«Es una reunión interesante de diferentes inteligencias.
Resulta inusual que un entorno académico reconozca, por ejemplo, el
atletismo». Howard Gardner,
laureado psicólogo y profesor de Harvard, pudo ver escenificada la
teoría que le hizo famoso, las inteligencias múltiples, el pasado
viernes en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias,
rodeado de personalidades de los campos de las artes, el deporte, la
ciencia, la economía... Todos los premiados sobresalen por hacer algo
completamente diferente, pero ¿Haile Gebreselassie, considerado el mejor corredor de fondo de todos los tiempos, es menos inteligente que Giacomo Rizzolatti, científico que descubrió las neuronas espejo? Para Gardner,
claramente no. Lo que ocurre es que sus inteligencias pertenecen a
ámbitos distintos. Este investigador, hijo de alemanes huidos del
nazismo, recibía el galardón en la categoría de Ciencias Sociales por
mantener, precisamente, que no existe una única inteligencia, sino ocho:
la lingüística, la lógico-matemática, la visual-espacial (dibujar, interpretar un mapa), la musical, la corporal (danza, deportes), la intrapersonal (conocimiento de uno mismo), la interpersonal (conocimiento de los demás) y la naturalista (observación
y clasificación de las cosas). Este concepto, además de reconocer al
máximo nivel capacidades que antes eran menospreciadas frente a las
habilidades académicas tradicionales, ha obligado a replantear el
sistema educativo. El sábado fue nombrado doctor Honoris Causa por la
Universidad Camilo José Cela de Madrid.
-¿Cómo podemos identificar nuestro potencial?
-Creo que el mejor
modo de hacerlo es intentar enseñar algo nuevo a alguien y ver cuánto
tarda en aprenderlo. Por ejemplo, enseñamos a un grupo de estudiantes a
jugar al ajedrez. Después de 20 partidas, algunos ganarán casi siempre.
Claramente esos son los que tienen más potencial.
-¿Hay gente competente en todos los tipos de inteligencia?
-Todo el mundo tiene todas las inteligencias, pero la vida no es
justa... Hay gente que brilla en todos los tipos, como Leonardo Da
Vinci, y otros... bueno, no las desarrollan igual. Pero lo importante de
esta teoría es que existen una serie de perfiles: algunos tienen picos
altos en algunas tareas y otros en otras, pero siempre podemos mejorar
en las más bajas.
-¿Qué aconsejaría a los padres para potenciar la inteligencia de sus hijos?
-Présteles mucha atención y averigüe qué es lo que les interesa y
les apasiona sin proyectar en ellos sus prioridades, pasiones ni
debilidades.
-¿Qué opina de los test que miden el coeficiencte intelectual?
-No sirven, es como poner a alguien un sello en la frente: tú eres
listo, tú no. Eso es muy negativo.Es mucho mejor descubrir en qué
destaca alguien, qué debe aprender y darle ayuda para ello. Y si no es
así, probar otra cosa.
-Si tuviera en sus manos la educación de un país, ¿qué es lo primero que cambiaría?
-La educación no debe centrarse únicamente en la escuela: también
depende de la familia, los medios de comunicación, el vencindario, todo
lo demás... Además, los profesores deben ser profesionales.
-Explíquese.
-Tienen que tener vocación y demostrarlo. Aceptar una responsabilidad, tener estatus y ser respetados.
-¿El sistema educativo actual desperdicia el talento?
-Nuestras comunidades desperdician el talento porque solo los
privilegiados tienen opciones. Una de las cosas más interesantes de los
sistemas educativos de Finlandia y Singapur, los mejores del mundo ahora
mismo, es que son totalmente planos y justos. Es decir, no hay manera
de saber cuánto dinero tiene la familia de cada estudiante en un
colegio. En un sistema realmente justo, los alumnos con desventajas
tendrían a los mejores profesores y las mejores escuelas.
-España tiene una alta tasa de fracaso escolar. ¿Qué nos recomienda?
-Mejorar la educación debería ser una de las prioridades principales
de un gobierno. Y un consejo: aprovechar los medios digitales es muy
importante. No sirve de nada hacer que los estudiantes memoricen las
cosas si todo está aquí (saca un smartphone del bolsillo) Vamos a
enseñarles cómo utilizar las fuentes de información y también a
cuestionarlas. En cuanto a los jóvenes, si no hay oportunidades de
empleo, la motivación es mucho más difícil, pero no se pueden quedar en
casa. Pueden seguir mejorando sus destrezas y ayudar a otras personas.
En el futuro, cuidar a nuestros mayores va a ser la mayor fuente de
trabajo.
-Estamos cerca de unas elecciones generales en España y elegimos nuevo presidente. ¿A qué tipo de inteligencia deberíamos votar?
-No hay una receta de las inteligencias perfectas para un
presidente, porque depende muchísimo de las circunstancias. Obama
parecía tener un potencial enorme, pero ha heredado una situación
económica muy complicada y no pudo comprender que la oposición no iba a
ayudarle. Churchill fue un primer ministro brillante en la época de la
guerra, porque fue capaz de levantar el país, pero durante un período
económico difícil no hubiera tenido tanto éxito. Una vez pregunté a
Sorensen, la mano derecha del presidente Kennedy, exactamente la misma
pregunta.
-¿Y qué le contestó?
-Me dijo que lo más importante de un líder es que tenga buen juicio.
¿Y cómo podemos saberlo? Por las personas que asigna a cada puesto.
Cuando John McCain eligió a Sarah Palin, probablemente en ese momento
perdió las elecciones.
-En su teoría de inteligencias múltiples, ¿dónde colocaría la intuición?
-Cuando alguien puede hacer algo bien o pensar de forma correcta,
pero es incapaz de explicar cómo lo consigue. Eso es la intuición. La
gente puede tener muy buena intuición en un área, pero no en otras. Un
matemático puede ver claramente la resolución de un problema muy
complicado, pero no tener ni idea de cómo detener una pelea entre dos
niños.
-¿Cuál es su definición de genio? Mucha gente consideraba que el recién fallecido Steve Jobs lo era.
-Un genio es alguien que descubre algo nuevo del mundo, y creo que
él lo hizo. Así que, de acuerdo con esa definición, efectivamente, fue
un genio. Yo le daría un premio Príncipe de Asturias.
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
enero 2011