martes, 20 de marzo de 2012

Sentidos

A lo largo de la vida, todo terapeuta o voluntario tendrá que enfrentar pacientes terminales y acompañar a sus allegados, ya que la muerte es una consecuencia natural y predecible de la vida. Por eso recomiendo que antes, el terapeuta deberá reconocer la posibilidad de su propia muerte, sabiéndose mortal y vulnerable, lo que le permitirá ayudar o acompañar a otro como, tal vez, quisiera que lo hicieran con él.


El acompañamiento a un enfermo terminal por parte de un terapeuta, o de quien haga sus veces, debe partir de ver la muerte de forma natural y desapasionada, para evitar caer en la lucha encarnizada contra la enfermedad, cuando ya no hay solución, porque las consecuencias son el desgaste para el terapeuta y un mayor sufrimiento para el paciente.


También recomiendo tomarse entonces el tiempo, con una actitud tranquila, para acercarse a quienes van a morir; los paciente muchas veces dan más a los terapeutas novatos que lo que reciben de ellos, pues los llevan de la mano a conocer lo que en realidad es la vida, y la importancia de valorar el presente y lo que se tiene.


Ahora, si toma este trabajo como vocación, es bueno contar con cuatro actitudes para dar mejor de sí sin tener que verse afectado por el trabajo. Dichas actitudes son:


1. Sentido común
2. Sentido de responsabilidad
3. Sentido del humor
4. Flexibilidad


La estrategia de quien acompaña en el proceso de morir, ya lo haga por vocación, obligación o profesión, se puede resumir en tres condiciones: contacto, comprensión y contención o, como yo las llamo, las tres "C". Contacto visual, sensorial, emocional y físico, que nos permita comprenderlo al ponernos en su lugar, con la capacidad de contenerlo cuando necesite apoyarse en nosotros.


Todo lo que sepa a través del conocimiento, sin duda, le será últil; sin embargo, será más importante el grado de compasión que pueda dar a quien más lo necesita.


La estrategia del Ave Fénix
Tú puedes mejorar tu salud
Santiago Rojas Posada

 
 Montaña de Montserrat al atardecer, marzo 2012
Foto: Pilar Vidal Clavería
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas  
Terapeuta floral


6 comentarios:

marce dijo...

Sentido común y darse cuenta del alcance de la situación, nunca se sabe cuando llega ese momento. Estar al lado es suficiente, dependiendo de la persona que se trate. También cuenta quien lo padece y su forma de llevarlo. Es harto complicado esa situación. Uno se ve pequeño ante lo que es tan difícil de saber en cada momento, como está.

un abrazo, Pilar, gracias.

Montse dijo...

Admiro a las personas que son capaces de ayudar a los enfermos terminales, tienen una enorme entereza y mucho amor.
Admiro también esas hermosas montañas y esa hora mágica ¡qué foto tan bonita!

Muchos besos, Pilar.

Pilar Vidal Clavería dijo...

Reconocerse pequeño y estar desde lo sencillo, todo un reto.

Gracias a tí Marce, un abrazo

Pilar Vidal Clavería dijo...

A veces las retenciones en la carretera tienen su lado bueno, nunca había fotografiado Montserrat desde el coche y al atardecer!!!

Yo también admiro a esas personas que acompañan y que brindan su apoyo en las últimas etapas de nuestra vida.

Besos también para tí Montse

Elvira dijo...

Preciosa foto de la hora del crepúsculo en Montserrat. Muy apropiada para el tema que tratas hoy. Un tema muy importante. ¡Ojalá sepamos ayudar a otros en ese momento y vivirlo bien cuando nos toque! Besos

Pilar Vidal Clavería dijo...

Ayudar y sentirnos ayudados, un intercambio generoso, lleno de amor.

Besos Elvira

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