro de la arquitectura egipcia.
Encontrarme en el momento preciso en que la luz del sol se filtraba por el techo e incidía en este relieve, fue para mi, una parte de la magia del templo de Abydos
En el exterior buscamos el tempo de Ramsés II. Un vigilante nos permitió el acceso que hicimos acompañados tambíen de un policia armado.