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martes, 3 de enero de 2012

Celebrar

El justo enseña al injusto.
El injusto es la materia del justo.
No reverenciar la enseñanza sutil,
no respetar la materia bruta,
conduce a un gran error.
Sea cual sea el saber,
lo esencial es un enigma.

Lao Tsé 


Desierto Libia
Foto: Pilar Vidal Clavería
diciembre 2008

Entrevista en La Contra de La Vanguardia con Lou Marinoff, doctor en Filosofía de la Ciencia:

Celebra cada momento

martes, 27 de diciembre de 2011

Un gramo de alegría con Magda Gomar

Hace unos años recortaba y guardaba algunas de las entrevistas de La Contra de La Vanguardia. Me acabo de encontrar con una que se le hizo a Magda Gomar el 20 de mayo del 2006, sus respuestas  están llenas de sabiduria, me gustan y hoy las comparto. 

La Contra de La Vanguardia, 20 de Mayo de 2006, Inma Sanchís
Hay personas cuya simple compañía reconforta. Suelen hablar poco y estar contentas. Cuando te miran, te funden. Por lo general, llevan muchos años de vida y conservan intacto el niño que fueron. Están más allá de los títulos académicos, son la antítesis de un intelectual. Se trata de gente sabia, sencillamente sabia. A la abuela Gomar la quiere mucha gente; yo también, aunque apenas la conozco, pero sabe leer en tu cuerpo y en tu alma y hace lo posible por ayudarte. La entrevista no importa, el sujeto que está frente a ella importa. Esa fortaleza, esa cordura, es poderosa. No le gusta que la llamen sanadora, dice que ella simplemente ayuda a los demás como un canal por el que pasa la energía: “Sé lo que hay que hacer, pero todos tenemos esa capacidad, basta trabajarse” .


Tengo 76 años. Nací en Barcelona y vivo en El Masnou. Estoy viuda y tengo hija y nieto. Desde los nueve años ayudo a la gente, le digo qué hacer para resolver sus problemas, soy una especie de consejera que pide por los demás. Somos energía, hay que pulirla. Todos tenemos un ángel, hay que pedirle. Publicó El Sentit de l'existència (Abadia)

- Cuál ha sido su suerte?


- Muy pronto, a los 5 años, supe que había venido a este mundo para ayudar a los otros.


- Saber lo que quieres es jugar con ventaja.


- Hay que ser humilde, hay que pedir ayuda. Yo se la pido al Padre Eterno, pero no pertenezco a ninguna religión, ni falta que hace. Pide sabiduría y te será dada. Pide tranquilidad y te será dada. Pide lo que quieras porque hay algo superior, ponle el nombre que quieras. Busca tu alma. Puedes creer en la religión que sea, pero si no miras dentro de ti, si no te escuchas, no sirve de nada.


- ¿Y por qué quería ayudar a los demás?


- De pequeña vivía con mis abuelos. El abuelo había fabricado con sus manos una preciosa silla de roble que ocupaba un lugar preferente en la sala, junto al fuego. Allí se sentaba todo pobre que pasaba por casa. ¡Era emocionante ver comer a alguien que tenía hambre de verdad! Mi abuelo siempre ayudó a los demás. No tenía nada, pero era un hombre rico, estaba lleno de amor y de alegría.


- Entiendo.


- Murió cuando cumplí 9 años, después que la abuela. Entendí que no había nada eterno, y que nada me pertenecía. Me quedé sola, nunca me entendí con mis padres. Pero tuve una gran suerte: supe escuchar a mi alma. Me construí una gruta interior en la que estaba calentita en invierno y fresca en verano.


-...


- Aprendí poco a poco que todos tenemos una gran riqueza interior que hay que ir puliendo y queriendo. También me inventé un carro con dos caballos, uno blanco y otro negro, y cuando la pena me pesaba, la metía en el carro. Pero a los 14 años tuve miedo.


- ¿Qué le pasó?


- Sarna, había perdido las uñas de las manos y de los pies, toda yo era una llaga que supuraba. Le pedí a mi Padre que me ayudara y conocí a un médico y a su mujer que, en la bañera de su casa, me fregaron y me curaron con cariño. Aprendí, de personas que no me conocían, la generosidad. Y entendí que no podía tener miedo. Aquello me brindó seguridad y fortaleza para el resto de la vida.


- Aprende usted rápido.


- Inténtalo tú, prueba a buscar dentro de ti un gramo de fe y de seguridad. Sin miedo.


- A veces, las pruebas son muy duras.


- Yo tenía cáncer. Tras la operación, los médicos me dieron un mes de vida. Yo ya sabía que somos energía, pero me propuse pulirla más que nunca. A la enfermedad le puse nombre y le hablaba.


- ¿Qué le decía?


- Que la quería como a una maestra, pero que todavía no podía morirme. Todos nosotros somos energía. Una energía que hay que sentir fluir y aprender a enviar a donde sea necesaria, con constancia, gobernándola, dándole amor, explicándole el problema.


-... Y la energía fluye.


- Sí, pero estas energías siempre son redondas. Imagina un anillo y pásalo suavemente desde la cabeza hasta los pies. Yo le hablaba a mi energía, la pinté de color rojo y le dije exactamente dónde estaba la enfermedad.


- ¿Algún familiar la ayudó?


- No. Pero una mujer desconocida, pobre y con cuatro hijos que pasaban hambre, me llevó a su casa. Al cabo de nueve meses me atropelló un coche, querían cortarme una pierna y me negué. La salvé. Fue un arduo aprendizaje, pero hoy con mi energía puedo ayudar a los demás. A aquella mujer nunca más le ha faltado de nada. No tires nunca la toalla.


- A veces...


- Nunca. Todos tenemos el poder del que te hablo. Haz una cosa: métete en la bañera y tira un kilo de sal, quédate en calma y pide soluciones. Cuida tu cuerpo, límpialo, porque todo es uno. Cuerpo y alma caminan juntos. Haz este ejercicio a menudo, verás...


- ¿. ..?


- La vida es un juego: si no juegas, pierdes. Déjate fluir, ten ilusión, ten esperanza, nadie te la puede quitar. Yo todo lo resuelvo a base de juegos: si alguien viene a pedirme ayuda, le hago meter su problema en un cubo de agua y le damos vueltas redondas hasta que el dolor se transmuta y el mal se ahoga.


- ¿Dónde aprendió todo eso?


- Sola, de niña. Yo recurría al rey Neptuno cuando tenía un conflicto, iba a verlo con mi barca imaginaria, y funcionaba. Aprende a jugar; si no es jugando, nunca llegaremos a resolver nada. No lo olvides: los problemas, los males, las dificultades, todo es un juego.


- Entiendo.


- Y cuando se te acerque alguien, intenta ayudarle, tendrás el apoyo necesario, no lo dudes. Practícalo y te darás cuenta de que eres rica. Todos podemos tener lo que necesitamos en la vida. ¿Sabéis que os falta...? Un gramo. Un gramo de paciencia, un gramo de fe, un gramo de esperanza.


- De cero a un gramo hay un mundo.


- Queremos que todo fluya por la fuerza, que todo nos vaya bien. ¿Cómo puedes conseguirlo si no dedicas ni un minuto de tu tiempo a escucharte, a entenderte?


- Es usted sabia.


- Emociónate, así podrás buscar tu espíritu y averiguar qué has venido a hacer a este mundo. Estate segura de que todos tenemos un ángel que nos escucha. Y si tienes una persona querida que ha muerto, pídele que te ayude. Lo hará, pero no dudes.


- Estamos tan perdidos y tan necesitados que buscamos sin saber qué. 


- Desde muy pequeña aprendí que tenía que luchar. Nadie me solucionaría mis problemas. Si no cambiaba mi actitud, la batalla estaba perdida. La cambié. No podía estar apagada, cantaba y silbaba al mismo tiempo. Ponía mi gramo de alegría.




Myanmar, agosto 2007
Foto: Pilar Vidal Clavería

viernes, 9 de septiembre de 2011

Cambiar las creencias

El pasado 31 de agosto el comentario del libro de Bruce Lipton, La biología de la creencia, llegaba a este blog, el 20 y 21 de agosto participé en el taller de PSYCH-K®, y yo misma comprobé, y sigo comprobando con su práctica,  lo eficaz de esta técnica, hoy aparece esta entrevista en La Contra,  la difusión del PSYCH-K® no ha hecho más que empezar.

