jueves, 4 de marzo de 2010

Joaquín

Esta vez el nombre de Víctor M.Amela no aparece como entrevistador en La Contra de La Vangardia, sino en la sección de Sucesos de hoy 4 de marzo.

Nos relata una de las trágicas historias provocadas por el terremoto y el tsumani de Chile, desde unos recuerdos que en estos momentos cambian la felicidad por el dolor.


El tsunami que invació la isla Robinson Crusoe mata al niño Joaquín, de ocho años


La ola gigante que entró en el pueblo, el único de la isla y del archipiélago Juan Fernández, a 700 kilómetros del Chile, devastó todas las casas de madera


Joaquín, el niño Joaquín de la isla Robinson Crusoe, el niño isleño de ocho años, el niño conocido por los 600 habitantes de la isla como Puntito, ha muerto. La madrugada del pasado domingo, la ola gigante que entró en su pueblo –el único pueblo de la isla y del archipiélago Juan Fernández, a 700 kilómetros del Chile continental– devastó todas las casas de madera y barrió la vida del pequeño Joaquín, entre otras vidas.



Joaquín fue la primera persona que conocí al desembarcar en la isla Robinson Crusoe con la expedición de la Ruta Quetzal, a mediados de diciembre. Simpatiquísimo y espabilado, se ofreció a mostrarme su pueblo, pequeño como él, hecho a su medida de niño despierto y feliz. Nos hicimos amigos, jugamos a darle puntapiés a una pelota –empatamos– y decidió llamarme "tío".

Estuve hospedado en casa de sus abuelos, la entusiasta isleña Jimena Green y el esforzado pescador de langosta Willy Martínez Recabarren, que adoraban a Joaquín, su inteligente nieto. Mi nuevo sobrino señaló con un palo la ladera por la que ascendía el sendero que al día siguiente nos llevaría a las cumbres de la isla, resuelto a acompañarnos. Pedí permiso a Jimena y Willy, prometiéndoles cuidar del chaval, y rieron: entendí que sería Joaquín quien cuidaría de nosotros...

No le importó a Joaquín que el día amaneciese lluvioso: empuñó su palo y, empapados, subimos hasta el mirador Selkirk. Desde esa altura de casi 900 metros, el escocés Alexander Selkirk –el famoso náufrago solitario del siglo XVIII que inspiró a Defoe su Robinson Crusoe– divisaba casi toda la isla y una enorme extensión del océano Pacífico, oteando el eventual paso de navíos. ¡Ojalá Joaquín hubiese estado subido ahí cuando el océano cayó sobre su pueblo!

Mecontó que sus padres trabajaban en el continente y que él vivía en la isla con sus abuelos. Quedamos en que un día, cuando fuese mayor, vendría a Barcelona... Los adolescentes de Robinson Crusoe suelen emigrar al continente siguiendo el dinero. Pero Willy, el orgulloso abuelo, me decía en La Contra del pasado 30 de diciembre: "El tesoro es esta vida tranquila. Me hace feliz ver a mi nieto Joaquín, de ocho años, crecer en esta isla, libre y seguro, con toda la naturaleza para él... De mayor le imagino viviendo comoyo: pescando langostas y colaborando con la gente del pueblo. Sé que este niño no olvidará lo que le enseño...".

Willy admiraba y amaba a su nietecito, era su ilusión. ¿Qué será de Willy y Jimena? Sé por fotos en internet que aquella preciosa casa de madera ha desaparecido, como todas... El Gobierno chileno no alertó a los isleños de que se les venía encima un maremoto, y fue una niña algo mayor que Joaquín –Martina Maturana– quien avisó con el gong de la placeta de que el mar se salía...

La última vez que vi a mi sobrino Joaquín fue en la fiesta de despedida, sobre la hierba del campo de fútbol, junto al mar, bailando las cálidas tonadas de los hermanos Balbontín, que cantan a los pescadores de langosta y a la belleza de la isla. Joaquín reía sobre los hombros de un chico de la Ruta Quetzal, y yo le puse mi pañuelo rutero en la frente, mi regalo para que recordase que tenía un tío en Barcelona. Le hice una foto. Éramos felices. Seguirá siendo mi sobrino para siempre.

7 comentarios:

Elvira dijo...

¡Qué cosa más triste, por Dios! Muy bien escrito, por cierto.

Un abrazo

Pilar Vidal Clavería dijo...

Hola Elvira,

Si es muy triste, está escrito de una forma tan respetuosa y sentida que he querido ponerlo en el blog para compartirlo.

Un abrazo

trinidad dijo...

Nos malaconstumbramos a oir desgracias en las noticias . Nos cuentan a las victimas como números , pero cada una de ellas como Joaquín tienen un nombre y una familia que le echará de menos siempre . Besos .

Dol dijo...

Es curioso, yo nunca leo periódicos pero esta mañana tomando un café hojeaba el País y apareció la historia de Puntito.
Pensé tristemente que iba a escribir unas líneas sobre él , pero ya no hace falta .
Un beso.

Mirta Pagola dijo...

Gracias Pilar por compartir el humanizar la tragedia, no es solo algo que pasa "lejos" y "otros", no, le pasa a Joaquín. Cuántos Joaquines en el mundo tratados como nn o nº?!
Un fuerte abrazo, Mirta

Pilar Vidal Clavería dijo...

Gracias por vuestros comentarios, es totalmente cierto poner el nombre de Joaquín a la tragedia nos la hace más sentida y cercana, es la forma de integrarlo en nosotros, mas que el verlo como un dato más en el volumen de las informaciones.

Un abrazo

añil dijo...

Es terrible. He pasado para agadecerte la informacción sobre la estevia y leo esto. Me gusta cómo lo cuentas.

Besos

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