domingo, 7 de septiembre de 2008

CASI FLORES DE BACH

En Etiopía no se encuentran Flores de Bach, pero a mi vista aparecen de similares que como no me las recuerdan.

Olivos, los etíopes no consumen olivas, pero si utilizan su madera. Cerca de la iglesia de Bete Giorgio, casa de San Jorge, de base cruciforme, y excavada en la roca a 15 metros de profundidad, hay un olivo contemplándola, luce majestuosa y por suerte para los que la visitamos es la única iglesia que no ha sido cubierta, como en los otros dos grupos de iglesias excavadas de la ciudad de Lalibela, por unas horribles estructuras metálicas que hacen que se pierda el encanto de unas construcciones de hace 800 años.





Rosas silvestres, ahora no estaba en flor, pero en las montañas Simien, la endémica Rosa abyssinica, alcanza hasta los dos metros de altura. Simien, significa norte en lengua amariña, la lengua oficial de Etiopia, son un parque nacional donde la sensación de paz es extrema, te puedes sentir como si volaras contemplando sus cimas a lo lejos. Y puedes caminar cerca de los babuinos gelada, Theropithecus gelada, que sentados continuarán comiendo hierba, mientras los observo y fotografío. En el pecho tienen una zona de color rojo, signo de fertilidad. Son muy hábiles con las manos, gracias a la posición de sus pulgares respecto al resto de la mano.

También en las Simien, hay brezo, que aquí es gigante, son árboles de tronco retorcido y de cuyas ramas cuelgan los líquenes, gracias precisamente a la ausencia de contaminación.



Un grupo de niños pastores descansaban en el suelo y al vernos llegar hicieron un corro y cantaron y bailaron, animándonos a nosotros tambien a picar con las manos.



Para llegar a la iglesia de Yemrehanna Kristos, a 20 kilómetros de Lalibela, que se encuentra edificada en el interior de una cueva, hay que subir muchos escalones, en el camino que bordea el cauce de un río, hay unas flores rosas muy similares al Impatiens de Bach, también rosadas y con las hojas con el borde dentado. Esta iglesia es anterior a las de Lalibela y sus cimientos descansan en unos paneles de madera de olivo.



Habiendo visto tanta agua por todos lados, pienso en Rock Water, y me pregunto si habrá lugares con manantiales con poderes de sanación, similares a los que Bach definía para preparar la esencia.

Fotos: Pilar Vidal Clavería

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