Al inicio de este libro podemos leer esta dedicatoria:
Liviano y ardiente, como una llama viviente
sin un pensamiento para sí, sin desear nunca
más riqueza, poder, influencia, fama
que los que pudieran promover sus esfuerzos
de ayudar a la humanidad. Tan rápido para comprender
todas las dudas, temores y fracasos, y tan lento
para juzgar o condenar, brindó su mano sólo para curar,
para ayudar a crecer los poderes
que conducen al compañerismo y suprimen el odio
e intentan ayudar al mundo entero a tomar contacto con lo infinito.
A oscuras esperamos tanto tiempo la luz
tantas veces parece en vano,
pero aquí hubo una vida que se truncó prematuramente
pero alumbró fuegos que tardarán en apagarse
1 comentario:
Un hombre que debemos admirar.
Te felicito por la foto de esa mariposa ¡es preciosa!
Molts petons.
Publicar un comentario