En mi reciente recorrido, por el desierto de Tabernas en la provincia andaluza de Almería, varias veces me acordé de Georgia O'Keeffe (Sun Prairie1887-Santa Fe1986).
El paisaje desértico, sus formas y colores, conectaban en mi con su biografía y algunos de los cuadros que ví en la exposición en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza el pasado mes de junio.
O'Keeffe viajó en 1929 a Santa Fe en Nuevo México y se quedó entusiasmada por aquel entorno, que en algunas ocasiones podría ser similar a las formaciones rococas y parajes del desierto de Almería.
Lo que al principio fue una estancia ocasional en Nuevo México para O’Keeffe, se convirtió en definitiva, tras la muerte de su esposo Alfred Stieglitz, fascinada por la forma de sus colinas y sus colores.
O’Keeffe tenía dos casas una en Ghost Ranch y otra en Abiquiú, al norte de Santa Fe, que decoró a su gusto con material que encontraba en sus paseos.
Sus palabras reflejan su fascinación por el lugar
“Lo que me
fascinaba eran las formas de las colinas. Las colinas de arena rojiza
con las mesetas oscuras detrás de ellas. Parecía que, por mucho que
caminaras, nunca podías adentrarte en esas colinas oscuras, aunque yo
caminaba grandes distancias”
Esta entrada con mis fotografías son un pequeño homenaje a la figura de esta artista clave en la pintura moderna estadounidense.
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https://www.infobae.com/cultura/2021/09/18/georgia-okeeffe-una-flor-en-el-desierto/
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