Bruce Lipton, doctor en Medicina, investigador en biología celular.

Tengo 67 años. Nací y vivo en Nueva Zelanda. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Creo que la evolución de la civilización está ocurriendo ahora. Un cuerpo humano está hecho de 50 trillones de células, el ser es una comunidad. Pasé de científico agnóstico a místico.

Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso.

Ima Sanchis, La Contra, La Vanguardia

¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.

¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.

¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.

¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

Me suena a fórmula feliz...
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...

¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.

Podemos cambiar

No se trata de un gurú de las pseudociencias, Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde llevó a cabo estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitadoras. El problema siempre es el cómo: cómo cambiar la información del subconsciente. En su libro La biología de la creencia (Palmyra) recomienda métodos como el PSYCH-K. Y en La biología de la transformación (La esfera de los libros) explica la posibilidad de una evolución espontánea de nuestra especie.

Pilar Vidal Clavería Facilitadora PSYCH-K®

viernes, 22 de julio de 2011

Algo más que sobrevivir

El recorrido que hizo Enaiatollah Akbari desde Afganistán a Italia no se puede considerar turístico, sino de supervivencia.

En el libro En el mar hay cocodrilos, Enaiat nos explica su historia desde los ocho hasta los catorce años, con la ayuda del periodista Fabio Geda.

Las ganas de vivir fueron el impulso que permitieron a Enaiat,  después de llegar al Pakistán continuar su ruta hacía Irán, Turquia, Grecia y finalmente Italia.

Con ocho años hizo su primer viaje del Afganistán al Pakistán con su madre, a la ciudad de Quetta, a los pocos día de llegar, al despertarse por la mañana su madre no estaba, los otros viajes los continuó sin ella,  movido por la esperanza de encontrar un lugar mejor que el anterior, asumiendo los riesgos de atravesar, no importa cómo,  los muchos kilómetros que separan los países que atravesó, hasta poder llegar a Italia.

El pasado junio apareció una entrevista en La Contra de La Vanguardia.

Enaiatollah Akbari, que con diez años huyó a pie de Afganistán

“Mataron al profesor ante los niños: así se destruye un país”

Creo que tengo unos 22 años. Nací en una aldea afgana, Nava, y hoy vivo en Turín (Italia): llegué caminando y en camiones. Trabajo y estudio, acogido en una familia turinesa. Estoy soltero, sin hijos. Los políticos afganos son títeres ignorantes. La religión es el opio del pueblo.

VÍCTOR-M. AMELA
¿Desconoce su edad?
Yo calculo que tendría  unos diez años cuando mi madre me abandonó…

¿Por qué le abandonó?
Quiso darme una vida mejor. Me llevó de Afganistán a Pakistán…

¿Tan mal estaban en Afganistán?
Unos talibanes querían secuestrarme para esclavizarme. Amí y a mi hermano. Mi madre nos escondía en un agujero en el suelo, pero yo iba creciendo, y ya no cabíamos.

¿Qué querían hacerles esos talibanes?
Un rico talibán obligó a mi padre a conducir un camión de mercancías a Irán y…

¿Le obligó?
Somos de la etnia hazara, minoría afgana siempre humillada: somos minoría entre la mayoría pastún, chiíes entre la mayoría suní, hablamos dari (afín al farsi de Irán)…

¿Bajo qué amenaza fue obligado?
Matar a su esposa e hijos. ¡Así eran los talibanes, fanáticos llegados de muchos países!

¿Y qué hizo su padre?
Conducir el camión. Unos bandidos le asaltaron en un barranco, robaron la carga y le mataron. Al saberlo, el rico envió a un sicario a mi madre: “Entréguenos a sus hijos para compensar los daños causados por su marido”. Por suerte, no estábamos en casa esa tarde. Y mi madre empezó a escondernos, hasta que hicimos aquel viaje a Pakistán…

¿Qué le dijo su madre al abandonarle?
Nada. Me adormeció entre caricias mientras me reiteraba tres consejos: “Jamás empuñes un arma. Jamás te drogues. Jamás robes”. Y por la mañana, ella ya no estaba…

¿Y qué hizo usted?
Llorar… y enseguida pensar en sobrevivir. Hacía recados al dueño del almacén y dormía allí. Comía lo que recogía en el mercado de Quetta, hice de vendedor ambulante…

¿Qué aprendió allí?
A hacer amigos. Nos juntamos un grupo de niños huérfanos.

¿Cumplió los mandamientos de mamá?
Sí. Tomar un poco de comida de aquí o allá no es robar: es sobrevivir.

¿Qué recuerda de Afganistán?
Lo bonito que era vivir en mi aldea, hasta que llegaron los talibanes, pagados por el dinero wahabí saudí. Cerraron la escuela.

¿Por qué la cerraron?
Odiaban que el profesor explicase más cosas que recitar el Corán. Primero le amenazaron. Luego volvieron, formaron con los niños un corro en el patio, en el centro colocaron al profesor… y le pegaron un tiro.

¿Volvió a abrir la escuela?
No. ¡Así se destruye un país! Hoy el 80% de los parlamentarios en Afganistán son analfabetos, son títeres ignorantes.

Hoy vive en Italia: ¿cómo llegó?
Una bomba talibán mató a 19 personas en mi mercado, otro día me tomaba una sopa… y un wahabí me la volcó porque no cumplía con sus normas… ¡Y me harté!

¿Y adónde fue?
Un amigo y yo pagamos a un traficante de personas que nos llevó a Irán, a trabajar en canteras… Esclavos, pero cobrábamos.

¿Cómo llegaron?
En dobles fondos de camiones, entre personas apretujadas. Siempre moría alguien…

¿Por qué siguió hacia Occidente?
Una piedra me hirió una pierna, y me maltrataron en vez de cuidarme. En cuanto pude caminar, decidí buscar un lugar mejor. Y alguien dijo que Turquía era mejor…

¿Y cómo llegó a Turquía?
Éramos setenta personas caminando durante 27 días a través de una cordillera montañosa. Bebíamos de la nieve. Murieron doce personas en el camino… Robé los zapatos de un cadáver, los míos estaban rotos.

¿Mereció la pena el viaje?
¡Qué belleza, al llegar a un valle turco! Luego, en el doble fondo de un camión, como un feto, en tres días llegamos a Estambul…

¿En qué estado?
Me sacaron cegado y entumecido, me tiraron al suelo y no pude moverme en un día. Trabajé un tiempo en el mercado, hasta que me dijeron que en Europa estaría mejor.

Y otra vez a jugarse la vida…
¡Más que nunca! Cruzamos el mar hasta la isla de Lesbos en bote neumático… Un chico de 11 años no quería subir, estaba aterrorizado y lloraba: “¡En el mar hay cocodrilos y nos devorarán!”. Al fin subió. Padecimos una tormenta, y el chico cayó al agua. Y se ahogó. Se llamaba Husein Ali.

Usted ha tenido mucha suerte…
Y ha habido gente muy buena: en la isla de Lesbos, una señora me dio dinero para llegar hasta Atenas. La policía griega es la más dura del mundo, pero se preparaban los Juegos y nos dejaron trabajar sin papeles.

Y cuando eso terminó, ¿qué hizo?
Entré en el falso fondo de un camión embarcado… y llegué a Venecia, donde un chico me dejó ducharme y me ayudó a llegar a Roma, donde había otros afganos. Allí supe que un amigo de mi pueblo vivía en Turín…

Y ahora… ¿seguirá viajando?
No, no: ya estoy bien en Turín: desde que llegué con 14 años, y me acogió una familia de allí, puedo trabajar y estudiar.

¿Qué le diría a un chico de 14 años que lea su peripecia vital?
Que sepas que todo lo que tienes – ropa en el armario, nevera llena…-¡no es lo normal!
 
¿Cuál es hoy su sueño?
Mi madre y hermano viven ahora en Quetta: les he ayudado. Yo querría poder vivir en mi país, en paz y libertad. Y que ningún otro niño pase lo que yo pasé. Pero mientras ahora hablamos… ¡está pasando!

