La Biblioteca y el Faro de Alejandría tienen mucho de mítico y la recreación que se hace en la película de Alejandro Amenabar a nivel visual resulta muy impactante, aunque para mi es una imagen que queda desvirtuada en parte, cuando los protagonistas hablan en el inglés del siglo XXI.
Como si viajáramos en un túnel del tiempo, durante más de dos horas, nos trasladamos a una ciudad donde los elementos egipcios, grecorreomanos y cristianos acompañan a la historia de una mujer, Hipatia, la gran protagonista, matemática, astronóma y filósofa, que se presenta como símbolo de tolerancia y que nos presenta a la ciencia como búsqueda constante del ser humano.
Explica Amenabar que Ágora representa a un planeta, donde tenemos que convivir todos, y nos muestra a los seres humanos como hormigas y a la Tierra como a una pelota que va flotando entre las estrellas en el contexto del Universo, reconstrucción que consigue plenamente a medida que va transcurriendo la historia.
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