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viernes, 1 de diciembre de 2023

San Cristóbal de las Casas, el más mágico de los Pueblos Mágicos

San Cristóbal de las Casas, es un Pueblo Mágico. Este calificativo utilizado como reclamo turístico, puedo aseguraros que cumple con su función.
 
Pasear por sus calles adoquinadas, absorber los colores de las paredes de sus casas coloniales, alzar la vista ante las fachadas de sus múltiples iglesias, paladear su gastronomía, uno de los mejores pasteles que he probado nunca ha sido precisamente en esta ciudad, logran una combinación que ha hecho que a las celebraciones del Día de Muertos, se sume que el 3 de noviembre, el día que dedicamos a pasear por la ciudad, fuera el colofón de los días pasados en la Región de los Altos del Estado de Chiapas.
 
El nombre de esta población se ha ido alternando, desde Villa Real de Chiapas en 1528, cuando fue la capital de la provincia de Chiapas en tiempos coloniales, hasta que en 1943 se restituyó el nombre del 1848, San Cristóbal de las Casas, en la actualidad también se la conoce como SanCris.

SanCris tuvo además otro momento mágico para mi, fue cuando Jordi me señaló una luna inmensa sobre el cielo azul.  Con el teleobjetivo me acerque al máximo. Aquello me permitió encontrarme con este cuarto menguante en un plano horizontal en lugar de los verticales que había visto siempre. Otro regalazo del viaje.
 
Como os comento el recorrido que hicimos por San Cristóbal de las Casas, fue una inmersión en colores y sabores. Otra de las guindas fue la visita al Museo NaBolom, que comento más extensamente al final de esta entrada.

Luna menguando cuando pasaban seis días de la luna llena de Campeche del 28 de octubre.
 
Nuestro apartamento estaba en el Barrio de Mexicanos, a poca distancia del Quiosco e Iglesia de Mexicanos adornados con papel picado azul y blanco. Allí empezamos el recorrido por la ciudad.

Llegamos al centro de la ciudad presidida por la Catedral de San Cristóbal de las Casas. Está situada en la Plaza del 31 de marzo, también conocida como Zócalo. Se empezó a construir en 1528 y es de estilo colonial.
 

Después caminamos por el Andador Miguel Hidalgo. Al fondo está el Arco del Carmen.

Algunas construcciones también cuentan con serigrafías. Encontré "muy lindas" las de este edificio.
 
El color siempre es capaz de dar un aspecto agradable, incluso a un muro de tochos como este
 
Subida al cerro de San Cristóbal por las escaleras que también dan acceso al templo de San Cristobalito, edificado en el S XVIII.
La vista panorámica desde allí es estupenda.
 
El rojo anaranjando es otro de los tonos que dan vida a las construcciones.
 
El amarillo junto a esta puerta número 25.

Seguimos recorriendo SanCris y nos acercamos al barrio de Guadalupe. El cielo azul contrasta y realza los colores de las casas.

Vista desde el interior de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. En este caso el papel picado de la decoración era de los colores de la bandera de México, rojo, blanco y verde.

Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe
 
En una de las edificaciones encontré en la fachada un símbolo de la sexifolia, la forma de la flor que me dio a conocer María Mercè Riera Blanch y de la que os hablé en una entrada anterior. Puedes recuperarla clicando en el enlace.

Nuestra visita posterior fue al Museo Na Bolom, que significa Casa del Jaguar, una institución cultural de estudios antropológicos que se encuentra en una gran casa construida el S XIX. 
El espacio es un lugar de preservación y difusión de las tradiciones de los pueblos indígenas de Chiapas y en especial de la etnia lacandona, de cuya historia y costumbres los fundadores de la casa, el matrimonio formado por el arqueológo Franz Blom de origen danés y la fotógrafa y arqueológa Gertrude Duby-Blom (Trudy) de origen suizo, eran grandes conocedores. Fueron dos aventureros que aunaron esfuerzos para preservar y dar a conocer a los habitantes de la Selva Lacandona.
El museo reúne una gran cantidad de objetos artesanales confeccionados por diferentes tribus mayas, pero el eje principal gira entorno a los lacandones. Se hicieron grandes amigos del matrimonio Blom, compartieron con ellos sus conocimientos ancestrales y les dieron objetos que ahora se encuentran en el museo.
 

El museo fue creado en 1950. La casa es de estilo neoclásico y su fecha de construcción es de 1891. Está rodeada de jardines y de viveros.
Hay lugares que visito en los que cuando accedo me siento especialmente cómoda, tranquila y en paz. Tienen algo especial que hacen que los disfrute de una manera diferente a otros lugares.  Recuerdo perfectamente como me impactaron las Casas de Neruda en Chile, La Sebastiana, La Chascona e Isla Negra.

