Estar a las siete de la mañana en el aeropuerto de Barcelona y a las diez y media visitar la Casa del Volcán, sede la de Fundación César Manrique, en la isla de Lanzarote, es algo que viví como extraordinario.
Es un hecho que siempre me sorprende gratamente, ese momento donde el cambio de ubicación, no es tanto proporcional a la distancia real que existe, sino en el hecho de cambiar radicalmente de ambiente, en pocas horas, gracias a un medio de transporte, el del avión, que lo hace posible y que me sigue maravillando.
El primer lugar al que nos dirigímos con nuestro coche de alquiler, fue a la población de Tahíche, donde se encuentra esta casa espectacular y singular, una casa proyectada por el propio César Manrique, población donde se estableció al volver de Nueva York y decidir quedarse a vivir en Lanzarote, su querida isla natal, siempre defendida por él, en una lucha incansable, para proteger su patrimonio natural.
Es una casa edificada sobre un mar de lava y nunca había visto nada parecido. Es inimaginable y excepcional, además de encontrarse perfectamemnte integrada con la Naturaleza.
Puerta de acceso a la Casa del Volcán, la sede de la Fundación César Manrique.
César Manrique vivió en esta casa durante veinte años, desde el 1968 al 1988.
El lugar donde está emplazada, es lo primero que resulta espectacular: una colada de lava, originada por las erupciones que se produjeron en la isla entre 1730 y 1736.
Esta construcción ocupa unos 3000 metros cuadradados, en una finca de 30.000.
La casa y su entorno natural se integran y funden, constituyendo algo único, que me dejó inmersa en una admiración profunda, por la construcción, que funden volcán y arquitectura y sobretodo por ir descubriendo a partir de sus obras, la personalidad de César Manrique.
Los espacios exteriores están moldeados para el disfrute de la vista. Como indicaban los rótulos, que nos encontramos en el recorrido y que no dejé de confirmar
César Manrique, es un placer.
¿Puedes imaginar una casa donde las ventanas tienen vistas como estas?
La planta superior, inspirada en la arquitectura tradicional de Lanzarote, incorpora amplias ventanas y una iluminación cenital.
En el nivel inferior de la casa de César Manrique, encontramos cinco burbujas volcánicas naturales, que se comunican entre si, con túneles excavados en la lava y que son espacios diferentes, con decoraciones exquisitas.
Del blanco inmaculado en las paredes y el mobiliario, en una de las cinco burbujas volcánicas.
Al contraste total, con esta estancia donde el protagonista es el rojo.
Uno de los pasillos que comunican las cinco burbujas naturales
Y la piscina que ahora es un elemento decorativo, que Manrique compartía con sus invitados, cuando la casa era punto de encuentro de amigos y personalidades diversas durante los 20 años que ocupó esta vivienda, hasta su tralado a la Casa del Palmeral.
El jardín exterior combina la vegetación con obras de arte, como el de este magnífico y colorido mural.
Tres días despues de nuestra llegada a la isla, fuimos a la otra Casa-Museo de César Manrique en Lanzarote.
La Casa del Palmeral, en Haría, la Casa-Museo, abierta al público desde el 2013.
La vida en Haría, era muy opuesta a la de Tahíche, tranquilidad y contacto con la naturaleza, fueron los ejes de la vida de Manrique en su nueva vivienda.
En el año 1986, Manrique inició las obras de construcción de la Casa del Palmeral. Era una finca agrícola, que había comprado con anterioridad.
En esta casa vivió hasta su muerte en 1992.
El recorrido por la casa resulta acogedor. Se llega a un contacto con el mundo de Manrique, íntimo y agradable.
Sus objetos personales, sus muebles, son espacios repletos de confort y bienestar, es fácil conectar con el ambiente del que debía disfrutar Manrique, en una etapa serena y apacible de su vida.
Para mi, la guinda de la Casa del Palmeral, es el taller del gran artista.
Aislado de la vivienda, recoge los materiales que utilizaba, pigmentos, mesas, dibujos y cuadros inacabados.
César Manrique, murió el 25 de septiembre de 1992. Su muerte en un accidente de tráfico, conmocionó a muchas personas y en especial a los habitantes de su querida isla de Lanzarote.
Su tumba se encuentra en el cementerio de la localidad de Haría.
Junto a las piedras volcánicas que rodean su nombre, día tras día, el cactus y la palmera que lo acompañan siguen creciendo.
“Vivimos tan corto espacio de tiempo sobre este planeta que cada uno de
nuestros pasos debe estar encaminado a construir más y más el espacio
soñado de la utopía; construyámoslo conjuntamente: es la única manera de
hacerlo posible”
César Manrique
Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Lanzarote
Del 19 al 25 de octubre 2025
Las
informaciones sobre les Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog
son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona
necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por
un terapeuta floral acreditado
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