Cocodrilos

De los 10 a los 14 años, el niño Enaiatollah se movió a solas por un mundo inmisericorde. El fanatismo religioso le obligó a huir de su país – hoy el más peligroso del mundo para un niño que vaya a la escuela-, y las ansias de vivir tranquilo movieron sus pies. Tiene el aspecto asiático – entre mongol, japonés y amerindio- propio de su pueblo, una minoría étnica en el rompecabezas afgano, “donde la vida es hoy más peligrosa para un civil que hace diez años, y no hay democracia”. No cree en religiones ni en políticos títere. Para que se sepa, narra su odisea en el libro titulado En el mar hay cocodrilos / En el mar hi ha cocodrils (Destino / La Galera), con ayuda del periodista Fabio Geda

viernes, 15 de abril de 2011

Vibración

La música y las Flores de Bach tienen varias cosas en común, una de ellas es la vibración.

Vibrar implica movimiento, las emociones son movimiento,  la música y las Flores de Bach nos acompañan en nuestros movimientos.

En una  de las definiciones para sus remedios el doctor Bach nos habla de vibraciones:

La acción de estos remedios se basa en elevar nuestras vibraciones, hacernos conocer los canales de recepción de nuestro Yo espiritual, colmar nuestras naturalezas con las virtudes que necesitamos, y hacer desaparecer de nosotros el defecto que nos está perjudicando.

Ustedes provocan su propio sufrimiento

Edward Bach

Néstor Eidler, músico y pedagogo vibracional en la entrevista de ayer 14 de abril, nos explica que la vida y el Universo son vibración

El Universo suena y cada persona tiene un sonido

Soy un veinteañero, anímicamente. Nací en Tucumán (Argentina) y vivo en Barcelona hace 33 años. Soy violinista. Estoy casado y tengo cuatro hijos y dos nietos. ¿Política? Justicia social. No creo en el dios de los hombres, sino en el dios verdadero, que desconozco.

Víctor - M.Amela. La Contra-La Vanguardia

¿El universo es sonido?
¡Sí! Y la vida, vibración. Toda vibración es sónica. ¡El universo suena!

¿A qué suena?
Oígalo en esta grabación...

Oigo una melodía armoniosa...
Son las vibraciones captadas por la sonda Voyager en el espacio entre Júpiter y Saturno: es la resonancia del viento solar en la ionosfera de los planetas…

El universo suena, pues...
¡Está oyéndolo! Pitágoras (siglo VI a.C.) habló de la “música de las esferas”: Pitágoras debía de tener afinada la percepción de esta realidad cósmica vibrante que hoy la tecnociencia nos confirma.

¿Con qué implicaciones?
Los compositores de música más inspirados (Bach, Mozart, Beethoven...) quizá son personas capaces de conectar con los inmanentes y eternos sonidos del cosmos.

¿No crean? ¿Sólo transcriben?
La música no la inventó el hombre: ¡existe desde siempre! Toda música está aquí: se trata de captarla y plasmarla.

¿Usted compone?
Nací músico. Por mi sangre corren notas. Estudié violín... y quise contactar con David Oistrach, violinista y pedagogo judío ruso.

¿Por qué precisamente con él?
Yo no estaba conforme con mi sonido. Y escuchaba el de otros grandes violinistas: “Farsantes”, pensaba. Hasta que oí a Oistrach: “Es el único que no miente”, me dije...

No entiendo a qué se refiere…
En los otros percibía interferencias, o físicas o narcisistas... Oistrach era el único que me hacía vibrar, sentía que conectaba con la esencia... ¡Quise tocar como él! Como discípulo de Fedora Aberastury, ella me enseñó el camino a los misterios y hacia Oistrach.

¿El camino de los misterios?
Fue la creadora del método Aberastury, llamado sistema consciente para la técnica del movimiento, que te ayuda a reconectarte con tu primer instrumento: ¡tu cuerpo!

¿Y conoció al fin a Oistrach?
Conseguí una cita con él para verle tocar... ¡Y al cabo pude asistir a varias clases! Murió poco después: ¡llegué justo a tiempo!

¿A tiempo para qué?
Oistrach me confesó: “Sé que tengo secretos... pero no sé cómo enseñarlos”, y vio en mí a la persona que sí podría hacerlo.

¿Y qué enseña?
Que quien conoce el sonido lo conoce todo. Cada persona tiene un sonido. El universo es vibración, emanada del tictac de la polaridad originaria, y como el de tu corazón.

Sea más preciso.
Se trata de reactivar conscientemente esas notas de vida, mediante ciertos ejercicios tomados de los métodos de los pianistas Claudio Arrau y Fedora Aberastury: se trabajan cerebro, manos, lengua, plexos, articulaciones, columna, sentidos...

¿Para tocar mejor el piano o el violín?
Es indiferente el instrumento musical; tocar bien un instrumento ¡exige primero aprender a respirar bien! Exige reactivar los motores internos del movimiento...

¿Una especie de reset interno?
Se trata de recuperar tu armonía psicofísica, rearmonizarte emocionalmente, reaprender a activar correctamente tu energía, bloqueada por tensiones, ¡y de ahí se derivará un estado de inspiración creativa!

¿Y el músico interpretará mejor?
He conocido a intérpretes con bloqueos musculares, tendinitis, artritis... que perturbaban sus capacidades: tras el curso música- energía recuperaron sus facultades.

¿Qué es la relación música-energía?
“Dame una cuerda y te explicaré el universo”, proclamó Pitágoras: la vibración es función proporcional del segmento de cuerda… Música, matemáticas, geometría… Tu armonía interna responde a proporciones matemáticas, igual que el cosmos. Restablécela y la energía fluirá: conectarás con tu emoción y sonarás como un instrumento afinado...

No basta el dominio virtuoso de la técnica...
No. La música es como la religión: ¡un sendero para conectar con el absoluto! Esto lo podemos sentir todos.

¿En qué ocasión lo ha sentido más que nunca?
Di un concierto en una nave románica del monasterio de la Oliva (Navarra)... y perdí la noción del tiempo, como si todo fluyese solo y yo observase desde fuera... Vi pasar la eternidad... ¡Cualquiera puede experimentarlo!

Parece hablar de un yoga musical...
Mejor de unas artes marciales... En mis cursos con alumnos, trabajo con su alma... ¡Les toco el alma! Igual que toco el alma de un violín, toco el de las personas.

¿Un violín tiene alma?
Sí, una piececita de madera que une las paredes de la caja del violín, suelta, sin encolar, movible: yo la muevo una sola micra... y cambia el sonido.

Y... ¿en qué parte de mi cuerpo está el alma?
Descartes dijo que en la glándula pineal, que hoy sabemos que está conectada con la punta de los pies, con el dedo gordo de los pies: ¡el alma está en el dedo gordo!

¿Es usted un psicoterapeuta de músicos, por tanto?
Psique significa alma: sí. Les enseño que somos música, que todos tenemos un sonido propio, que a través del cuerpo podrás hallarlo: estarás tocando el alma. Y entonces resonarás a coro con el universo.


Resonancias

“El universo es una caja de música”, explica Eidler, “pues está construida en proporciones equivalentes a los intervalos de la octava musical”. Dijo Einstein, violinista y matemático: “Sólo quiero conocer a Dios; lo demás son detalles”. Y se puso a tañer con fórmulas la música del universo. En esa línea está Néstor Eidler, al que han llamado “médico de médicos”: imparte técnicas que permiten tocar mejor porque, de hecho, se sanan de bloqueos y disfunciones. Eidler insiste en que toca el alma a través de cuerpo y alma (“la espiritualidad pasa por el cuerpo”), y en que todos podemos resonar con el Todo. Eidler es concertino de la Orquestra del Gran Teatre del Liceu (nestoreidler.blogspot.com).

Gran Teatre del Liceu


Gran Teatre del Liceu
Fotos: Pilar Vidal Clavería 

miércoles, 13 de abril de 2011

Confianza

Muchas veces hemos leído que el amor  es la otra cara del miedo, en esta entrevista con Éric-Emmanuel Schmitt,  la otra cara del miedo es la confianza.

Confianza y esperanza son básicos en nuestro caminar por el mundo.

