Al regresar de un viaje, me gusta seleccionar imágenes que han dejado en mi una huella especial, porque han tenido una connotación peculiar, ya sea por su belleza natural o arquitectónica, o porque guardan para mi un significado particular.
Para este nuevo viaje elegimos un país del sudeste asiático, Indonesia, constituido por un archipiélago que cuenta con unas 17.000 islas, de las que visitamos tres de ellas: Bali, Borneo y Java.
Durante los quince días que duró nuestro recorrido, estuvimos primero en Borneo, donde navegamos durante tres días por el río Sekonyer y visitamos dos campos de orangutanes, rescatados de diversos ámbitos y ahora reintroducidos en la selva.
Después en la isla de Bali, viajamos en un coche de alquiler, en compañía de Pande, que fue nuestro chofer y guía. Visitamos algunos de sus templos, cascadas y campos de arroz y tomamos el mejor helado de coco del mundo.
Finalmente de regreso a la isla de Java, llegamos en avión hasta Surabaya, para ir a hacer la excursión al volcán Bromo y a la cascada de Madakaripura.
Yogyakarta fue nuestra última ubicación en Java, tres noches en la ciudad nos dieron la oportunidad de pasear por sus calles y llegar hasta los templos hinduistas de Prambanan y a Borobudur, donde se encuentra la estupa que constituye el monumento budista más grande del mundo.
La navegación por el río Sekonyer, en Kalimantang, la parte indonesia de la isla de Borneo, resultó plácida y agradable. La embarcación típica es el klotok, un barco de madera de dos pisos. El recorrido discurrió entre palmeras de palma y manglares y con la selva muy próxima. Sus sonidos, sobre todo durante la noche, no dejaron de sorprendernos, aunque hay que reconocer que en la primera noche, lo que en un principio parecían aullidos de algún felino salvaje, en realidad eran, sí de felino, pero los de la colonia de gatos que estaba cercana, al punto de amarre del barco.
Visitamos dos campos con orangutanes, el de Pondok Tanggui, en la mañana y el de Tanjung Harapan a primera hora de la tarde, ambos en el Parque Nacional Tanjung Puting, me quedé prendida con la imagen de este bebé de orangután.
En el Parque Nacional Tanjung Puting, se encuentra este refugio de orangutanes, donde viven en libertad, y son alimentados cada día a la misma hora.
Los orangutanes provienen de zonas deforestadas, de zoológicos o de particulares a los que les han sido requisados.
A la hora programada los cuidadores dejan mazorcas de maiz y boniatos sobre una plataforma, los orangutanes acuden y devoran los alimentos. Los observadores nos dedicamos a contemplar y a fotografiar a estos mamiferos espectaculares.
El nombre de orangutan proviene de orang hutan, que significa hombre de la selva.
En Bali visitamos hasta diez templos. Me quedo con esta imagen en el templo Goa Lawah de la ceremonia en memoria de los difuntos y en una próxima entrada os ofreceré un recorrido por los diferentes templos, con las capturas fotográficas que más me gustaron.
Los campos de arroz, siempre están presentes en las tierras fértiles de Indonesia. Estas terrazas corresponden a los de Ceking Rice. Y en los campos de arroz, en los templos y en las otras zonas de Bali que nosotros visítamos, turistas y más turistas, confirmando un fenómeno, ahora universal de que el turismo llega a todos los rincones del planeta.
Las flores eran uno de los alicientes para mi del viaje a la isla de Bali y esta combinación de dos flores de lotus en uno de los estanques del Templo Tirta Gangga, es de mis preferidas.
Y flores, como no, en las miles de ofrendas, como esta en el Besakih Great.
Las puestas de sol, siempre sugerentes para mi, como esta en el Tanah Lot, uno de los destinos clásicos para contemplarlas.
De Bali volamos hasta Surabaya, en la isla de Java, para ir después en coche hasta Cemoro Lawang. En la madrugada del día siguiente pudimos contemplar los primeros rayos de la salida del sol y vislumbrar los relieves del volcán Bromo en primer plano y las del volcán Semeru al fondo.
Después continuamos con el 4x4 hasta el mar de lava y empezar la caminata hasta el cráter del Bromo, ¡Huau, como me impresionó la vista del viaje al fondo de la tierra!
De Surabaya tomamos un tren hasta Yogyakarta y estuvimos en el recinto hinduista de Prambanan.
En el recinto de Prambanan, hay varios templos, el de Prambanan propiamente dicho y los de Lumbung, Brubrah y Sewu.
La última de nuestras visitas, fue a la estupa budista de Borobudur. El monumento budista más grande del mundo. Construido entre el 750 y el 850, fue redescubierto en el 1814.
Imagen de Buda en la estupa budista de Borobudur, como colofón del recorrido por tierras indonesias, me quedo con la serenidad que me transmite esta figura, serenidad tan necesaria para afrontar la actualidad, con unas guerras que no hacen más que aumentar y crear un clima hostil de difícil convivencia.
Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Indonesia
Septiembre 2024
Las
informaciones sobre las Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog
son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona
necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por
un terapeuta floral acreditado.