Las montañas oscuras de basalto emergen de las arenas doradas, dando un aspecto más propio de otros planetas que de la Tierra.
O recordar las columnas de un templo griego, o a las del parque Güell de Gaudi
PILAR VIDAL CLAVERIA. Counseling integrativo-relacional duelo y pérdidas, Máster IL3 Universidad Barcelona, Instituto IPIR. Terapeuta floral. Lic Ciencias Biológicas Univ Barcelona.Información y consultas 652631831. Este blog es un espacio donde encontrarás información sobre el acompañamiento en el duelo y las pérdidas, la terapia floral y también algunos de mis intereses personales: fotografía, viajes, películas, entrevistas,reflexiones....Gracias por visitarlo y compartirlo
¿Qué queremos cuándo somos niños?
Ser grandes.
... Y cuando lo somos damos la vida por recuperar y aparentar la juventud que no supimos apreciar. Nos desgastamos tratando de tener, y cuando ya tenemos invertimos el dinero en recuperar la salud y el tiempo perdido.
Pasemos del mundo de las ideas al mundo de las cloacas.
Era el año 1973, yo iba caminando por la calle cuando pasó un coche del que cayó una caja de muñeca, una niña de la calle salió disparada y la cogió. Me sonrió feliz y no vio que venía un camión a gran velocidad. Esa niña murió por una caja de muñeca vacía. Era el día de Navidad, compré un disfraz de Papá Noel y cien regalos de un peso.
Y salió a repartirlos.
Sí, un niño, Raulito, saltó sobre mis hombros, silbó, y en un momento brotaron de la tierra más niños que regalos. A Raulito una rata le había mordido la carita y se le veía el hueso podrido, lleno de pus. Y tuve un sueño: que Raulito tuviera una cirugía plástica y un hogar, ¿y qué hice?... A todo el mundo le conté mis sueños, y cuando uno cuenta sus sueños, se hacen realidad.
Sería bonito...
De tanto contar mi sueño acabó apareciendo una enfermera amiga de un cirujano plástico y en menos de un mes Raulito tuvo reconstruida la cara. Y nació mi fundación, por la cual han pasado más de 55.000 niños que vivían entre excrementos humanos, en las cloacas, bajo tierra, y que hoy son ingenieros, premio de paz, de liderazgo. Cada niño que ha salido de mi proyecto ha ayudado a otros niños. Raulito ayudó a más de cien.
¿Cómo?
... No sólo a conseguir empleo en las petroleras, sino que los inspira y los motiva. Primero soy, experimento el amor y la paz, luego hago y después tengo.
¿Cómo se financia la fundación?
Empecé con mi dinero y ahora el 50% es autofinanciación, tenemos panaderías, textil, cultivos. Pero el éxito de todo es tener el sueño. Encontré a Rud cuando tenía 11 años, la habían quemado viva, le faltaba un brazo, no tenía nariz y su cara estaba pegada al pecho. Así llegó a la alcantarilla y empezó a tomar droga. "Quiero morir - me dijo-,todos se burlan de mí".
¿Cómo la sacó de allí?
Lo importante es lo que tú te dices a ti misma, fuera no encontrarás la felicidad, concentra tu energía en lo que tienes y no en lo que no tienes. Hoy Rud habla un inglés perfecto, es dulce y alegre. Tras 17 cirugías ya tiene movimiento pero se ve igualita. Aún así encontró al amor de su vida, tiene una hija preciosa y un trabajo que le gusta.
No es fácil cambiar a las personas.
Hay gente que en un segundo despierta su conciencia, otros tardan más y otros nunca. En mis talleres les hago entender que ni tu peor enemigo te puede hacer tanto daño como tus propios pensamientos. Hay que observarlos y cambiarlos porque estamos programados para concentrar la energía en lo negativo, en lo que nos falta, en el dolor, y eso es lo que atraemos.
Y dígame: ¿usted qué ha aprendido?
A valorar a tiempo las cosas pequeñas y simples. Lo que pasa es que vemos pero no miramos, oímos pero no escuchamos, palpamos pero no tocamos. Vivo intensamente cada momento, pero sin miedo. Hay que aprender a asustar al miedo.
Ya a los siete años le hizo una propuesta curiosa a su padre.