Las dos películas de las que es director, El señor Ibrahim y las flores del Corán; Odette, una comedia sobre la felicidad, plasman con sus historias diferentes formas de mantener e incentivar la confianza y la esperanza de que todo es posible.

La reina de la esperanza en las Flores de Bach es Gorse y para la confianza pueden ser remedios clave Mimulus y Larch.

Éric-Emmanuel Schmitt, dramaturgo, escritor,  guionista y director de cine

Es urgente amar y decir a los que amas que los amas

Ima Sanchís, La Contra-La Vanguardia, 13 abril 2011

Hay dos opciones, o habitas el misterio con miedo y angustia o lo haces con fe, es decir, confianza.

...
De eso hablan todos mis libros y películas, de personajes que confían en lo desconocido, que viven con los brazos abiertos y que luchan contra las fuerzas negativas, la angustia y el miedo.

¿Y usted vive como sus personajes?
Sí, siempre estoy de buen humor, lo que sorprende a la gente, y soy infinitamente curioso. Una cosa que me ayuda a disfrutar de la vida es la imaginación, que me permite explorar todas las puertas del presente.

¿Cómo aplica la imaginación a la realidad?
La imaginación es dejarse invadir por el mundo y por la gente. Cuando estoy frente a alguien, me dejo penetrar por todas las sensaciones y las imágenes que emanan de ese individuo; es un conocimiento empático.

¿Y desde cuándo?
Tenía 29 años, me apunte a un viaje de aventura: diez días caminando por el desierto del Sáhara y me perdí.

¿Sin agua y sin comida?
Sí. Llegó la noche y pensé que iba a morir de miedo, pero ocurrió todo lo contrario. Me invadió la confianza, pasé una noche mística. Entré en ese desierto ateo y salí creyente. Me costó años poder hablar de ello, pero terminé confesando porque siempre me preguntan de dónde viene el optimismo de mis obras, y la fuente viene del desierto. Habito la vida con confianza.

¿No era así de niño?
Era alegre, pero extremadamente angustiado, tenía miedo a la nada y la idea de que la vida era inútil, un puro fenómeno material; hoy creo que es algo más que una agitación de moléculas y que todo está justificado.

Pues me ha partido el corazón.
El tema que trato en Cartas a Dios es duro, pero es una película optimista; un himno a la vida aunque la vida sea breve y frágil. Creo que hay que amar la vida como es, sin ilusiones, sabiendo que es corta, vulnerable y llena de dolor.

¿Cuándo fue la primera vez que se acercó a niños terminales?
Mi padre era fisioterapeuta y trabajaba con ellos. Desde que cumplí los ocho años, todos los jueves y los sábados, me llevaba con él al hospital; así que crecí pensando que lo normal era estar enfermo y lo excepcional tener salud.

¿Aprendió algo?
Al principio tuve miedo; luego aprendí que no tenía que permitir que la enfermedad construyera un muro entre ellos y yo. Y hablo de ello en la película: los padres de Oscar ven la enfermedad de su hijo en lugar de a su hijo, y el niño no lo entiende; cree que no le quieren. No hay que dejar que las situaciones se interpongan entre las personas.

Qué difícil es eso.
Ya adulto acompañaba a una amiga que iba a los hospitales de voluntaria. Jugando con los niños descubrí que son mucho más francos y directos. Cuando están en situaciones frágiles, quieren hablar de la enfermedad, de la muerte, de todo lo que les ocurre. Son los adultos los que están asustados, y crean angustia con su silencio e hipocresía.

Su película tiene algo muy profundo.
Un amor visceral por la vida tal y como es; no tal y como quisiéramos que fuera. Para mí, ser feliz no es tener una vida distinta a la que tengo, es entrar completamente en la que tengo; no es protegerse del dolor o la desgracia, es integrarlos en las tramas de la existencia. Con la misma vida puedes ser feliz o desgraciado; es una actitud mental.

¿Una actitud que usted ha aprendido?
Sí, puedes luchar contra tu negatividad y pesimismo. Eso quiere decir que la inteligencia y la experiencia pueden servir para algo.

Se adivina que ha vivido la muerte.
Sí, he acompañado a personas cercanas, a veces en largas agonías, y me ha hecho entender que era urgente amar y decir que amas; no hay tiempo que perder.

Sus mujeres son fuertes y tiernas.
Para mi el hombre es simplicidad y la mujer complejidad. Cuando una mujer dice no, nunca quiere decir no, ni cuando dice sí. La mujer es paradójica, es fuerza y herida. Si no veo su herida, no puedo entenderla.

¿Cómo es su madre?
Una fuerza sin ambigüedad ni ambivalencia. Creo que mi madre es un hombre.

¿Qué quiere contar?
Tengo una obsesión: mostrar que cada uno de nosotros podría haber sido el otro. Incluso escribí un libro sobre Hitler para demostrar que convertirse en un bárbaro está al alcance de cualquiera. Hay una búsqueda ética: cultivar lo mejor en lugar de cultivar lo peor, y por tanto una dimensión moral.

Cuesta trabajo ser bueno.
Sí, el mal se hace rápido y el bien es laborioso. En un segundo lo puedes destruir todo; por ejemplo, con un niño o en el amor con una sola frase.

¿Cómo se aprende la confianza?
Aceptando que no todo es racional, aceptando abrir las puertas de la sensibilidad y la irracionalidad de la vida. Hay que amar la necesidad y todo lo inevitable.

Pensar no es bueno para tener confianza.
Cierto. El pensamiento es el espíritu crítico, pero es necesario pensar hasta que llegas a ese umbral en el que el pensamiento ya no sirve para nada y ahí has de tirarte de cabeza: o al miedo o a la confianza.

Un día = diez años
Doctor en Filosofía, tiene un don especial para hablarnos de cosas esenciales con sutileza: la muerte, la felicidad, el dolor y todos los sentimientos que nos hermanan, sin necesidad de dramatizar. El resultado son obras de teatro, libros y películas (El señor Ibrahim y las flores del Corán; Odette, una comedia sobre la felicidad) que nos dejan con una sonrisa filosófica y el corazón revuelto. Tiene el don de conectar con la sensibilidad ajena y en su última película, fruto de un libro del mismo título: Cartas a Dios, que se estrena el viernes en España, nos cuenta los últimos días de Oscar y su relación con Mami Rosa, que le ayuda a descubrir el misterio a través de un trato: un día igual a diez años.
Hay dos opciones, o habitas el misterio con miedo y angustia o lo haces con fe, es decir, confianza.





Larch, Larix decidua
Foto: Pilar Vidal Clavería

sábado, 12 de febrero de 2011

Mirar juntos

T. Barry Brazelton, pionero de la pediatría moderna; creador de la escala Brazelton.

Tengo 92 años y la inmensa suerte de haber visto mi investigación convertida en una vida mejor para todos. . . ¡Y se reían de mí! Nací en Texas, pero soy demócrata y pro Obama: rechacé una invitación de los Bush a cenar. Colaboro con Ajut Nens Necessitats Especials (ANNE).

Cuando nací, se creía que los niños eran apenas arcilla para que nosotros los moldeáramos; seres sin identidad propia... Hasta el punto de que se llegaba a operarlos sin anestesia porque se creía que no sufrían igual que los adultos.

Lluís Amiguet, La Contra-LaVanguardia, 12 de febrero 2011

¿Por qué se hizo pediatra?
Decidí serlo a los ocho años; después de haber cuidado a mis primitos unos días y haber deseado con todas mis fuerzas meterme en sus cabecitas para entenderlos.

¿Y qué hay dentro de sus cabecitas?
Tienen su personalidad ya desde el senomaterno. Nuestra soberbia nos hace creer que podemos hacer de un niño lo que nos propongamos, y es al contrario: son los niños quienes nos educan.

¿El que es tozudo lo es desde el útero?
Es lo que demostré durante años de investigación: son los niños –cada uno con su carácter– los que, con su modo de actuar, acaban determinando la conducta de sus padres.

En el fondo es un alivio saberlo.
Porque el complejo de culpa es inevitable reverso del de superioridad. Como los padres se creen capaces de moldear a su gusto al bebé, mero proyecto, desde la cuna hasta la edad adulta, también se sienten culpables –“¿qué hemos hecho mal?”– cuando ese niño no les sale como ellos habían deseado.