En este mural que se encuentra en uno de los patios de la casa y que ahora también es un lugar donde comer muy bien, vemos la imagen de Gertrude Duby Blom y de Chan K'in Viejo.
El museo también cuenta con una gran biblioteca con una cantidada enorme de material bibliográfico.
 

Que coincidiera nuestra estancia con las celebraciones del Día de Muertos, hizo que pudiéramos ver las características de un altar decorado en el interior de una vivienda, las fotografías, las flores, el papel picado, las ofrendas, todo estaba dispuesto para recordar y rendir homenaje a los fallecidos:
Frans Blom había nacido en Copenhagen en 1893 y falleció en San Cristóbal de las Casas en 1963 y
Gertrude "Trudy" Buby Blom que había nacido en Suiza en 1901 y murió en San Cristóbal de las Casas en 1993.
 
Una preciosa flor en el Jardín Botánico de Na Bolom
 
Habitación de Gertrude "Trudy" Buby Blom, fotografías, joyas, utensilios personales, permitían acercarse un poco más a su día a día en este fantástico lugar.

 
Gertrude Duby Blom y Chan K'in Viejo, daban paseos por los alrededores de la casa. Su amistad perduró siempre.
Artículo sobre Gertrude Duby Blom en la Revista BiCentanario. El ayer y hoy de México, núm.14
Puedes leerlo clicando en el enlace


Mi sonrisa radiante daba fe de lo mucho que me había gustado el lugar y de lo bien que me sentí en su interior.
 

Las flores también me acompañaron en uno de los muchos murales que hay por la ciudad.

La vitalidad total de este rojo intenso,  pone fin a esta visita por una ciudad a la que estaría encantada de volver. Quizás algún día.....
 

Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería 

San Cristóbal de las Casas (Chiapas)

México
 noviembre 2023
 
Las informaciones sobre las Flores de Bach que aparecen en los artículos de este blog son únicamente de carácter orientativo e informativo. Cada persona necesita un tratamiento individualizado, que debe ser prescrito por un terapeuta floral acreditado.
 

lunes, 27 de noviembre de 2023

Zinacantán, Días de Muertos

Después de visitar San Juan Chamula, el día 1 de noviembre, Día de Muertos, fuimos a Zinacantán.
 
Llegamos al pueblo, paramos junto a la Caseta de Turismo Municipal y pagamos la cuota por permitirnos acceder como visitantes. Seguimos y aparcamos delante de la Iglesia de San Lorenzo.

La diferencia con la iglesia de San Juan Bautista era extrema, no porque no fuera interesante, sino porque estaba vacía!!! En su interior apenas había dos o tres personas. 

Dimos una vuelta. El pueblo también estaba desierto. Regresamos a la Caseta de Turismo Municipal y preguntamos por los habitantes y sus celebraciones del Día de Muertos, la respuesta fue: están en el Panteón.
 
Panteón es el nombre con que se conocen los cementerios en Mèxico. El de Zinacantán, está construido en la cima de un cerro, ya que a los antepasados se les considera los guardianes del pueblo. 

Camino de Zinacantán y también en los alrededores del Panteón, vi muchos invernaderos en pequeñas extensiones de terreno. Sin que yo lo supiera, la floricultura es la actividad económica principal de la población. Había ido a parar al que se considera el municipio más importante de flores de toda la zona de Chiapas ¿Por qué sería?.

Buscando información para preparar esta entrada, he llegado a leer que en Zinacantán aman tanto a las flores que las siembran y las bordan.

Zinacantán es una población de etnia tzotzil,  que celebra el Día de Muertos desde el 31 de octubre al dos de noviembre. Zinacantán es una palabra náhuatl que significa "lugar de murciélagos", por suerte ahora se llamaría lugar de flores.

Las celebraciones empiezan la noche del 31 de octubre en los domicilios particulares, cuando realizan los preparativos de las ofrendas que llevarán al Panteón al día siguiente.


Arco de acceso a la iglesia de San Lorenzo, de estilo colonial, remodelada en el S XX.
 

Iglesia de San Lorenzo, en la fachada indica el año 1962. Esta iglesia años atrás se llamaba iglesia de Santo Domingo.
 
En el interior de la iglesia los ramos de flores era un aperitivo de las que encontraría en el Panteón.

