sábado, 6 de abril de 2013

Somos porque amamos, cooperación para sobrevivir

Recuperando entrevistas pasadas de la Contra de La Vanguardia, me encuentro con Humberto Maturana, biólogo del amor.

Pregúntese dónde le duele la vida
7 de noviembre 2005

"Nadie puede convertirse en mero robot instrumento de los deseos y designios de otro. Tiene usted que participar como persona en lo que hace y tener responsabilidad." Tener 77 años como yo es una enfermedad incurable que sobrellevaré muchos más. Nací en Santiago de Chile. Me dedico a explicar lo que nos ocurre desde la biología. Soy doctor en Biología por Harvard. Los humanos somos fruto de la cooperación para la conservación, no de la lucha por la supervivencia: bioevolutivamente somos porque amamos.

- Lo que sorprende a mis colegas biólogos de Harvard y de la comunidad científica es que me dedique a la biología del amor...

- Que no se ve al microscopio.
- Se ve. Como biólogo me he preocupado de los seres vivos y he estudiado la evolución y así he comprobado que la nuestra no es una historia de lucha por la supervivencia...

- ¿Ah no?
-... Sino de la conservación y de la solidaridad. El que gana no es el que mata al otro, sino simplemente el que sobrevive: la nuestra es una historia de cooperación para sobrevivir. Y así surge el lenguaje que nos hace humanos, cuando la sexualidad de la hembra humana deja de ser estacional...

- Supongo que se refiere al celo.
- Las demás primates siguen teniendo celo, pero nuestras hembras ya no son periódicas, así dejan de ser objeto disputable para convertirse en centros del placer y de la convivencia en el grupo humano. Y así surge el lenguaje: una coordinación de haceres.

-¿Y el amor?
- Es lo que fundamenta esa cercanía que permite la supervivencia del individuo y de la especie: el placer de estar juntos, amar.

- Yo pensaba que usted venía a dar un curso a Esade, una escuela de negocios...
- Es que la mayor parte de los problemas de una empresa hoy se deben al factor humano. Por mucha tecnología que empleemos: son las personas las que deciden.

- ¿Y qué propone usted?
- Que se tengan en cuenta esos millones de años de evolución que vienen a convertirnos en seres que necesitan tener presencia: ser vistos, ser escuchados. Sin ese placer de ser tenidos en cuenta por el grupo, nuestra vida se convierte en un sinsentido. Nos duele.

- ¿En qué sentido?
- La mayor parte de los dolores de nuestra existencia son culturales. Pregúntese dónde le duele la vida y verá que no es en su cuerpo.

- ¿En el bolsillo?
- Verá que la vida le duele en los espacios donde no es visto, en donde está usted siendo negado, en sus espacios de desamor.

- ¿No me duele la hipoteca?
- Mucho menos que no contar con el respeto de sus compañeros de trabajo o de sus vecinos, de su familia y amigos. Verá que en el fondo lo que nos mueve a los humanos es esa necesidad ancestral de ser reconocidos que arrastramos desde el origen de la especie, porque es la causa de que hoy existamos.

- ¿Que nos reconozcan en qué sentido?
- Que nos valoren, que consideren nuestra aportación al grupo y que nos lo demuestren en su trato con nosotros. Eso es lo que está detrás de todos, incluso detrás de quien se compra grandes coches, aviones a reacción o grandes palacios: queremos que nos quieran por puro mandato biológico.

- ¿Cómo aplica eso a la empresa?
- Si a usted no le reconocen y le aprecian como ser útil, convertirá su trabajo en inútil.

- El único sentido del trabajo es un trabajo con sentido.
- Nadie puede convertirse en mero robot instrumento de los deseos y designios de otro. Tiene usted que participar como persona en lo que hace y tener responsabilidad. ¿Por qué iban los homínidos a cazar?

- Por carne.
- No sólo por carne, sino por el respeto y el reconocimiento del cazador. Podían volver sin una pierna o sin un ojo, pero no sin ese respeto. Porque sólo en el espacio en el que se tiene presencia, se es productivo y se puede convivir con satisfacción. Allí aparece la inteligencia, la creatividad y el placer de hacer lo que se hace. Así dejamos de ser monos.

