Sus investigaciones se orientaron entonces en un nuevo sentido, ya que comenzó a utilizar métodos homeopáticos para preparar vacunas.
Las tres primeras Flores de Bach, Impatiens, Clematis y Mimulus fueron preparadas en 1928 mediante trituración homeopática, y las utilizó en su consulta durante 1929.
El punto en común de la Terapia con las Flores con la Homeopatía, tratar a la persona y no a la enfermedad se refleja en esta entrevista de hoy en El Periódico de Catalunya.
LA ENTREVISTA CON VIRTUDES HURTADO, MÉDICA HOMEÓPATA
Virtudes Hurtado: "Cada persona tiene su forma de enfermar"
Cursó Medicina, pero discrepa de cómo esta entiende al ser humano. Trata con remedios sutiles e inocuos que buscan que el enfermo se cure con sus fuerzas.
- ÀNGELS GALLARDO
--¿Hay un remedio curativo, una medicina, para cada persona?
--Lo hay, y la misión del homeópata unicista (somos una minoría entre los homeópatas españoles) es encontrar ese remedio, que corresponde a la sensación vital esencial, o a la estructura mental de cada persona.
--¿Sensación esencial?
--Mi maestro actual es un médico de la India, Rajan Sankaran --un genio reconocido en todo el mundo--, que dice que cada ser humano tiene, aunque no se dé cuenta, una sensación esencial que decide su vida incluso por encima de la mente. Esa sensación condiciona la vida, esclaviza y moldea la forma de enfermar.
--¿Se enferma por una sensación?
--Es una sensación muy potente y profunda, que en algunos casos se origina en el vientre de la madre o de niño, y que se va adueñando de ti toda la vida, de forma que, sin darte cuenta, estás supeditado a ella.
--¿Por ejemplo?
--Puede ser la sensación de que estás abandonado, de que no te quieren ni te querrán jamás: esa persona se moverá toda su vida en busca de cariño y nunca se sentirá libre. O la sensación de que te morirás de hambre: condiciona la vida hasta el punto de que quien la siente se hace un esclavo del trabajo. Son esas personas que trabajan sin fin, aunque sean ricas. Si no se curan, la sensación no desaparece por más dinero que acumulen. Son muy infelices.
--Mucha gente no considerará una enfermedad el deseo de dinero.
--Si tienes la sensación constante de que la vida es una lucha a muerte que no vences ni dejándote la piel, porque nunca ganas lo suficiente, eso te va enfermando: la enfermedad se produce cuando quieres tener energía para lograr un objetivo insaciable y la vida te va frenando, poco a poco. El cuerpo físico se deteriora y su forma de hablarnos es generando un síntoma enfermizo: esto se ve claramente en las enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide, esclerosis, colitis ulcerosa...
--¿Cómo trata la homeopatía?
--Buscando la sensación vital. El médico homeópata receta el remedio más parecido a la sensación que el enfermo describe. Porque hay enfermedades, pero cada persona tiene su forma de enfermar.
--Parece un trabajo muy difícil.
--Es un trabajo muy bonito. La medicina alopática, la oficial, equivale a una tienda de ropa prét à porter. Ir al homeópata es como acudir a un modisto de alta costura: tú hablas con él, le dices lo que quieres, y él te elegirá la tela y el traje que te conviene.
--Usted estudió Medicina.
--Sí, claro. La carrera es imprescindible para entender al ser humano en todos sus aspectos, anatómicos y fisiológicos. Me gustaba mucho, pero cuando llegué al tercer curso empezaron a enseñar patologías y especialidades --los órganos, por separado-- y me di cuenta de que esa medicina no conoce el origen de las enfermedades. Todo lo trata con fármacos anti algo: antibióticos, antiinflamatorios... que ni corrigen la causa ni curan. Solo eliminan síntomas.
--Le resultó parcial.
--Esa medicina está basada en el principio de que el ser humano es simplemente un trozo de materia, y eso a mí se me queda muy corto. No somos solo un trozo de materia que funciona por procesos bioquímicos: todo se produce porque existe una energía que surge del interior del ser humano, que hay que respetar.
--¿Qué explica la homeopatía?
--Entiende que la persona es un todo integral, de cuerpo y mente, y que por encima de eso hay una energía vital. La enfermedad surge del bloqueo de esa energía: no es más que un disturbio energético. Cuando la persona pierde esa energía, muere. De hecho, lo único que diferencia a un vivo de un muerto es que, al segundo siguiente de morir, la energía ya no está. Todas las células del cuerpo están igual que un minuto antes, pero no hay energía.
--¿Qué hacen con ese disturbio?
--Tratamos de comprender de qué forma, cómo, se ha producido. Los remedios que damos, de naturaleza vegetal, animal o mineral, también los estudiamos desde el punto de vista energético y sabemos con todo detalle qué producen en cada ser vivo, en el plano físico o mental. Buscamos el más similar a cada persona.
--¿Por qué el más similar?
--Porque un remedio que contenga una energía similar a la que ha causado la enfermedad le hace de antí- doto, la desbloquea. Esos fármacos han sido diluidos miles de veces, han perdido su sustancia original, y sin sustancia no pueden dañar. No tienen efectos secundarios. Por eso son ideales para los niños.
--¿Para los niños?
--Si un niño se mantiene alejado de los tóxicos medicamentosos, su desarrollo es óptimo y natural. Los antibióticos, corticoides, broncodilatadores y todo eso que les recetan merman su sistema inmunológico, su hígado y su desarrollo.
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