Y los papás no son siempre culpables.
También a los pediatras, pedagogos y otros profesionales nos gusta pensar en nosotros mismos como los únicos que sabemos qué hacer con los niños, pero los verdaderos expertos en cada niño son sus padres.

Suelen ser los más angustiados.
Aun así, los expertos no podemos decir a los padres qué deben hacer, sino preguntarles a ellos qué debemos hacer y mirar juntos al niño para que nos lo diga él con su conducta. Después, trabajaremos desde su personalidad con disciplina, sabiendo que la disciplina no es castigar, sino enseñar.

Hay niños que tienen cada momento...
No controle al niño: enséñele autocontrol.

Si tienen personalidad, los bebés también tendrán su cultura...
¡Y qué diversa! Durante años combiné la pediatría con la antropología cultural, y estudié el embarazo y el parto en los indios mexicanos; en África y en Japón.

¿Y qué descubrió?
¡Ya en el seno materno se comportan como indios, africanos o japoneses!

¿Cómo?
Los embriones mexicanos eran plácidos y tranquilos, como sus madres, y en las islas Goto, junto a Japón, la embarazada estaba tan atendida por todos que su grado de relajación era máximo. El resultado es que cuando hacía allí mis pruebas a los recién nacidos ¡mantenían la atención 30 minutos!

Una gran marca, incluso para adultos.
En cambio, los bebés de Tokio la mantenían 18 minutos, y los estadounidenses, 12.

¿Y los africanos?
Sus madres ya en el embarazo educan su psicomotricidad –saltan, cantan y bailan– y después toda su cultura está enfocada a mejorarla: los zarandean; mueven; y hacen correr... Y caminan antes. Pura expresión corporal. Lo comprobé con los gussi de Kenia.

Después son grandes atletas.
Pero no tan buenos manteniendo la atención: es necesario encontrar un equilibrio.

Además, su descubrimiento de los touchpoint revolucionó la pediatría.
Sólo demostré que los niños no crecen de forma uniforme y regular como se creía.

¿Dan estirones?
Su crecimiento se acelera o frena y después da otro acelerón... Y frena... Son periodos de organización-desorganización.

Duros no sólo para el niño, doctor.
Pero menos si sabes comprenderlos: el caso es que esa desorganización puede ser afrontada por los padres si aprenden a mejorar la autoestima de sus hijos cuando más la necesitan. Y para ello creé el método de los momentos clave (touchpoints).

Hacerse mayor duele.
Crecer es de por sí una tarea muy estresante, y los niños que cuentan con adultos que confían en ellos crecen mucho mejor.

Hoy parece de sentido común.
Pues no lo era: créame. Soporté muchas risitas antes de que mi trabajo tuviera consecuencias políticas y después en las vidas de todos. Algo de lo que me siento orgulloso.

Cuéntenos.
Estas investigaciones demostraban lo esenciales que son los primeros años en la formación de los ciudadanos y el futuro de un país y dieron lugar a la ley de 1986 de EE.UU., que contribuyó a abrir camino en el mundo a los permisos de paternidad.

Una conquista social de primer orden.
El premio Nobel de Economía James Heckman utilizó mi trabajo para argumentar que la inversión pública en el embarazo y primeros cuatro años años de vida de los ciudadanos en medicina preventiva, guarderías, alimentación, conciliación familiar, permisos para los padres o atención psicosocial era mucho más rentable que la realizada en ciudadanos ya adultos.

¿En qué medida?
Cada dólar invertido por el Estado en ciudadanos menores de cuatro años es un diez por ciento más rentable para la sociedad que los destinados a los mayores.

Hoy parece casi una obviedad.
Entonces cambiamos las prioridades de inversión mundial y con ellas las vidas de millones de personas: por eso tengo millones de motivos para ser feliz.

Los nenes piensan

Almuerzo con el doctor Brazelton y la grata complicidad de sus vivísimos y nonagenarios ojos azules. Es de los grandes que han pasado por La Contra: lo percibo en la modestia y naturalidad con que me cuenta cómo logró cambiar el modo en que miramos a los niños; se les creía meros proyectos sin personalidad y por él sabemos hoy que son personas ya desde el útero. Y gracias a él, los gobiernos dedican a los menores de cuatro años y a sus hospitales, sus guarderías y sus papás lo suficiente como para haber incrementado la duración y calidad de la vida de millones de personas. Sólo han pasado 84 años desde que este niño de Texas se preguntó qué demonios pensaban –si es que pensaban– sus traviesos primitos.





 

 Salida sol Barcelona, febrero 2011
Fotos: Pilar Vidal Clavería

El capítulo Cinco de la obra del doctor BachCuráte a ti mismo,  está dedicado a la paternidad, como oficio privilegiado, que pasa de uno a otro, de carácter transitorio y que se transmite de generación en generación.

jueves, 27 de enero de 2011

Palabras


Aunque tenemos muchas maneras de comunicarnos y el lenguaje corporal es reflejo de nuestras emociones y sentimientos, las palabras tienen poder y es necesario que se manifiesten con coherencia con lo que sentimos y con lo que pensamos.

Encuentro muy acertadas las reflexiones que nos muestra José Carlos Aranda en la entrevista de hoy en La Contra de La Vanguardia,  como el simple ejercicio de describir en un papel al hijo de nuestros sueños y la de que podemos ser felices si trabajamos en ello. 


El volver al origen de una de sus últimas respuestas me lleva a la canción de Macaco, Moving:

Volver al origen no es retroceder, quizás sea andar hacía al saber...

José Carlos Aranda, doctor en Filología Hispánica y ensayista

Cordobés, 53 años. Casado, hace 28 años, y con dos hijos. Soy profesor en un centro de secundaria. Vamos hacia una aldea común en la que hay que redefinir las relaciones internacionales para promover el mayor bien al mayor número de personas. Soy católico practicante.

Ima Sanchís,  La Contra - La Vanguardia, 27 enero 2011

¿Qué tiene que ver la gramática con la vida?
Nuestros actos están determinados por nuestros pensamientos, que formulamos con palabras, frases, oraciones...

¿El habla me condiciona?
Del dominio del lenguaje depende nuestra capacidad de elaborar reflexiones más o menos profundas y producir actos combinados. Imagine que suprimiéramos el yo.

¿Nuestra realidad cambiaría?
La individualidad sería impensable. Viviríamos en el universo de las hormigas.

La vida humana está llena de incoherencia, lapsus, errores...
Sí, pero la incoherencia en la vida conduce a la frustración y a la infelicidad de la misma forma que la incoherencia gramatical conduce a una frase sin sentido.

Nuestros actos nos definen.
Nuestra vida es una novela. Los actos y decisiones diarias son la tinta indeleble con la que escribimos su argumento.

Los actos son también el camino que ofreces a los demás para comprenderte.
Así es, yo no puedo juzgar tus pensamientos porque no los oigo, sólo tus palabras. De la misma forma, yo no puedo juzgar tus intenciones, sólo tus actos, que es lo que veo, y a través de ellos compongo tu imagen.

¿Existe una gramática de la felicidad?
Sí, cuando mi proyecto de ser y mis actos caminan en la misma dirección.

De acuerdo, ¿pero qué tiene que ver con la gramática?
En la lengua antes de hablar tienes que saber qué quieres decir: en la vida antes de vivir tienes que saber qué quieres ser.

Pues lo saben bien pocos…
Hay que desprenderse de todo para mirarse a uno mismo y comprender que lo primero es la propia existencia, y que si no te tienes a ti mismo no tienes nada. Hay un proyecto de ser que preexiste, está en el pensamiento.

¿Cómo descubrirlo?
Coja papel y lápiz y describa al detalle cómo desearía que fuera el hijo de sus sueños: deportista, intelectual, artista, con fe, sin fe… Acaba de definir su propio ideal, el que no alcanza por las vicisitudes, el que no se atreve a buscar.

No nos atrevemos porque las cosas sean difíciles, sino que son difíciles porque no nos atrevemos, decía Séneca.
Muy a menudo somos elefantes de circo: una experiencia inoportuna nos condena a un estado de frustración y nos impide tener la valentía de actuar en la vida.

