La propuesta que comparto está basada en el texto de Alba Payàs, Es Navidad...y en casa hay una silla vacía.
- Hacer una reunión, donde todos puedan participar, con los familiares antes de que lleguen las fechas navideñas
- Repasar los rituales típicos de nuestra familia
- Buscar una manera simbólica de recordar a la persona fallecida durante las fiestas
- Hablar de las cosas que se harán con los niños
Resalto de una manera especial lo relacionado con los niños, por lo que a mi modo de ver tiene de necesario para que éstos vivan la ausencia del ser querido de una forma compartida y que les resulte lo menos traumático posible.
Los niños miran y ven en los ojos de los adultos lo que éstos sienten y si concuerda con lo que dicen será la mejor manera de que aprendan a confiar en los adultos y ganarán seguridad en ellos y en sí mismos, lo que intranquiliza al niño no es tanto nuestro miedo a la muerte sino nuestro miedo a hablar de ella.
Atender a sus preguntas, no esconder nuestros sentimientos, invitarlos a participar en pequeños rituales puede ser una buena manera de que se acerquen más a nosotros, que el expresar nuestros sentimientos sea una forma natural de compartir el dolor por la persona que no está entre nosotros.
Acompañamiento a personas en duelo realizada desde el modelo integrativo-relacional, atendiendo a sus necesidades desde la seguridad, basándome en el respeto, la confidencialidad y la confianza.
diciembre 2011