Estuvimos en dos ocasiones en Zinacantán. La primera el 1 de noviembre, el Panteón era una extensión de colores. Los familares estaban sentados alredor de las tumbas, cubiertas de flores como no había visto en ningún otro lugar, no se veía ni una sola tumba sin flores, ya que existe el temor de que las familias que abandonen a sus muertos serán castigadas con enfermedades.


Las paradas donde comprar "chuches" compartían el espacio con las tumbas de los familiares.

El 2 de noviembre llegamos al Panteón de Zinacantán, cuando pasaban pocos minutos de las ocho de la mañana, la ceremonia de los Mayordomos, cargos creados para el cuidado de la iglesia a mediados del 
S XVI, ya se había iniciado. El colorido en el cementerio era excepcional, todavía más acusado que el del día anterior.
 
Las flores bordadas se pueden ver en la ropa que utilizan tanto mujeres como hombres. Zinacantán se encuentra  a casí 2600 metros de altitud y hace frío, las mujeres se cubren con un moxib, una especie de chal, una pieza bordada con motivos florales. El pok'u'ul, también floreado, es la pieza equivalente para los hombres, se denomina sarape y es similar a un poncho.

 Cuando llegamos al Panteón el día 2 de noviembre, el cielo estaba cubierto, de pronto apareció el arco iris. El cielo también mostraba la belleza de los colores.
Las ofrendas se colocan en las cabeceras de las tumbas,  junto a una cavidad que se construye como símbolo de la entrada al inframundo. También hay velas de cera que representan a la divinidad y de cebo para iluminar el camino de los muertos.

 
Los Mayordomos bendicen las tumbas. Los acompañan músicos tradicionales. Rezan responsos en latín para pedir permiso al guardián del lugar. El día 1 de noviembre, piden permiso para que las almas puedan salir, y les invitan a que disfruten junto a sus familias. El día 2 de noviembre repiten el ritual, en esta ocasión para que regresen a sus tumbas.

Los mayordomos hacen las oraciones junto con sus ayudantes que recogen frutos y frutas que se depositan en sacos, se reúnen los alimentos y se llevan al atrio de la iglesia para repartirlos entre la gente.


El atuendo de este Mayordomo era bien curioso, multitud de cintas de colores colgaban de su sombrero.

Una familiar enciende el fuego en la cavidad practicada junto a la tumba, donde tampoco faltaba la botella de Coca-Cola
 

Durante todo el recorrido por el Panteón tuve siempre una agradable sensación de paz y recogimiento. Me permitía tomar las fotografías desde una posición de respeto y me sentía muy agradecida de poder estar en aquellos momentos en un lugar del que hacía tan poco tiempo ni siquiera sabía de su existencia.

La colocación de las piezas de fruta la realizan con sumo cuidado y cariño. 
 
En el Museo Nacional de Antropología (MNA), se realizó una exposición con el título: Sk´Ak´Alil Anima´Etik. Días de Muertos en Zinacantán, Chiapas. Clica en el enlace si quieres verlo.
 

Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería 

Zinacantán (Chiapas)

México
1 y 2 de noviembre 2023

 
 

viernes, 24 de noviembre de 2023

San Juan Chamula en el Día de Muertos

No hace mucho tiempo que el nombre de San Juan Chamula, era desconocido para mi. Mi gran interés surgió con las explicaciones de unos amigos, que estuvieron en México hace pocos años. 
Visitaron esta población del Estado de Chiapas, el 1 de noviembre, el Día de Muertos. Les impactó tanto la visita a la pequeña iglesia de San Juan Bautista y el posterior recorrido por el cementerio, que tal como describían cómo era el interior de la iglesia, las profundas creencias de los habitantes de la población, sus rituales, sus ceremonías, el entorno, se me figuraba como algo algo único e impresionante. Y me recalcaron que no pudieron hacer ni una foto, ni filmar en su interior, porqué está prohibidísimo. No podían mostrarme ningún recuerdo gráfico, todo y que eso sí, ambos insistían en que era una experiencia única y que merecía sin duda el llegar hasta allí.
 
San Juan Chamula se presentaba para mi como curioso, mágico y auténtico. Un tesoro, vaya! Empecé a soñar con la posibilidad de ir a visitarlo. Se presentó la oportunidad de hacer el viaje a tierras mexicanas este otoño para nosotros, y... como no? Ir a San Juan Chamula era la prioridad para mi.