¿Qué tienen que ver los elefantes?
En los circos ambulantes los ataban a una estaca, sólo tenían que tirar un poco para liberarse, pero no lo hacían porque ya lo intentaron de pequeños y de adultos seguían pensando que era imposible.

Entiendo.
Debemos ser muy conscientes de que la lengua es el sistema operativo que instalamos en cada mente al nacer. Un mal ordenador con un buen sistema operativo da muchísimos mejores resultados que a la inversa.

La genética también nos determina.
Sí, y mis circunstancias son mi realidad, pero sobre ambas está mi voluntad, mi pasión por ser. Lo que yo toco se transforma en función de mi deseo de ser. La realidad es la piedra, dásela a un arriero cansado y hará un asiento, dásela a Miguel Ángel y hará La Piedad. Estamos hablando de una misma realidad, ¿qué la transforma?... El telos de Aristóteles, la esencia en el ser que comporta un destino.

No somos los autores exclusivos de nuestro propio personaje.
La realidad actúa en mí en función de cómo yo la concibo y cómo la manejo. ¿Pero por qué esos impulsos negativos que nos impiden disfrutar? Los malos sentimientos prosperan porque tenemos capacidad de sentir. La misma tierra que abona el rosal hace crecer la mala hierba, con lo cual habrá que estar muy atento, arrancarla cuando nace para que no se adueñe de nuestro espíritu.

Reglas para una buena sintaxis vital:
Coordinar nuestros actos en función de lo que pretendo ser en la vida. Y el principio de la linealidad, cada cosa en su momento: normalmente vivimos como en un trastero revuelto y hay que iluminar objeto por objeto, descomponer los tiempos, ser sólo madre cuando estás con tu hijo, ser sólo amante y amiga cuando estás con tu pareja...

¿Y usted a qué conclusión ha llegado?
Que podemos ser felices si trabajamos en ello. Hay que crear espacio y tiempos para reestructurar sentimientos y sensaciones, positivizar lo negativo. Decía un viejo indio: dentro de mí viven dos lobos, uno me lame la mano, el otro trata de morderme el cuello. ¿Quién ganará? Aquel que yo alimente.

¿Qué hacer con la falta de autoestima?
La única solución es volver al origen: la respiración, ir a lo esencial para descubrir que lo maravilloso es que estás vivo. Y si te has fallado a ti mismo, busca tu reflejo en los demás, porque te darán una imagen de ti mismo mucho más real que la que tú tienes.

¿Qué intenta darle a sus alumnos?
Yo no tengo nada mejor que dar que a mí mismo, el conocimiento es una excusa.

¿Qué necesitan?
Cariño, sinceridad y que se les hable claro; y enseñarles a combinar. Muchas veces perdemos la oportunidad de realizar las cosas porque queremos que la realidad se adecue a la visión que tenemos de lo que debe ser. Mejor combinar los elementos de que dispongo para acercarme a mis objetivos.

Un privilegio
 
Este hombre reflexivo y sin arrogancia es profesor de secundaria –¡qué privilegio tener un maestro de esta categoría!–, defiende el entusiasmo como herramienta vital y la búsqueda de sentido como norte. Filólogo amante de la filosofía, mezcla ambas en un extraño y bello ensayo: El libro de la gramática vital (Almuzara). La aventura de nuestra vida es una novela, explica. Como todo texto, en sí, es la unidad de comunicación más compleja que podemos diseñar, y la única que de verdad importa. Siguiendo la retórica clásica: primero inventio, saber qué quieres; luego dispositio, planificar y estructurar cómo vas a ejecutarlo, y por último, expositio, hacerlo realidad: vivir la vida que has elegido.

Dentro de las Flores de Bach tenemos a dos de los remedios que tienen a la palabra Wild (silvestre) en común y que nos ayudarán a encontrar el sentido como norte y a tener al entusiasmo como herramienta vital.

Wild Oat , Bromus ramosos

Para aquellos que ambicionan hacer algo importante en la vida, que quieren adquirir mucha experiencia y gozar todo lo que les sea posible, viviendo plenamente. Su dificultad consiste en poder determinar qué ocupación deben seguir, ya que aunque sus ambiciones son fuertes, no tienen una vocación que los llame más que otra. Esto les puede acarrear demoras e insatisfacciones.

Los doce curadores y otros remedios
E. Bach, 1936 



Para la insatisfacción, la frustración y la falta de sentido,  Wild Oat aportará información del camino a seguir,  permitiéndo encontrar el sentido de la vida, de una manera serena y clara, partiendo de una herramienta que tiene muy a mano: su propia intuición

Wild Rose, Rosa canina

Para quienes sin una razón aparentemente suficiente, se resignan a todo lo que les ocurre, y apenas se deslizan por la vida, tomándola como viene, sin hacer ningún esfuerzo por mejorar las cosas y encontrar un poco de felicidad. Han abandonado la lucha por la vida sin lamentarse.

Los doce curadores y otros remedios
E. Bach, 1936

La apatía total e indiferencia que  se siente en un estado Wild Rose negativo, se revierte con la toma de la esencia en entusiasmo, no desmesurado como en Vervain, sino disfrutando de la alegría de vivir, del estar presente aquí y ahora.


miércoles, 12 de enero de 2011

Realidades en red

Tener una identidad digital y el trabajo en la red,  nos guste más o menos, son una realidad.

Si ayer hablábamos de herramientas y recursos a fomentar a través del proceso educativo, hoy también tenemos herramientas, las que proporciona la red y de cómo aprender a utilizarlas,  de la necesidad del equilibrio entre nuestro mundo on line y off line y el valor imprescindible del contenido en la red.

Las Flores de Bach también están bien presentes a través de blogs, webs y en las redes sociales como el facebook.

A  los Doce primeros remedios del doctor Bach también se les conoce como las 12 ventanas o virtudes del Alma o 12 lecciones de Vida,  como dice Antoni Porras ahora tenemos la oportunidad a través de la red de que se hagan visibles al mundo,  24 horas, siete días a la semana.

Antoni Porras: "La identidad digital no es sólo tener un perfil, también hay que cuidar su reputación"

El 'networker' profesional dice que hay un antes y después a la hora de hacer contactos con las redes sociales 

Jesús Sancho, La Vanguardia, 12 enero 2010

Fenómenos como Facebook, la red social por excelencia, son algo más que modas pasajeras, son una incontestable revolución, un auténtico cambio de paradigma. Así de convencido se muestra de las nuevas posibilidades que ofrece internet Antoni Porras, 'networker' profesional, autor del libro 'Net…Qué?! Networking para todos' (Ediciones CEF- Centro de Estudios Financieros). Pero para Porras en la "era de la conectividad" ya no basta solo con hacer contactos. El fundador del 6º NetworkerClub, el primer club de 'networking' profesional español, destaca la importancia de tener una identidad digital.  Aunque antes de crearla es esencial elaborar un plan de 'networking' y posteriormente no hay que olvidarse de su reputación. "¿Qué se dice de nosotros? ¿Dónde? ¿Por qué? Esta información nos ayudará a saber qué estamos haciendo y poder potenciarlo o corregirlo", afirma Porras.

-  Empezando por el concepto, ¿cómo definiría el 'networking'?
- La traducción literal sería 'redeando' pero esta palabra no se utiliza por lo que la traduciríamos como trabajo en red. El 'networking' es la gestión estratégica de los contactos on line y off line. Y como esto te da presencia, visibilidad, y credibilidad para encontrar trabajo, clientes o potenciar una marca.

- ¿Existe un número ideal de contactos?
- Según algunos estudios una persona puede gestionar unos 150 contactos. Un escritor alemán, Uwe Scheler, decía que si tienes de uno a 100 contactos es una red pequeña, de 100 a 500 es una red mediana y más de 500 una red grande.

-¿Qué es más importante la cantidad o la calidad de los contactos?
- ¡Es la pregunta del millón! Hay un proverbio ruso que dice que la cantidad lleva a la calidad. El 'networking' te puede permitir conocer a esa persona que en principio te parece inalcanzable. También no sólo es importante hacer contactos, sino que estos contactos deberían convertirse en referencias y estas referencias en recomendaciones.

