Al preguntar el por qué de esta respuesta, los argumentos que recibía la doctora se caracterizaban por la siguiente reflexión: Porque aquello que quería hacer y no lo hice por miedo o porque aquello que quería decir y no lo hice por pudor o temor o porque aquella expresión de afecto que reprimí por un sentido del ridículo excesivo, en estos momentos me parecen una tontería absoluta delante del hecho de morirme.
La muerte es una cosa que yo no decido, me veo empujada hacia ella. Y ahora veo que todas aquellas circunstancias que entonces me parecían un reto terrible eran una tontería comparada con el hecho de que me muero sin remedio.
Crisantemos en Takayama, Japón
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
noviembre 2010
No tengamos miedo de zambullirnos en la vida; estamos aquí para obtener experiencia y conocimiento, y poco aprenderemos si no enfrentamos las realidades y ponemos todo nuestro empeño. Esta experiencia puede obtenerse a la vuelta de cada esquina, y las verdades de la naturaleza y la humanidad pueden alcanzar la misma efectividad, o más quizá, en una casa de campo que entre el ruido y las prisas de una ciudad.
Edward Bach