lunes, 27 de noviembre de 2023

Zinacantán, Días de Muertos

Después de visitar San Juan Chamula, el día 1 de noviembre, Día de Muertos, fuimos a Zinacantán.
 
Llegamos al pueblo, paramos junto a la Caseta de Turismo Municipal y pagamos la cuota por permitirnos acceder como visitantes. Seguimos y aparcamos delante de la Iglesia de San Lorenzo.

La diferencia con la iglesia de San Juan Bautista era extrema, no porque no fuera interesante, sino porque estaba vacía!!! En su interior apenas había dos o tres personas. 

Dimos una vuelta. El pueblo también estaba desierto. Regresamos a la Caseta de Turismo Municipal y preguntamos por los habitantes y sus celebraciones del Día de Muertos, la respuesta fue: están en el Panteón.
 
Panteón es el nombre con que se conocen los cementerios en Mèxico. El de Zinacantán, está construido en la cima de un cerro, ya que a los antepasados se les considera los guardianes del pueblo. 

Camino de Zinacantán y también en los alrededores del Panteón, vi muchos invernaderos en pequeñas extensiones de terreno. Sin que yo lo supiera, la floricultura es la actividad económica principal de la población. Había ido a parar al que se considera el municipio más importante de flores de toda la zona de Chiapas ¿Por qué sería?.

Buscando información para preparar esta entrada, he llegado a leer que en Zinacantán aman tanto a las flores que las siembran y las bordan.

Zinacantán es una población de etnia tzotzil,  que celebra el Día de Muertos desde el 31 de octubre al dos de noviembre. Zinacantán es una palabra náhuatl que significa "lugar de murciélagos", por suerte ahora se llamaría lugar de flores.

Las celebraciones empiezan la noche del 31 de octubre en los domicilios particulares, cuando realizan los preparativos de las ofrendas que llevarán al Panteón al día siguiente.


Arco de acceso a la iglesia de San Lorenzo, de estilo colonial, remodelada en el S XX.
 

Iglesia de San Lorenzo, en la fachada indica el año 1962. Esta iglesia años atrás se llamaba iglesia de Santo Domingo.
 
En el interior de la iglesia los ramos de flores era un aperitivo de las que encontraría en el Panteón.

Estuvimos en dos ocasiones en Zinacantán. La primera el 1 de noviembre, el Panteón era una extensión de colores. Los familares estaban sentados alredor de las tumbas, cubiertas de flores como no había visto en ningún otro lugar, no se veía ni una sola tumba sin flores, ya que existe el temor de que las familias que abandonen a sus muertos serán castigadas con enfermedades.


Las paradas donde comprar "chuches" compartían el espacio con las tumbas de los familiares.

El 2 de noviembre llegamos al Panteón de Zinacantán, cuando pasaban pocos minutos de las ocho de la mañana, la ceremonia de los Mayordomos, cargos creados para el cuidado de la iglesia a mediados del 
S XVI, ya se había iniciado. El colorido en el cementerio era excepcional, todavía más acusado que el del día anterior.
 
Las flores bordadas se pueden ver en la ropa que utilizan tanto mujeres como hombres. Zinacantán se encuentra  a casí 2600 metros de altitud y hace frío, las mujeres se cubren con un moxib, una especie de chal, una pieza bordada con motivos florales. El pok'u'ul, también floreado, es la pieza equivalente para los hombres, se denomina sarape y es similar a un poncho.

 Cuando llegamos al Panteón el día 2 de noviembre, el cielo estaba cubierto, de pronto apareció el arco iris. El cielo también mostraba la belleza de los colores.
Las ofrendas se colocan en las cabeceras de las tumbas,  junto a una cavidad que se construye como símbolo de la entrada al inframundo. También hay velas de cera que representan a la divinidad y de cebo para iluminar el camino de los muertos.

 
Los Mayordomos bendicen las tumbas. Los acompañan músicos tradicionales. Rezan responsos en latín para pedir permiso al guardián del lugar. El día 1 de noviembre, piden permiso para que las almas puedan salir, y les invitan a que disfruten junto a sus familias. El día 2 de noviembre repiten el ritual, en esta ocasión para que regresen a sus tumbas.

Los mayordomos hacen las oraciones junto con sus ayudantes que recogen frutos y frutas que se depositan en sacos, se reúnen los alimentos y se llevan al atrio de la iglesia para repartirlos entre la gente.


El atuendo de este Mayordomo era bien curioso, multitud de cintas de colores colgaban de su sombrero.

Una familiar enciende el fuego en la cavidad practicada junto a la tumba, donde tampoco faltaba la botella de Coca-Cola
 

Durante todo el recorrido por el Panteón tuve siempre una agradable sensación de paz y recogimiento. Me permitía tomar las fotografías desde una posición de respeto y me sentía muy agradecida de poder estar en aquellos momentos en un lugar del que hacía tan poco tiempo ni siquiera sabía de su existencia.

La colocación de las piezas de fruta la realizan con sumo cuidado y cariño. 
 
En el Museo Nacional de Antropología (MNA), se realizó una exposición con el título: Sk´Ak´Alil Anima´Etik. Días de Muertos en Zinacantán, Chiapas. Clica en el enlace si quieres verlo.
 

Texto y Fotografías: Pilar Vidal Clavería 

Zinacantán (Chiapas)

México
1 y 2 de noviembre 2023

 
 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué colorido! Me imagino cómo disfrutarías viendo todo aquello, las flores, sobre todo. Aquí somos más sosos, y cada vez más.

Maritza dijo...

Mucho color y ceremoniosidad, me parece... no? Me imagino disfrutaste de tus amadas flores! :) Abrazos querida Pilar.

Anónimo dijo...

Preciós!!!

Pilar Vidal Clavería dijo...

Muchas gracias a las tres por vuestros comentarios.

Abrazos coloridos

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