- ¿Cómo aplica esa biología empresarial?
- Recuerdo al gerente de una empresa farmacéutica chilena cuyos directivos le obligaron a iniciar una investigación para localizar al culpable de un error de etiquetado y despedirlo. Era el empleado o él.

- ¿Qué le recomendó usted?
- Que no hiciera de policía, sino de empresario y que no buscara culpables, sino razones. Si buscaba culpables, todos le mentirían por miedo a ser despedidos y tal vez echaría a un empleado, pero el error seguiría allí. En cambio, si pedía ayuda para descubrir razones, encontraría apoyo y luego las razones..

- ¿Se las dieron?
- Descubrió que el error se había producido a consecuencia de una exigencia de los directivos en el aumento de producción.

- ¿Hubo despidos?
- ¿Para qué si la causa del error había sido subsanada? Los empleados pidieron disculpas con su honestidad reconocida y se reincorporaron al trabajo de una manera distinta, porque habían contado con ellos. Y el efecto es sistémico: si castigas el error, el próximo se tapa con una mentira, pero no se corrige; en cambio si respetas el error, puedes corregirlo y aumentar así la responsabilidad de todos. Pruébelo con niños. Verá.

- ¿Y con los sentimientos funciona?
- Si no reconoces, no te reconocen y sufres y haces sufrir. Una señora perdió a su hijo, que se suicidó en el laberinto de la sanidad mental. Ella se consagró a que no volviera a pasarle a una madre: montó una fundación, una asociación y se puso a escribir un libro...

- Entusiasta y ejemplar.
-... ¿De verdad? Yo la sentía desgraciada y le pregunté por su familia: uno de sus otros tres hijos se drogaba y los otros dos tenían otros graves problemas, pero la señora había instalado su dolor en el lugar de sus hijos.

- Los había dejado de reconocer.
- Le dije que olvidara el libro y la fundación y que mirara a sus hijos: que los reconociera y contara con ellos. El libro está sin escribir, pero ya no les hace ninguna falta.

 Visita a El Jardí de les Essències, mayo 2011


Fotografía: Pilar Vidal Clavería

domingo, 31 de marzo de 2013

Primaveras

Las flores de la primavera, Primula acaulis, abundaban en el camino de hoy hasta la cima del Puig Cornador, 1229 m, en la comarca de Osona, pertenecen a la familia de las Primuláceas, plantas que necesitan suelos húmedos con 5 sépalos y 5 pétalos.

A esta familia pertenecen esencias florales como Water Violet de las Flores de Bach,  y Evening primrose y Shooting Star de FES.

Son remedios florales que ayudan en la soledad y el aislamiento, con el sentirse rechazado o no querido, con el encontrar un lugar en el mundo, la causa puede provenir de una mala relación con las figuras paternas.

 


Primula acaulis, Primaveras

Fotografías: Pilar Vidal Clavería
marzo, 2013

Water Violet entradas en Sentir con Flores de Bach en los enlaces:

sábado, 30 de marzo de 2013

Mirando el mundo a través de sus colores


 Lo que se necesita mejorar no es el Universo sino su modo de mirarlo

Lama Dirhavansa





 Fotografías: Pilar Vidal Clavería
India-Barcelona

jueves, 28 de marzo de 2013

Fachada de la Pasión, Sagrada Familia

La fachada de la Pasión de la Sagrada Familia de Barcelona, recibe este nombre porque representa la pasión y muerte de Jesús, elaborado con conjuntos escultóricos realizados por Josep Maria Subirachs. Es la segunda fachada que se construyó siguiendo el proyecto original de Antoni Gaudí.

Esta fachada está orientada al Oeste y recibe los últimos rayos del sol, disposición que acentúa el efecto simbólico de oscuridad y penumbras que quería el arquitecto.





Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Barcelona, febrero 2010


Mustard y su dificultad para acceder a la alegría

Decirle a alguien que recupere la ilusión, la alegría de vivir, que supere su tristeza y que se anime son muchas veces tópicos a los que recurrimos cuando no sabemos que decir y nos cuesta entender  su melancolía y abatimiento.

Si leemos la definición que para Mustard, dejó el doctor Edward Bach quizás podamos acercarnos a su sufrimiento.

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o, incluso desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi imposible mostrarse feliz o alegre.


Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Plivitce, Croacia, julio 2011

Mi alegría es como la primavera, tan cálida
que hace florecer las flores de la Tierra entera.
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos

Thich Nhat Hanh



martes, 26 de marzo de 2013

Cuidando a la mente a través de la respiración


Una vez había un discípulo que meditaba e invocaba al Creador. Durante diez años había hecho meditación para alcanzar su Presencia. Entonces el Creador se le apareció y él le pidió que por favor le diera una mente hermosa que pudiese manifestar cualquier cosa que él quisiera. 

Es cierto que si tenemos una mente como se debe, si tenemos una mente buena podemos manifestar nuestras buenas intenciones en acciones. Entonces el hombre le pidió al Creador: “Dame una mente que manifieste cualquier cosa, que sea capaz de manifestar cualquier tipo de cosa”. El Creador le respondió: “Te daré una mente así, pero has de tener en cuenta que si no le das trabajo, ella te comerá y te destruirá. Continuamente tendrás que darle trabajo y ella trabajará para ti, pero acuérdate que le tienes que dar siempre trabajo; si no le das trabajo a la mente, ella te comerá. Aprende a darle trabajo y ella te ayudará”.

Entonces el Creador le dio un gran gigante como mente al discípulo y él se puso muy contento. El Creador desapareció y entonces el gigante apareció y le preguntó al discípulo: ¿Qué quieres? El discípulo le dijo: “Quiero una buena casa”, y en un minuto el gigante le proporcionó una buena casa y le siguió preguntando: ¿Qué quieres ahora? “Quiero una buena familia” y en otro minuto se la proporcionó. Le volvió a preguntar: ¿Qué quieres? y el discípulo le dijo: “Un buen negocio”, y le proporcionó un negocio próspero. ¿Y qué más quieres? “Un buen coche”. ¿Qué más quieres? El discípulo empezaba a cansarse y no sabía qué pedir porque lo tenía todo. “¿Qué más le pido?” se preguntaba; si no le pido algo al gigante, me va a comer”. Yo no quiero más cosas, esto es demasiado para mí, una mente así yo no la quiero; es mejor que tenga una mente normal porque este gigante lo hace todo muy rápido y luego pregunta qué es lo que quiero.

Entonces el gigante le dijo: ” Si no tienes nada que pedir, déjame que te voy a comer”. Entonces el discípulo pensó “mejor me voy corriendo pues ya no le quiero ver más”. Y así lo hizo: corría por el monte y el gigante le seguía.

Al pasar por un monasterio un maestro que le vio, corriendo como un loco, le quiso parar, pero él no quería hasta que el monje le agarró de un brazo y le paró. “¿Me quieres decir qué te pasa?”. “Lo siento, no puedo, viene corriendo detrás de mí el gigante, y si no le doy trabajo me come. Le doy trabajo y lo acaba en seguida y me pregunta continuamente “¿qué quieres?”. Yo no quiero nada, pero él me dice que si no quiero nada, me come. Déjame que tengo que salir corriendo”. El Maestro le dijo: “El hecho de que corras no es solución porque es tan grande, que aunque vaya despacio llegará a cogerte, para él es muy fácil comerte”.

El Maestro le dijo:” ¿Sabes?, siempre hay un trabajo que poder darle: Si pierdes esta mente, ni la casa, ni el jardín, ni el coche se pueden manifestar. Por tanto la solución no es acabar con el gigante, sino darle un trabajo siempre que tú no lo necesites”.

