Al día siguiente de Sant Jordi, ese día tan especial de rosas, libros y leyendas, me llamó por teléfono Carmen, una cliente de 77 años que perdió a su marido hace dos años y medio, quería compartir conmigo lo que había hecho el dia de Sant Jordi, me conmoví gratamente al escucharlo.
Salió a la calle a dar un paseo como hace habitualmente, las calles de Barcelona como cada año en esta fecha estaban repletas de paradas ambulantes con rosas y con libros.
Carmen ha pasado toda la vida con Carlos, lo conoció con 17 años, se casaron y alguna vez me comenta la suerte de haber celebrado sus bodas de oro, hay momentos en que no puede dejar de mirar a otras parejas que continúan juntas y sentir cierta "envidia".
Este día de Sant Jordi, Carmen compró dos rosas, una para su marido y otra para ella, le hicieron mejor precio me comenta con gracia.
Ya en casa junto a la fotografía de su querido Carlos colocó una de las rosas, permitió que sus lagrimas recorrieran sus mejillas y una vez más le dedicó palabras de cariño y agradecimiento por todos los años juntos.
No ha sido fácil el camino recorrido por Carmen para llegar a este punto, los momentos de dolor han sido intensos, las noches en soledad siguen siendo muy duras, pero su fuerza de voluntad y su constancia como ella misma reconoce, son extraordinarias, su amor por Carlos sigue vivo.
Sant Jordi en el claustro de la catedral de Barcelona
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas
Terapeuta floral
junio 2011