Àngel destacó la importancia del equipo de Voluntariado dentro de Sedibac, equipo a partir del cual se ofrece la terapia con Flores de Bach, a diversos colectivos, tanto de personas como de animales, una terapia que se ofrece de modo totalmente gratuito, gracias a la colaboración conjunta de los voluntarios y de la organización de Sedibac.
El trabajo de los voluntarios, que en estos momentos forman un equipo de doce personas, realiza la terapia con Flores de Bach con personas enfermas de SIDA y portadoras del VIH; personas con procesos de cáncer; mujeres en prisión preventiva; animales que se encuentran en protectoras, casas de acogida y de adopción; también en personas afectadas por la ansiedad; personas de colectivos con necesidades económicas especiales y en personas que viven dolorosos procesos de duelo por la muerte de seres queridos.
Para Àngel la esencia de cualquier voluntario es una sana dedicación a los demás y tomó como referencia parte del texto de la obra Cúrate a ti mismo escrita por el doctor Bach en 1931
Dado que hay una raíz principal en toda enfermedad, a saber, el egoísmo, así también hay un método seguro y principal para aliviar cualquier padecimiento: la conversión del egoísmo en dedicación a los demás.
Con sólo que desarrollemos suficientemente la cualidad de olvidarnos de nosotros mismos en el amor y cuidado de quienes nos rodean, disfrutando de la gloriosa aventura de adquirir conocimiento y ayudar a los demás, nuestros males y dolencias personales terminarán rápidamente. Ésa es la gran meta final: la pérdida de nuestros propios intereses en el servicio de la humanidad. No importa en qué situación de la vida nos haya colocado la Divinidad. Ya tengamos un negocio o una profesión, seamos ricos o pobres, monarcas o mendigos, a todos nos es posible llevar a cabo la tarea en nuestras respectivas vocaciones, y llegar a ser auténticas bendiciones para quienes nos rodean, comunicándoles el Divino Amor Fraterno. Por ello hemos de tener compasión y caridad con los más humildes, porque si bien nos podemos considerar muy por encima de su nivel, somos en nosotros mismos insignificantes, y nos queda aún un largo trecho que recorrer para alcanzar el nivel de nuestros hermanos mayores, cuya luz brilla por el mundo a través de los tiempos.
Foto: Pilar Vidal Clavería
octubre 2011
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