El discípulo le dijo: “¿Crees que hay algún trabajo que el gigante pueda hacer mientras yo no lo necesite?” “Sí”, dijo el Maestro. Y el discípulo respondió: ” ¡Entonces seré el hombre más feliz de la Tierra si me enseñas el método!”.

“Ordénale que suba al árbol y que lo baje, para arriba y para abajo todo el rato hasta que lo necesites para realizar otro trabajo”.

Cuento sufí 
   
La doctora Luján Comás explica esta historia en uno de sus artículos la Respiración como herramienta en el duelo. Conectar con nuestra respiración es conectar con nuestro interior, con el aquí y el ahora, nos sirve para aquietar nuestra mente, en esta fórmula los ingredientes son gratis y están a nuestro alcance: constancia y voluntad.



Bosque de hayas, Beech
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
24 agosto 2012  

domingo, 24 de marzo de 2013

PRESENCIA

Una luz brillaba en el seminario Estar presente en la Terapéutica Floral,  que se realizó ayer en la sede de Sedibac,  excelentemente conducido por Begoña Castillo, la de la PRESENCIA.

Begoña a través de sus palabras, ejercicios y meditaciones, nos acompaño través de un hilo conductor camino de la PRESENCIA.

PRESENCIA, definida como una actitud y como una intención, una  PRESENCIA como centro de la percepción que requiere práctica, determinación e insistencia.

Estar presentes, estar con lo que hay son mucho más que palabras, es una nueva forma de estar en el mundo.

La clave de la transformación está en el cuerpo y es la herramienta a utilizar para la transformación, teniendo en cuenta que necesita atención amorosa.

La PRESENCIA permite alinearse con el momento presente, con lo que es, es un SI A LA VIDA, para poder estar en paz con lo que ocurre.

Nos explicó Begoña en el seminario las diferencias entre el centro mental, el centro emocional, el centro corporal y el centro de la percepción. A través de imágenes nos dejamos sentir las emociones, diferenciando el entrar en las emociones y vivirlas, a el estar poseído por ellas, aspectos muy diferentes, dejarlas sentir en el cuerpo sin filtro mental, entrar en el cuerpo a través de las sensaciones físicas y dejarlas ser. De ahí la importancia de mantenerse presentes en nosotros mismos, con la atención en el interior del cuerpo, identificando sensaciones, no haciendo una identificación mental.

Dirigir la atención al interior del cuerpo siguiendo la respiración, observar y estar atentos, cuando la atención se apoya en el interior del cuerpo estamos en el Presente.

Acompañar desde la PRESENCIA aporta tanto en las relaciones terapéuticas como en cualquier otra relación en particular, una calidad que marca la diferencia, la PRESENCIA no dirige, observa lo que hay, sin miedo. Cuando estamos presentes, la mente deja de dirigir todos nuestros movimientos. Una PRESENCIA que nos será de utilidad tanto en las sesiones terapéuticas como en el día a día, para acceder a un espacio de paz y aceptación, aunque sea por un instante.


Aquello que dentro de nosotros quiere saber y progresar no es la mente, sino algo que está detrás de ella y que de ella se sirve
Sri Aurobindo 
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
Japón, noviembre 2011 
Información sobre Begoña Castillo en:



viernes, 22 de marzo de 2013

Preguntas

Y preguntaban los chamanes y sabios si alguien enfermaba:

¿Cuándo dejaste de cantar?

¿Cuándo dejaste de bailar?

¿Cuándo dejaste de contar historias?

y ¿Cuándo dejaste de sentirte cómodo en el dulce espacio del silencio?



Puente de teka de U Bein, orillas lago Taungthaman
Fotos: Pilar Vidal Clavería
agosto 2007

miércoles, 20 de marzo de 2013

Solarización

En la solarización, uno de los procesos de elaboración de las esencias florales, tenemos al agua como vehículo de la información que tiene la flor y a la luz del sol como elemento que lo imprime o escribe el patrón de la esencia.

La llegada de la primavera me recuerda la maravilla de la experiencia de la elaboración de los remedios florales, gracias una vez más a Elvira Coderch por su compañía y por compartir conmigo sus conocimientos.


