jueves, 25 de febrero de 2010

Precisiones

Las Flores de Bach pueden encuadrarse dentro de los tratamientos alternativos o dentro de los complementarios, ambos términos pueden considerarse correctos ya que en la actualidad no forman parte de la medicina convencional y tanto pueden utilizarse conjuntamente con ésta o bien de forma individual.

En algunas ocasiones a este tipo de tratamientos se llega con unas expectativas que sobrepasan los resultados y aquí entra en juego la responsabilidad y el compromiso, tanto de los profesionales que los imparten como de las personas que los reciben y que se deciden por su utilización.

Este escrito de Màrius Serra, en La Vanguardia de hoy, contiene reflexiones y precisiones que dan pie a valorar lo que supone en algunos casos la utilización de las terapias alternativas, en este caso con niños con parálisis cerebral.


E L RUNRÚN- La Vanguardia
Reparos ante Osborne
Màrius Serra - 25/02/2010

Cuando la terapia no funciona, sus promotores lo atribuyen a la falta de formación o de dedicación de los padres

Esta semana he recibido tres correos de padres que me hacen la misma pregunta: ¿qué debo hacer con mi hijo quieto? El tercero me envía el link de Telecinco que los provoca y así veo a Bertín Osborne en La noria hablando sobre su hijo pequeño, que padece parálisis cerebral: "Desde que le hemos quitado la medicación a mi hijo Kike, es otro niño". Me intereso por su caso. De entrada, reconozco la serenidad con la que habla. Sé de dónde procede y, por primera vez, me siento en sintonía con este hombretón al que hasta ahora nada me unía. Él es guapo, bien plantado, de alta cuna y afirma votar a Rosa Díez. Yo no, y cuatro veces no. Pero comparto su aventura vital porque, entre el 14 de marzo del año 2000 y el 24 de julio del 2009 también fui padre (y ejercí como tal) de un niño quieto, con parálisis cerebral, de la misma etnia que el suyo. De ahí la pregunta de los lectores. Bertín Osborne ha montado una fundación homónima para ayudar a otros afectados. Bien por Bertín. Su lucha es la de muchos y su popularidad puede revertir en otros padres anónimos. Bien por Bertín. Otros famosos en su lugar se dedicarían a explotar la situación desde el victimismo. Bien por Bertín. O, tal como comprobé en una dudosa subasta benéfica en la que participé en noviembre ante la familia Cruyff y otros notables del fútbol, a recaudar fondos para poder pagar un tratamiento específico para el hijo del promotor. Bien, de nuevo, por Bertín, que socializa su problema. Me informo más sobre el caso y descubro por qué ya no medican a Kike. Siguen el método Doman Delacato, una terapia alternativa creada por el fisioterapeuta Glenn Doman y el psicólogo Carl Delacato en Filadelfia, en los llamados

Institutos del Logro del Potencial Humano (IHAP). Me informo más y descubro que, hace poco, el cantante asistió junto a un notable político a una conferencia sobre la terapia Doman en una localidad valenciana. Comprendo y comparto el interés de Osborne, y de cualquier otro padre, por hallar vías de mejora para el estado de sus hijos quietos. En su día nosotros también exploramos todas las posibilidades para que Llullu viviera lo mejor posible. Menos ir a Lourdes, casi todo. Pero (y la adversativa no pretende ser adversa ni adversaria ni preconizar adversidades ante la esperanza) conviene precisar cuatro cosas.

Primera: la terapia Doman se basa en teorías refutadas por la comunidad científica internacional. Segunda: en la terapia Doman las exigencias de estimulación son tan numerosas y reiteradas que los padres deben convertirse en los "coterapeutas profesionales" que aplican el método a sus hijos. Tercera: a pesar de aplicarla ellos mismos, los padres pagan mucho dinero por la terapia a los IHAP (que se presentan como institución educativa sin fines lucrativos). Cuarta: no se publican jamás estudios científicos de sus resultados y cuando la ineficiencia del método se hace evidente, desde IHAP se atribuye a la falta de formación o de dedicación de los padres. No tengo suficiente formación médica para comentar el primer punto, pero sí suficiente experiencia e información para corroborar los otros tres. Conozco a diversas madres que siguieron el método Doman, dejaron sus trabajos, hicieron los ejercicios hasta la extenuación y, al no avanzar, fueron culpabilizadas desde Filadelfia y se derrumbaron. Los padres de un niño con parálisis cerebral son seres muy vulnerables que harán lo que sea por su hijo, pero son sólo padres. Es inaceptable que alguien les obligue a ejercer de terapeutas, cobre por ello y luego les culpe por su fracaso.

3 comentarios:

Susana Veilati dijo...

Vaya crítica. Hay algo en el modo de decirlo que me suena verdadero. Respecto a las expectativas que tenemos al acercarnos a un método de curación... no es distinto a las que tenemos cuando el ginecólogo nos dice que con estos óvulos solucionaremos la candidiasis... digo, por poner un ejemplo. besos Pili.

Pilar Vidal Clavería dijo...

Hola Susana,

Tengo la impresión que un principio cuando acudimos a hacer un tratamiento es con la expectativa de solucionar un determinado problema, pero que ésta es mayor cuando se trata de un tratamiento alternativo después de que el convencional no haya funcionado como teníamos previsto, reconozco que es una visión subjetiva y personal.

Un abrazo

Mirta Pagola dijo...

Siendo tambien "subjetiva y personal", acuerdo que las expectativas son mayores, sobre todo cuando pensamos a los tratamientos alternativos como última instancia y más aún cuando "se acabaron las posibilidades médicas convencionales"
Gracias Pilar por compartirlo.
Un fuerte abrazo floral con mucha luz, Mirta

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