Teníamos una finca de café y los hijos del capataz jugaban con un camión sin ruedas y una muñeca sin brazos. Me impresionó verlo y le pregunté a mi padre: ¿por qué estos niños, cuyo papá también trabaja como tú, no tienen juguetes como nosotros?
¿Y qué dijo papá?
"Por cada bolsita de café que siembres te doy un centavo". Después de tres meses pude comprar un camión y una muñeca y fui yo más feliz que ellos. Me marcó profundamente. Pero el secreto es contar el sueño, siempre hay gente que te ayuda. No crea nunca a los asesinos de sueños, esos que te dicen: si lo cuentas, no se cumplirá.
¿Nunca nada le ha decepcionado?
Rescaté a una niña de 10 años que atracaba con cuchillo. Era tan miedosa que lo ponía en el corazón y si te movías, te lo clavaba.
¡!
Tomaticas se dio cuenta de que no era una asesina. Para comer robaba y para robar se drogaba, pero no era mala y cuando se dio cuenta de eso empezó su cambio, se volvió la niña más servicial, tierna y alegre de la fundación. De esto hace más de 30 años y la gente me decía: "No te metas con drogadictos es perder el tiempo, volverá a la droga".
Debía estar orgulloso.
Llegó la prensa, la tele, el éxito. Pero Tomaticas se enamoró de un traficante y se marchó. Fui a buscarla, la encontré con la cara cortada, Intenté convencerla para que volviera: "Lo amo", me decía, y lloré mucho.
Y Tomaticas se perdió.
Yo estaba dando esperando recibir, había mucho en mi dolor de fracaso, de ego herido. Aprendí la lección, no he vuelto a condicionar ni a tener expectativas ni siquiera con mis propios hijos, yo les tiendo la mano, pero las decisiones son suyas, no mías. Yo no cambio a nadie, son ellos. Nunca digas por qué me pasó esto sino para qué: es otra forma de concebir el mundo.
Prefiere un abrazo a un apretón de manos. Cuando era niño le construyó una casita al guardián del colegio, no entendía que los curas se fueran de misiones y tuvieran a aquel hombre durmiendo a la intemperie. Con el tiempo se convirtió en Papá Jaime; recoge, forma y busca trabajo a los niños que viven en las alcantarillas de Bogotá, pero dice que lo más importante es ayudarlos a crecer espiritualmente y a creer en los sueños. Él se formó en la India con grandes maestros y cada día amanece a las cuatro de la mañana para perderse en la naturaleza a meditar. Además de su fundación, imparte seminarios de liderazgo para disfrutar de la vida plenamente. Participó en el I Foro Humano Europeo en Barcelona.
Hoy, a los 12 años. El primer día de 1. º de ESO.
¿Por qué?
Es el día que dejamos que el chaval vuelva solo a casa, con su llave. En casa no hay nadie: merendará lo que le apetezca y verá la tele, chateará y jugará con la videoconsola a sus anchas.
¿Qué tiene en común este adolescente con el de hace treinta años, y qué no?
En común, los trastornos hormonales y la impulsividad: el cerebro experimenta un nuevo arranque para hospedar nuevas competencias, nuevas aptitudes.
Estamos ante un ser mutante, vamos.
Sí, y es natural que manifieste cambios de personalidad, una en casa y otra fuera...
Da un poco de miedo.
Más temibles que estos factores endógenos - iguales en todas las épocas-son los exógenos, que son nuevos, y que moldean a estos "nuevos adolescentes" nuestros.
¿A qué factores nuevos se refiere?
A la cultura del ocio tecnológico: pantallas, videojuegos, internet, móvil, mp3... Y al "lo quiero ¡ya!". Por eso es fácil que a esta edad incurran en adicción a un ocio paralizante y a la inmediatez, a quererlo todo al instante.
Tengo preparada una charla sobre las Flores de Bach "12 lecciones a aprender" y en cada uno de los 12 sanadores he puesto una breve frase que para mi determina el defecto a superar, en el caso de Impatiens es precisamente "Lo quiero ya", si decimos que los Impatiens son impacientes, que no tienen tiempo que perder, que son irritables, exigentes, no soportan la lentitud, todas estas características quedan perfectamente reflejadas, en esa necesidad de inmediatez. La lección a aprender, la indulgencia, nos enseña a saber esperar, a ver que cada uno necesita su tiempo, el pararse a observar, a perdonar las diferencias de los otros, a tener empatía.