Solarización de membrillero japonés
Quince

Solarización de Campanilla de invierno 
Snowdrop


Solarización de zarzamora
Blackberry 

Fotografías: Pilar Vidal Clavería

sábado, 16 de marzo de 2013

Coste y beneficio en la pareja

Joan Garriga ha publicado un nuevo libro El buen amor en la pareja, cuando uno y uno suman más que dos y el pasado jueves apareció esta entrevista en La Contra de La Vanguardia.


"Sin ti también me iría bien"
VÍCTOR-M. AMELA

¿Necesitamos pareja?
- Anhelamos un vínculo que nos reporte pertenencia, intimidad, sexualidad y crecimiento.
¿Y la pareja nos lo da?
- Sí, pero hoy queremos que la pareja sirva al yo..., y eso lo complica todo.
¿Puedo ser feliz sin pareja?
- Sí: conozco a un monje feliz, sin sexo, pero con pertenencia, intimidad y crecimiento.
¿Y usted?
- Me casé, me divorcié. Volví a casarme, aposté fuerte..., y volví a divorciarme. Luego tuve una pareja muy amorosa con la que no convivía... ¡y fue mi mejor relación!
¿Y qué sucedió?
- Que a los siete años, ella quiso un hijo conmigo..., y yo no: motivo de ruptura segura.
¿Y hoy, qué tal anda?
- Tengo amor, aunque sin vivir en pareja.
¿Mejor solo que mal acompañado?
- Sí..., ¡pero casi todo el mundo prefiere mal acompañado! Solemos preferir algún vínculo..., ¡aunque sea de mal amor!
¿Qué hacer para tener buen amor?
- Hay cuatro etapas. Primera, enamoramiento: "Me mueves mucho..., pero te veo poco". Segunda, relación: "Ya te veo mejor, ¡y aun así te elijo para caminar juntos!". Tercera. Compromiso: "Estamos creando algo más importante que nuestras familias de origen y parejas anteriores".
¿Y cuarta?
- Entrega: "¡Te quiero a ti y a lo que a ti te dirige!". Este es ya un amor muy desarrollado...
¿Por qué?
- Es el deseo espontáneo de que el otro sea feliz. ¡Eres feliz en la plenitud del otro!
Palabras mayores, ¿no?
- ¡Sí! Entre tanto, importa que sepamos esto: nadie, ¡nadie!, puede hacerte feliz. Y que nadie, ¡nadie!, puede hacerte infeliz.
¿Entonces...?
- Tu felicidad sólo depende de tu conexión íntima con tu ser interior.
¿Y de qué depende esa conexión?
- De estar en paz con tus figuras paternas y familiares para no cargar con nudos... que luego pretenderás ventilar en la pareja.
¿Eso pasa?
- Una pareja no son dos personas: son dos sistemas familiares que se encuentran.
¿Qué coste y beneficio tiene la pareja?
- "¿Es mejor casarse o permanecer soltero?", le preguntaron a Sócrates, que respondió: "Cásate. Si te va bien, serás un poco feliz. Y si te va mal..., ¡serás filósofo!".
Deme algún ejemplo de mal amor.
- "Sin ti no podría vivir", le decimos a nuestra pareja, como si fuésemos niños. ¡Mal amor! Buen amor: "Sin ti también me iría bien"...
Ah.
- ... pero como adulto, elijo estar contigo. "Te quiero por ti mismo", decimos, ¡y no es bueno!: el buen amor consiste en "te quiero... a pesar de ti mismo", es decir, el buen amor acepta la sombras del otro, acoge y lima las asperezas de los egos que se encuentran.
Siga, siga...
- "Quiero pareja": ¡mal amor! Abandona la demanda... ¡actúa!: "Mejor me preparo para ser pareja". Encuentra tu modo de ser buen compañero..., y lo demás ya vendrá solo.
¿Algo muy intenso y emocional?
- ¡No! Esas turbulencias empobrecen y desvitalizan, responden a heridas infantiles y viejos anhelos no colmados. ¡Lo enriquecedor es que la relación fluya con facilidad!
Toda pareja es una relación de poder.
- ¡No! Es cooperar, es que uno y uno sean más que dos. Mal amor: "Te lo doy todo".
¿Por qué?
- Dar mucho puede originar en el otro un sentimiento de deuda, y empequeñecerlo. Ya no hay igualdad. ¡Da lo que el otro pueda devolver sin que tenga que perder la dignidad!
¿Y si una parte pide: "Dame más"?
- Puede que esté anclada en un guión de insatisfacción que se nutre de demanda: le des lo que le des, ¡será siempre insuficiente!
Otro ejemplo de mal amor.
- Poner a tus padres o a tus hijos por delante de tu pareja. El buen amor es: "¡Primero nosotros!, antes que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común".
Otro ejemplo de buen amor.
- Reír y llorar juntos ante cualquier adversidad: muertes, abortos, ruinas...
Qué difícil que la pareja dure, ¿no?
- Pues que dure lo que dure: entrar en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de su eventual final.
¿Cuánto dura de promedio una pareja?
- Podemos esperar entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida..., ¡con el consiguiente estrés emocional! Cada final nos enseña el dolor y el desapego..., para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.
Regale un último consejo para fomentar el buen amor en una pareja.
- No deis por hecho que conocéis a vuestra pareja. Miradla cada día de nuevo como si fuera nueva, y veréis lo que no veíais. Nos relacionamos con la imagen que nos hemos hecho del otro, pero... ¿es el otro así hoy?
Conclusión amorosa.
- Lo dicho: solemos reclamar al otro: "Hazme feliz", pero el buen amor consiste en sentir el deseo espontáneo de que el otro sea feliz.