La palabra sincretismo toma todo su sentido en San Juan Chamula. Un sincretismo que destaca en la parte religiosa, la cultural, la social y la económica. En la parte religiosa, las antiguas deidades mayas se mezclan con los santos del catolicismo, los rituales y ofrendas de gallinas se hacen en el interior de la iglesia. Las figuras de los santos tienen espejos y la confesión se lleva a cabo de manera personal frente a uno de los distintos santos, el espejo es para que el creyente se refleje. El único rito católico que se practica es el del bautismo, la pica bautismal está a la derecha de la entrada.
 
Se denominan chamulas a los habitantes de los tres barrios anexos a la iglesia de San Juan Bautista, y también a diversas etnias mayas que viven en la sierra de Chiapas, pertenecen al pueblo tzotzil.

Las tradiciones de los chamulas se conservan, se integran con la evangelización católica y con la globalización, no faltaban los teléfonos móbiles en buena parte de los asistentes en el interior de la iglesia.


Desde de San Cristobal de las Casas, donde teníamos nuestro apartamento, tomamos ruta a San Juan Chamula. En sólo media hora habíamos llegado a nuestro destino. A primera hora de la mañana, del 1 de noviembre, estabamos en la Plaza de la Paz de San Juan Chamula, mi sueño cumplido.
El exterior de la iglesia de San Juan Bautista es de estilo colonial, está pintado de blanco  con algunos toques verdes y tiene una triple espadaña.
Desde la siete de la mañana se había iniciado el toque de las campanas de la iglesia, cuyo sonido guía a las almas de camino a casa. El repicar no cesa hasta las siete de la tarde. La gente de la población hacen cola para participar en esta encomienda. Las tres campanas, con sus treinta metros de cuerda,  tocan al unísono. El día 2 de noviembre siguen sonando, en este caso para despedir a las ánimas y guiarlas de camino a sus tumbas.

 
La vestimenta,  tanto de mujeres como de hombres es bien particular. Las mujeres suelen llevar faldas negras elaboradas con lana de oveja, los hombres chamarras del mismo material. Es caracterísitico que los policias "mayoles", encargados de poner paz, lleven las chamarras blancas. Su calzado y el pañuelo que cubre la cabeza también son particulares.
 
Pudimos acceder al interior del edificio después de presentar el tiquet de entrada y de que nos volvieran a inisitir en que no hicieramos ni una fotografía. 
El interior es imponente, nunca había visto nada similar. Una única nave, sin bancos, con buena parte del suelo sembrado con velas encendidas y ramas de pino local. En los laterales están las imagenes de los santos. Las familias estaban sentadas en el suelo o caminaban por la iglesia, hacían ofrendas, rezaban. Era un despertar para los sentidos: el olor, el aire enrarecido por el humo, los colores...  Dada la estructura de madera del edificio, este se encuentra vigiliado por voluntarios las 24 horas todos los días del año para prevenir un incendio fortuito.


Después de salir de la iglesia, caminamos entre las paradas del mercado que se encuentra también en la Plaza de la Paz.
 
Esta vendedora de calabazas se prestó amablemente a tomarse una fotografía conmigo.

 

Después de pasear por el mercado, nos preguntamos ¿Donde estaba el cementerio?, la respuesta era muy fácil, no había más que seguir a las personas que con ramos de cempasúchil caminaban calle arriba.

 
Si en el interior de la iglesia me había sobrecogido con las oraciones, las olores y los colores, la llegada al cementerio me causó una impresión también inolvidable. Las tumbas no tienen lápidas y los fallecidos se entierran a poco profundidad. En estos días de celebración del Dia de Muertos, las tumbas con montículos de tierra se cubren de ramas y hojas del pino local y de pétalos de cempasúchil, las coronas de flores y ofrendas complentan a la mayoría de tumbas.

El cementerio se encuentra junto a las ruinas del templo de San Sebastián, del que únicamente quedan las paredes.

En las ofrendas encontramos desde flores diversas a frutas, botellas de Coca-Cola y también de licores.

Cada familia se reúne alrededor de la tumba, y sus miembros traen sillas, comida, bebida, y lo comparten todo.

Los mariachis van de tumba a tumba y ofrecen sus canciones. Algunas de las letras que escuché estaban relacionadas con la importancia de saber vivir el momento y con el recuerdo de los seres queridos.

Desde lo alto de la loma había una buena vista del cementerio. El movimiento de personas era continuo.

Los "mayoles", policias encargados de poner paz, también estaban junto a las tumbas.

Los mariachis estuvieron encantados de fotografiarse con Jordi, como dice una de mis nietas, "¡Viva México!".

A continuación dejamos San Juan Chamula y fuimos a visitar el pueblo de Zinacantán, os lo explico en la próxima entrada.

 Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería

San Juan Chamula
Chiapas
México
1 de noviembre 2023

 

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