¿Por qué necesito seguir complaciendo al otro?
¿Se marcar mis límites e indicar mis necesidades?
¿Por qué me siento débil y sin fuerzas para reclamar lo que yo realmente quiero?
Ante tantas preguntas surgen unas pequeñas y preciosas flores rosas, han tardado dos años en florecer, son las flores de Centaury, el remedio de las Flores de Bach que nos ofrece protección y energía, nos aporta confianza en nosotros mismos, nos permite reconocer que el no también existe y hace que no descuidemos nuestra misión particular en esta vida.
Detalle estatua de Buda, Daibutsu, en el interior de templo en Nara, Japón
Centaury, porque el no también existe
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
noviembre 2010
Hay una cosa que ni siquiera Dios puede hacer: agradar a todo el mundo
Anthony de Mello