-¿De qué manera las redes sociales han cambio la forma de hacer 'networking'?
- Esto es una revolución, absolutamente un cambio de paradigma. El 'networking' es estructurar tu red de contactos y esto nos lo ha permitido las redes sociales. Especialmente con Facebook ha habido una gran explosión del 'networking'.

- ¿Cree que lo de las redes sociales son una moda pasajera?
- Las redes sociales han cambiado el canal de comunicación. Yo no creo que lleguen a desaparecer. Es una moda que ha venido para quedarse. La red nos ha dado unas herramientas y ahora lo que hay que hacer es aprender a utilizarlas.

- Con las posibilidades que ofrece internet, ¿el 'networking' ha dejado ser sólo para unos pocos?
- Si tienes un contenido, un proyecto y una red de contactos que gestionas estratégicamente puedes hacer 'networking'. Uno de mis mensajes en el libro es que el 'networking' no es para unos pocos sino que cualquiera puede hacerlo.

-¿Qué es más importante tener más contactos virtuales o presenciales?
- Es importante que en el 'networking' mantengamos un equilibrio entre el on line y off line. En nuestra vida diaria hacemos muchos contactos, unos pueden ser para ocio y otros para negocio. Tampoco hay que descartar nunca que el contacto profesional puede pasar al social y al revés.

-¿Cómo se puede crear 'networking' en la red?
-  Antes de todo es básico realizar un plan estratégico. Después hay que crear comunidad y aportar contenido. En internet tambien van a ser muy importantes las redes verticales donde por temáticas o intereses están los clientes, proveedores o la competencia de un determinado sector.

-  ¿Cuáles son los principales riesgos del 'networking' en la red?
-  Cuando se habla de los riesgos siempre sale el tema del la privacidad. Hoy en día hay una serie de filtros para controlarla. Pero yo creo que el riesgo es no estar en la red.

-  Otro punto básico es la creación de una identidad digital, ¿cómo debe ser?
- La identidad digital debería comprender un perfil en una red generalista, como en Facebook, y en una profesional, como Linkedln. Para tener esa identidad completa también se recomienda tener un blog, un canal de fotografía y otro de vídeo.

-¿Por qué es importante cuidar la identidad digital?
- Hay que entender que quieras o no vas a estar en la red y van hablar de ti. Y si no hablan de ti o no estás en la red no existes. Para tener una identidad digital ya no sólo es tener un perfil en una red social o profesional sino que también hay que saber cuidar su reputación.

- ¿Cómo se puede cuidar la reputación digital?
- Hay empresas especializadas en reputación on line. La reputación hay que vigilarla y hoy en día existen herramientas para hacer un seguimiento. Una función del 'community manager' es gestionar esta reputación. Lo importante es que hablen de ti pero, por supuesto, bien. Lamentablemente un comentario negativo hace mucho más ruido que cinco, siete u ocho positivos. Hay que entender que tienes que establecer un diálogo y habrá gente a quien no le gustes. Esto también forma parte de la identidad digital.

-¿Las empresas actualmente están aprovechando las ventajas del 'networking' en la red?
- Hay algunas que lo están aplicando correctamente. Pero todavía nos falta. Es difícil entender que actualmente existen muchas empresas que no tienen ni página web. No se han dado cuenta de que la red es una ventana al mundo y sobre todo estás visible 24 horas, siete días a la semana.

-¿Cómo deben gestionar las empresas su identidad digital ?
- Hasta ahora era un monólogo. Ahora podemos establecer un diálogo. Hay firmas que han entendido muy bien esto. Por ejemplo, Dell con sus cuentas de Twitter con las promociones aumentó en dos años la cifra de volumen de negocio en seis millones y medio de dólares.

- Más allá del ámbito empresarial, ¿existe mucho conocimiento  del 'networking' en nuestro país?
- Existen cursos y eventos en los que se potencia el 'networking' presencial. Quizás el anglosajón es más estructurado pero el mediterráneo socializa más por lo que en el momento que empiece a estructurar las herramientas tiene un gran potencial.


Impatiens, Jardí de les essències, mayo 2007
Foto: Pilar Vidal Clavería

martes, 11 de enero de 2011

Deseo de aprender

En el 2009 José Antonio Marina apareció en este blog en dos ocasiones, la primera en mayo con motivo de una entrevista en La Vanguardia y que titulé Responsabilidad y Respeto

De aquella ocasión además del interés de la entrevista destaco el comentario que hizo a la entrada  Elvira Coderch,  una frase de Platón:

"Cuando los padres se acostumbran a dejar hacer a los hijos; cuando los hijos ya no hacen caso de sus palabras; cuando los profesores tiemblan ante sus alumnos y prefieren adularles; cuando, finalmente, los jóvenes desprecian las leyes porque no reconocen, por encima de ellos, la autoridad de nada ni de nadie... entonces... aquí tenemos, en todo su esplendor y en toda su juventud, el principio de la tiranía."

La segunda ocasión fue en septiembre, en Gracias, cuando este blog cumplía un año de existencia y en un libro de José Antonio Marina encontré una definición de Sentir que me gusto especialmente.

¿Cómo puedo pasar de "sentir/viajar" a "sentir/experimentar" se sigue preguntando, y le responden: "Porque experimentar es viajar".

Resulta pues que la etimología de la palabra experimentar procede de la raíz per- que significa ¡"viajar"!. Así que sentir y experimentar son dos formas de viajar.

Hoy de nuevo José Antonio Marina, nos aporta en esta entrevista unos recursos y herramientas fundamentales que deben fomentarse a través de todo el proceso educativo.


José Antonio Marina, filósofo y pedagogo

Tengo 71 años. Nací en Toledo y vivo en Madrid. Estoy casado, mi mujer tiene hijos y aprendo mucho de mi nieta de 3 años. Las soluciones políticas tienen que ser éticas o no valen. Soy cristiano: una figura como Jesús permite una interpretación de la realidad muy interesante

El talento es el conocimiento al servicio de una vida lograda

Ima Sanchís, La Contra - La Vanguardia, martes 11 enero 2011

Qué es el talento?
 El talento es la inteligencia triunfante.

¿Hay inteligencias que fracasan?
Bobby Fischer, talentoso en el ajedrez, fracasaba en cuanto se separaba medio metro de un tablero.

Hay múltiples talentos...
Sí, pero hay un tipo de inteligencia situada en un nivel superior: la  inteligencia práctica, la guía de nuestra vida.

Entiendo.
La inteligencia triunfante consiste en que una persona tenga ideas  adecuadas al momento, soluciones a los problemas, una manera adecuada de comunicarse con los demás, que sepa utilizar sabiamente sus recursos, y que tenga buenos sentimientos.

Es mucho pedir.
No se trata de que los niños aprendan muchas cosas, sino de que con lo que han aprendido se les ocurran buenas cosas; no se trata de meterles ideas, sino de que seamos capaces de organizar su capacidad de producción de ocurrencias de modo que sean buenas.

¿Por ejemplo?
Ciertas creencias básicas que el niño aprende van a ser determinantes en su vida. Por ejemplo: hay niños que creen que la inteligencia es algo con lo que se nace; otros, que es algo que se adquiere, y eso produce formas muy diferentes de aprendizaje.

... Y de afrontar la vida.
Sí, será un pesimista o un optimista. El conocimiento tiene que estar al  servicio de la vida. No educamos para tener buenos resultados escolares, sino buenos resultados vitales fuera de la escuela.

... Lo olvidamos demasiado a menudo.
Deberíamos invertir menos tiempo en clasificar a los niños y ayudarles más a identificar y cultivar sus habilidades y sus dones naturales, porque el talento se educa.

¿Cómo?
Hay seis recursos fundamentales que deben fomentarse a través de todo el proceso educativo. Uno: una idea del mundo veraz, rica, amplia y llena de posibilidades.

Dos.
Un pensamiento fluido, riguroso, creativo, capaz de resolver problemas.

Tres.
Un tono vital activo, seguro de sí mismo, optimista y resistente.

Cuatro.
El aprendizaje de la libertad: entender la responsabilidad personal, construir la voluntad, formar la conciencia moral y entender las virtudes de la acción.

