miércoles, 4 de agosto de 2010

Alegría

Gobernar nuestro mundo significa
vivir de forma digna y disciplinada, sin frivolidad, pero gozando de la vida;
realmente existe una forma de combinar la supervivencia con la alegría.

Chogyam Trungpa

Angkor, Camboya agost 2005
Foto: Pilar Vidal Clavería

Un esfuerzo serio por corregir la falta, nos conducirá no sólo a una vida de alegría y paz, sino también a la salud.

Edward Bach
Curáte a tis mismo

4 comentarios:

Elvira dijo...

¿Hace lo moralmente correcto = sano? Entonces yo sería malísima, y todas las personas sanas serían buenas. Demasiado simple me parece a mí ese razonamiente que he oído tantas veces.

Un beso

Pilar Vidal Clavería dijo...

Hola Elvira

Nunca me han gustado las generalizaciones, ni las afirmaciones taxativas, para mi el hacer moralmente lo correcto es básico, el cómo repercutirá en mi salud depedenderá de lo que yo entienda por salud y enfermedad, de cómo yo entienda un estado u otro.

Si entiendo la enfermedad como maestro me ayuda muchas veces a aceptar situaciones que de otro modo serían más dificultosas de llevar, me ayudan el sentido que le de a la enfermedad, el de la aceptación y no el de la resignación.

Un abrazo

Elvira dijo...

Hola de nuevo:

Lo que a mí me parecía moralmente correcto a los 20 años no es lo mismo que ahora, en muchas situaciones (aunque siempre he intentado escoger las opciones más honestas y justas para todos). Y la moral mal entendida, como lo de poner la otra mejilla ante alguien que abusa, te puede poner malo. (Centaury)

Casi nunca hay una postura que tiene todas las ventajas morales, 100% moralmente perfecta. Las cosas están muy mezcladas, igual que el yin y el yang, la luz y la oscuridad. A veces elegir es muy difícil por eso. Muchas veces se ha de escoger entre una opción que salvaguarda nuestro bienestar y otra que nos parece más justa pero que nos pone más en peligro. Si escoges lo segundo por honestidad personal, el esfuerzo de afrontar según qué cosas puede perjudicar la salud. Las personas "panxa contenta" suelen estar sanas, pero no les pidas demasiados esfuerzos por causas justas.

Veo que hay personas bastante sanas emocionalmente con el cuerpo enfermo, y personas muy sanas físicamente con emociones malsanas (o que son demasiado egoístonas).

Reconozco que a mí la enfermedad me ha enseñado muchas cosas positivas. Yo tendía al sobreesfuerzo sin tener en cuenta mis propias necesidades. Pero una vez aprendida la lección y cambiado el chip, he avanzado en muchos aspectos, pero el cuerpo ha seguido igual.

La enfermedad también me ha traido muchos momentos de tristeza y asislamiento. El no poderte adaptar a muchos planes "normales" hace que pases demasiadas horas solo, si los hijos ya han volado del nido y no tienes pareja. Y la soledad, como tantas otras cosas, es muy buena en cierta medida, pero demasiada, no es sana.

¿Por qué ciertas personas que obran muy mal no reciben la visita de ese "maestro" que es la enfermedad? Misterio.

Un abrazo

Pilar Vidal Clavería dijo...

Hola Elvira

Te agradezco el compartir estas reflexiones que muchas veces nos hacemos todos, y que llegan sobre todo en momentos que nos resultan duros y difíciles en esta vida, donde los misterios y las preguntas nos siguen acompañando.

Gracias por estar

Un abrazo

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