El Parc Samà es un espacio al aire libre que se encuentra entre las localidades tarraconenses de Cambrils y Montbrió del Camp.
En 1881 Salvador Samà Torrents, Marqués de Marianao, encargó la construcción de una residencia estival, un conjunto arquitectónico que incluía un palacete, un lago y unos jardines, al maestro de obras Josep Fontseré Mestres y con el que colaboró Antoni Gaudi.
La fusión de los deseos del promotor y del maestro de obras, lograron que este parque sea en la actualidad un lugar para disfrutar de diversas áreas donde plantas y animales conviven en un entorno en el que la naturaleza es su referente.
Lo que más llamó mi atención fueron sin duda los jardines. Su construcción siguió el momento cultural del Romanticismo, donde los sentimientos primaban sobre la razón y que en aquellos momentos desbancaba a los jardines de tipo francés, más rígidos y estructurados.
El término ecléctico es el que sin duda más se ajusta a la hora de definirlos, ya que son una combinación de estilos, donde paisaje y materiales se integran logrando un aspecto exótico y exhubereante.
El jardín ofrece un paseo donde las especies de flora y fauna conviven, ya sea en espacios cerrados o abiertos por las avenidas del parque.
A su regreso de las Américas, Salvador Samà, quisó construir un lugar y a su vez dejar un legado fruto de sus aventuras y obtención de riquezas.
En el parque se encuentran en la actualidad diversas especies de animales, destacando las de las aves y los gamos, pero en sus inicios los diferentes pabellones y jaulas albergaban a monos, lobos, cocodrilos, llamas del Perú, avestruces e incluso una pantera o un oso, entre otros.
Hubo un tiempo en que el parque no era sólo un lugar de ocio y distracción, ya que en 1938 acogió a los soldados de la Quinta del Biberon y que fueron enviados a la línea del frente del Ebro o del Segre.