Los grupos de ayuda mutua permiten disponer de un espacio donde compartir lo que sentimos y desde la confidencialidad y el respeto encontrar el apoyo de otras personas que se encuentran en diversas situaciones de pérdidas.
Mireia Gutierrez es una de mis compañeras en los módulos de formación que estoy realizando en el IPIR como Certificación en asesoramiento y psicoterapia de duelo desde un modelo integrativo-relacional.
El pasado 19 de febrero se publicó esta entrevista de Núria Navarrro en Gente Corriente en El Periódico de Catalunya.
Mireia Gutiérrez
Asesora en duelo. Sufrió un gravísimo accidente hace cinco años y sacó en limpio que quería ayudar a los demás.
“La mano de aquel guardia civil me dio tanta paz...”
Cada
año mueren en España más de 2.500 personas en accidente de tráfico.
Nunca pensamos en que nos puede tocar. A Mireia Gutiérrez (Barcelona,
1978) le tocó el 11 de febrero del 2007. En un instante estalló su
presente y cambió su futuro.
-Mi
hermana y su novio, mi marido, mi hija de 15 meses y yo habíamos ido a
la fiesta del arroz de Bagà. De regreso a Monzón, circulábamos por la C-25
y, a la altura de Cervera, un coche colisionó frontalmente con el
nuestro. Dimos varias vueltas de campana y el vehículo quedó boca abajo.
Estábamos atrapados. Los servicios de rescate tardaron dos horas en
sacarnos de allí.
Dos horas son una eternidad.
Estaba
completamente aturdida. Miraba a mi alrededor y pensaba que estaba
soñando. Tenía una quemadura en la pierna de la que no fui consciente
hasta que me curaron en la ambulancia. En seguida paró una pareja para
auxiliarnos. No sé cómo, conseguí desatar a mi hija de la sillita y
entregársela a Lidia, que así se llamaba la chica.
¿Y el resto?
Los demás empezamos a hablar, menos el novio de mi hermana...
Comprendo.
Y
en medio de la tragedia, hubo algo que determinó que me dedique a lo
que hoy me dedico. Un guardia civil me preguntó cómo me llamaba y me
dijo “Mireia, dame la mano, estaré a tu lado hasta que lleguen los
servicios de emergencia”. Aquella mano me dio tanta paz...Más que
cualquier palabra que pudiera decir. Me hizo reflexionar mucho.
Un gesto puede devolver la confianza en el ser humano.
Fue
muy importante. Luego, los tres primeros días no pude dormir ni de día
ni de noche. Temía estar sola. Tuve que pedir ayuda profesional. Un
día, haciendo terapia, le dije a la psicóloga que tenía la necesidad de
estar con personas que hubieran pasado lo mismo que yo. Y me puse en
contacto con un grupo de duelo de Lleida.
¿Qué es exactamente?
Es
un grupo de ayuda mutua dirigido por un experto, donde cada persona
explica su vivencia sin que nadie la juzgue ni la interrumpa. Algo que
no encuentras fuera. Porque cuando pasan años de tu tragedia y sigues
necesitando explicarlo, la reacción habitual es: “¿Aún estás así?”. Con
la mejor intención, te dan prisa para que te pongas bien. Y el duelo
requiere un proceso. Allí me escuchaban. Fue tan humano como aquella
mano del guardia civil. Y me dije: “Esto es lo que quiero hacer”.
Dar la mano a otros. Antes de eso su vida iba por otro camino.
Había
estudiado peluquería, era madre. Pero, cuando pasa una cosa así, te das
cuenta con claridad de que debes hacer algo por los demás. Estoy
convencida de que quien es buena persona se vuelve mejor persona. Fui
reuniendo a gente que había pasado por experiencias similares a la mía, y
por otras enfermedades terminales, y el 8 de enero del 2008 fundé el
Grupo de Duelo de Monzón.
Absorbe el dolor de otros. ¿No le desborda?
Por
eso, para poder ayudar a los demás, es importante haber elaborado tu
propio sufrimiento. Después tienes que saber cómo entrar a una persona
sin invadir su intimidad, sin hacer preguntas curiosas. Cuando ganas su
confianza, puedes empezar a trabajar. Y al final te dan un abrazo. ¡Eso
es muy gratificante!
Insisto. La muerte da yuyu.
Es
una realidad que existe, y cuanta más información tengamos sobre como
actuar y qué ayuda buscar, mejor. Nosotros hemos hablado del accidente
con nuestra hija. Le explicamos que lo que pasó fue muy triste, pero que
la familia está ahí para reír y para llorar junta.
¿Hizo su marido el mismo proceso que Usted?
El
es mas reservado. También era quien conducía el coche aquel día y
sintió culpabilidad por el accidente, porque se salvó su familia y no el
novio de mi hermana. Pero también ha tenido una transformación: ahora
es bombero voluntario.
Temo preguntar por su hermana...Iba a casarse una semana más tarde.
Meritxell
–Meri para los de casa- ha escrito un libro explicando cómo fue el
accidente y sus sentimientos que se titula “Las maletas millonarias”.
También sé que está muy orgullosa de su cuñado bombero y de que su
hermana estudie en profundidad el tema del duelo.
Una curiosidad. ¿Volvió a ver a aquel providencial guardia civil?
No, nunca. Ni siquiera llegué a saber su nombre. Pero no se me ha borrado su cara.
"Cuanta más información tengamos sobre como actuar y qué ayuda buscar, mejor"
Mireia Gutiérrez
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Counseling integrativo-relacional de duelo y pérdidas
Terapeuta floral
abril 2010