Pero el día siguiente amanece de nuevo y una nueva luz nos acompaña, las flores amarillas de Gorse ofrecen esperanza, desaparece la oscuridad y aparece la claridad, nuestro desánimo también se diluye, la vitalidad retorna, lo volvemos a intentar, el mensaje de Gorse es claro y preciso: No te rindas.
Gorse
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Fotogragía: Pilar Vidal Clavería
No te rindas, por favor, no
cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se
esconda y el viento calle. Aún tienes fuego en el alma. Aún tienes vida
en los sueños. Porqué la vida es tuya y también es tuyo el deseo. Porqué
lo has querido y porqué te quiero.
Porqué
hay vino y hay amor, es cierto. Porqué no hay heridas que no cure el
tiempo. Abrir las puertas. Correr los cerrojos. Abandonar las murallas
que te protegieron. Vivir la vida y aceptar el reto. Recuperar la risa,
ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las
alas y volver a intentarlo.
Celebrar
la vida y retomar los cielos. No te rindas, por favor, no cedas, aunque
el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y el
viento calle. Aún tienes fuego en el alma. Aún tienes vida en los
sueños. Porqué cada día es un nuevo comienzo. Porqué esta es la hora y
el mejor momento. Porqué no estas solo, porqué yo te quiero.
Mario Benedetti