En un paisaje donde la vista se pierde en el infinito, el silencio se percibe con agrado. Resulta difícil imaginar que hace miles de años la fauna y la flora de esta zona fueran tan diferentes.
En las paredes de algunas rocas, encontramos pinturas y relieves de una fauna ahora inexistente.
El arte rupestre sahariano tiene varios periodos, desde los más lejanos de fauna salvaje, como búfalos, jirafas, elefantes, avestruces y también perros y caballos (10.000-6000 a.C) a los más recientes del periodo de los camellos (200 a.C a la actualidad).
Las figuras humanas en colores rojizos y blancos, presentan escenas de luchas, de caza, nupciales.
Las dunas con sus partículas de arena azotadas por el viento son majestuosas
Una palmera puede aparecer en lo que en algún momento fuera un oasis.
Los lagos de Ubari, rompen la monotonía de las dunas, son de agua salada, aunque hay pozos de agua dulce en las cercanías.
Fotos: Pilar Vidal Clavería
No hay comentarios:
Publicar un comentario