 Aprendiendo juntos
Cima de la Rocallarga, marzo 2013

jueves, 14 de marzo de 2013

Propuesta con Impatiens

Una propuesta y una flor de Bach 

Foto: Pilar Vidal Clavería
Counseling integrativo-relacional duelo y pérdidas
Terapeuta floral

Te propongo una cosa: el problema que tengas, escríbelo. Cuando lo hayas escrito, prueba de analizarlo como si no fuera tuyo, como si fuera de un gran amigo o de una gran amiga. Sabrás que tienes que hacer! Porque si únicamente es tuyo, se convierte en algo que te desborda; en cambio, si es de otro, lo sabrás solucionar. Es fácil y a la vez es difícil. Se necesita distancia y paciencia. Y saber hacer, del problema, un juego, un juego que no perjudicará a nadie. No te rindas nunca, continúa alerta. Haz tu mismo tu camino, que sea seguro, amplio, sin hierbas que te molesten. Este es el juego:es necesario limpiar el camino...

Mentalizaros y visualizar mentalmente lo siguiente: vuestro problema lo colocáis en un cubo que previamente habéis llenado de agua. Al papel que habíais escrito le vais dando vueltas y más vueltas. Pensar en ello, ir meditando, las vueltas son redondas, eso es muy importante. Cuando haya pasado un rato os daréis cuenta de que el problema no hace daño, que no hace ni la mitad de daño...Porque dentro del agua, el dolor se transmuta y el mal se ahoga. Se ha de reconocer al agua, el agua es necesaria

Magda Gomar
El sentit de l'existència

martes, 12 de marzo de 2013

Excursión a la Rocallarga

De la ruta desde Rupit a la cima de la Rocallarga, 1187 m,  la excursión que hice el pasado domingo,  comparto estas imágenes, los pies de fotos son anotaciones de la carta sobre "Entretenimiento de la vejez y piedad filial, para mantener el corazón sosegado y una existencia placentera",  que se encuentra en el anexo del libro de Pablo Noriega, Medicina China y Flores de Bach.

Contemplar plantas, ríos y colinas

  Enseñar a los hijos

Debatir con amigos

Sentarse quieto

Leer en silencio

Fotografías: Pilar Vidal Clavería
marzo 2013
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