¿Hemos maleducado a nuestros hijos?
"Educar bien a un hijo consiste en dejarle que pase un poco de hambre y un poco de frío", decía Confucio. Quizá no les hemos dado buen ejemplo... Si no quieres que tu hijo sea consumista, ¡no lo seas tú!
¿Cómo definiría a estos nuevos adolescentes nuestros?
Los defino como los rebeldes del bienestar. Si antes el adolescente se rebelaba para mejorar el mundo, ahora admite "estoy de puta madre, ¡pero quiero estar mejor!", como me confesó uno. Quieren para sí más lujo del que ya tienen, que es mucho.
¿Y qué deberíamos hacer los padres?
Evitar hiperregalar a los niños. ¿Por qué no acompañarlos a entregar regalos sobrantes a niños necesitados?
Más consejos.
Desde niños, acóteles el uso de pantallas: de lunes a viernes, nada de videojuegos.
¿Le compro móvil a mi hijo de 13 años?
En la clase de mi hijo de 12 años, él y otro son los únicos sin móvil. ¡Los amigos le acusan de tener un padre irresponsable, pues no podrá avisarme si "le pasa algo"!
¿Y usted qué le argumenta a su hijo?
Que las desventajas de tener móvil - adicción, gasto...-superan las ventajas. ¡Retrásele a su hijo el móvil todo cuanto pueda!
¿Le permito tener tele en su cuarto?
¡No! Lo mejor es un solo televisor en la sala, y negociar su uso entre toda la familia.
Pero ordenador sí necesita, para hacer trabajos del cole.
Pero si tiene que conectarse a internet, que sea en un ordenador situado en la sala.
Otro problema: ¿le doy paga?
Retrásela al máximo, y que se acostumbre a razonar para qué quiere el dinero, y a argumentar si realmente necesita tal cosa. Y si a los 15 años acuerdan paga..., que sea semanal, y fijando para qué conceptos.
¿Y si exige salir de noche con amigos?
Retrase eso lo posible, y pacte la hora de regreso, lo menos tarde posible, y si incumple, que no salga la próxima. Lo mejor es que un padre vaya cada vez a recoger al grupo.
Trabajoso, ser padre de adolescente...
Haber sido padres exitosos de un niño ¡no garantiza serlo de un adolescente! Los padres de adolescente deberían asistir a un cursillo. ¡Y ojalá colaborase la escuela!
¿No lo hace?
Los conflictos reales del adolescente son las drogas, el sexo, la violencia, las adicciones, los trastornos alimentarios, la percepción del propio cuerpo, la indumentaria y el dinero. Yo pregunto: ¿cuántas horas dedica la escuela a debatir acerca de estos asuntos?
No sé.
¡Casi nada o nada! La escuela ni se atreve a decir qué ropas no deberían admitirse en clase. ¡La escuela, pues, todavía no ha entrado en el siglo XXI! Deberíamos reclamárselo, y a la vez devolverle autoridad moral.
¿Cómo educo al chaval sobre sexo?
Propiciando ocasiones para hablarle de sexo. ¡Hoy se dan más embarazos indeseados que nunca! Ayúdele a conocer el preservativo. Todas las chicas llevan tampones en el bolso, ¡pero ninguna lleva preservativos! Es desesperante... Usan la píldora abortiva.
Pero el pánico paterno es la droga.
Cuéntele al adolescente la verdad: que el cannabis puede proporcionar sensaciones placenteras, pero distorsiona percepciones, merma la capacidad de concentración, puede disparar trastornos mentales... Que las pastillas son euforizantes y empatizantes, pero luego hunden en la apatía, restan potencia intelectual, disparan brotes psicóticos...
¿Ante qué síntomas debo alarmarme?
Un repentino bajón en su rendimiento académico, dificultades con sus horarios...
Lo bueno es que la adolescencia se acaba, ¿verdad? ¿Cuándo se acaba?
A los 30 años... Es el adojoven: el joven que sigue siendo adolescente, que no se ha esforzado en dejar de serlo. A veces, ¡sus propios padres son todavía adolescentes!