¿Qué pasaría si nos permitiéramos experimentar libremente el amor y encontrar satisfacción en nuestras relaciones? ¿Qué clase de mundo sería este? Un mundo sin miedo. Quizás cuesta de creer, pero la vida tiene muchas cosas para experimentar.
Muchas más cosas serían posibles si dejáramos de ser cautivos del miedo.
Hay un mundo nuevo dentro y fuera de nosotros, un mundo en el que no hay tanto miedo, que espera ser descubierto.
Sin embargo, es fácil experimentar temor donde no hay peligro.
Esta especie de miedo es ficticio, irreal.
Puede parecer real, pero no tiene base en la realidad, y sin embargo, nos mantiene despiertos por la noche y nos impide vivir. Parece que no tiene ningún propósito ni clemencia, nos paraliza y debilita el espíritu cuando lo dejamos actuar. Esta especie de miedo se base en el pasado y desencadena temor por el futuro. Pero este miedo inventado, de hecho, sirve a un propósito, nos da la oportunidad de escoger el amor. Es un grito de nuestra alma que pide crecer, curarse. Son oportunidades para escoger otra vez y de una forma diferente, para escoger el amor por encima del miedo, la realidad sobre el espejismo, el presente por encima del pasado.
Nuestros miedos no evitan la muerte, sino que frenan la vida.
Lecciones de vida
Elisabeth Kübler-Ross
Solarización de Rock Rose
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
junio 2011