Cinco.
El aprendizaje del lenguaje es fundamental, no sólo para comunicarse con los demás, sino sobre todo para hablar con uno mismo. Los niños impulsivos no tienen una mediación lingüística entre el deseo y el acto, han de aprender a darse ordenes a sí mismos, porque si ese mecanismo no se forma, los niños no tienen control interno de sus actos.

Seis.
La sociabilidad. La educación del talento pasa por la educación intelectual, la educación afectiva y por desarrollar los sistemas de dirección de la propia conducta y dar criterios claros de lo bueno y lo malo.

¿Y cuáles son las herramientas?
Los tres grandes recursos educativos de los padres son la ternura, la  exigencia y la comunicación. El premio es el gran recurso para suscitar conducta, y el mayor premio es sentirse importante.

Hábleme del castigo.
Hay que saber que únicamente sirve para evitar conductas, pero no para promoverlas. Los niños quieren jugar y quieren crecer, sentirse capaces de hacer cosas, y ese es el gran dinamismo de los seres humanos.

¿Hay que decirles “tú puedes”?
Tanto padres como escuelas deben proporcionarle su momento de éxito, una tarea en la que, con sus limitaciones, se sienta triunfador. La motivación es la suma de deseo, expectativas y facilitadores (hábitos, esperanza de conseguirlo, confianza, destreza).

Dad al niño el deseo de aprender y cualquier método será bueno (Rousseau).
Hay que enseñar al niño a hacer proyectos porque unifican la atención y producen un enganche muy fácil con las motivaciones. Canadá es el país más avanzado en educación y están introduciendo la educación por proyectos desde la primaria. Hay que educar la voluntad.

Nadie nace con ella.
Los niños deben aprender a soportar el esfuerzo y comprender que tomar decisiones es una cosa molesta, hay personas que llegan a adultos con esa carencia.

¿Cómo ayudarles a ser felices?
Fomentando en ellos una actitud activa. Cualquier problema que pueda  resolver un niño no se lo debemos resolver nosotros. Debemos ayudarles a desarrollar una seguridad básica y un optimismo básico. Y fomentar la valentía, es decir, no dejar de hacer una cosa por la dificultad que entraña; la pereza y la mentira son actitudes cobardes.

¿Cómo podemos ayudarles a manejar sus sentimientos?
El niño debe saber nombrar los sentimientos que le asaltan, saber que lo que siente es miedo, rabia o angustia. Nombrarlos es poder manejarlos; por tanto, hay que favorecer que el niño hable de los sentimientos, sobre todo de los contradictorios, pero teniendo claro que ese no es momento de educar (adoctrinar o interrogar), sino de escuchar.

La alegría de educar

Llevo muchos años siguiendo y admirando a este filósofo que tiene la virtud de hacer fácil lo difícil, y su mayor herramienta, además del rigor y la curiosidad bien nutrida, es su sentido común. Consciente de que para educar a un niño hace falta la tribu entera, Marina se ha embarcado en un proyecto apasionante: la Universidad de Padres, una puesta en común y un curso de once meses por internet, un acompañamiento a los padres de un grupo interdisciplinar de pedagogos y psicólogos, y una colección de libros para padres y docentes, manuales de navegación prácticos y optimistas: ¿(...) educar debe ser una actividad alegre?. El primero de ellos es La educación del talento (Ariel).

Niños en Kyrgyzstan, junio 2009
Foto: Pilar Vidal Clavería

jueves, 6 de enero de 2011

Cooperación

El próximo mes de febrero se publicará un nuevo libro de Jordi Cañellas, La Conciencia de Gaia, se trata de un libro en el que Jordi ha trabajado durante unos cuantos años.

Esta vez no se trata directamente de Flores de Bach, aunque están incluidas y él mismo comenta que da pistas sobre sobre de donde venimos, donde vamos y qué podemos hacer para llegar.










El nexo de unión entre este nuevo libro y la entrevista de La Contra de hoy es una palabra, Cooperación.

Jordi nos dice:

Nos han hecho creer que la evolución se ha dado por la supervivencia del más fuerte. ¿Y si esto no fuera exactamente así? ¿Y si fuera la cooperación la que más ha contribuido a la evolución del universo y de la Vida? Seguidme en este recorrido del Big Bang a la actualidad y os daréis cuenta, como yo, que la Vida es Cooperación por encima de todo.


Y esto es lo que podemos leer por parte de Montserrat Moreno.

La cooperación es lo que ha hecho posible la vida

Montserrat Moreno, doctora en Psicología


Tengo 72 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy catedrática emérita de la facultad de Psicología y licenciada en Pedagogía. Soltera y con muchos compromisos de los otros. La política tiene que ser cooperación, trabajar para la mayoría. No necesito la hipótesis de Dios


Ima Sanchís, La Contra - La Vanguardia, 6 enero 2011

Para llegar a las raíces del amor hay que retroceder hasta los orígenes de la vida.

¿Las bacterias procariotas se amaban?
Según los estudios de Lynn Margulis cooperaban, se transferían genes, lo que les permitía sobrevivir en un medio hostil. De esta cooperación primigenia nace a lo largo de muchos siglos de evolución lo que entendemos hoy por amor. Cooperar es una necesidad vital.

No es lo que postulaba Darwin...
Margulis suma un matiz al darwinismo, otra mirada: el más fuerte es el que coopera.

¿Qué añade usted?
Cada uno de nosotros construye el universo mental en el que habita. La realidad no es lo que ocurre fuera, es lo que ocurre dentro de nosotros. Para cada cual sólo es real aquello en lo que cree, y sólo es posible lo que es capaz de imaginar.

¿La única verdad que reconocemos es aquella en la que creemos?
Sí, y se ve muy claro ante un conflicto, que son dos maneras distinta de interpretar una misma realidad. Si uno no sale de su universo para aproximarse al del otro, es muy difícil conseguir tener un universo común, y por tanto entrar en armonía.

Intentar lo intentamos todos, o casi...
Desde niños deberíamos aprender a resolver conflictos como se aprende a resolver problemas matemáticos.

¿Qué debo preguntarme?
Hay que analizar el propio punto de vista, relativizarlo, y aprender a ponerse en el lugar del otro.

El amor es amplio.
Cada uno imagina cómo debe ser una relación amorosa, y mentalmente organizamos modelos que nos parecen los más coherentes y naturales o “normales”.

La sociedad dictamina lo “normal”.
Sí, y hay culturas actuales que desconocen la paternidad. Los habitantes de las islas Trobriand, archipiélago al sur de Papúa Nueva Guinea, no asocian el acto sexual con la reproducción. Según sus creencias, los niños nacen cuando el espíritu de un antepasado se introduce en alguna mujer.

¿Hombres y mujeres se casan?
Sí, pero el marido no es considerado padre, esa noción no existe. La autoridad sobre los hijos la ejerce el hermano de la madre.

¿Hay promiscuidad?
Los trobriandeses tienen la costumbre de ir a visitar amigos a otras islas. Cuando regresan a su hogar tras un año de ausencia, puede que su mujer haya tenido un nuevo hijo, lo que es un motivo de alegría para él.

Qué simpáticos.
Para la sociedad china mosou no existe el matrimonio. Cuando la hija llega a la mayoría de edad, tiene derecho a un recinto propio dentro de la casa materna en el que puede recibir a cuantos hombres desee y tener relaciones libremente.

¿Y si se encariña con alguno?
Será su preferido, pero él nunca se quedará a vivir en casa de ella, ni ella se irá a vivir a casa de él. Y si tienen un hijo pasará a formar parte de la familia de la madre.

¿Quién elige a la matriarca?
El grupo, escogen a la más inteligente, y esta distribuye diariamente el trabajo de todos. Los hombres mosuo no quieren ni oír hablar de nuestro modelo de matrimonio, dicen que cuando la pareja no funciona y se rompe, los hombres se quedan sin familia, sin embargo ellos no.

Parece un buen sistema.
Los masái de Tanzania son polígamos, pero con ciertas particularidades. Los hombres se casan mayores, cuando ya han cumplido como guerrero con la comunidad, a partir de los 30 años. Mientras tanto, tienen derecho a ir a dormir con alguna de las mujeres casadas, y es la mujer la que elige.

¿... Al joven guerrero que le apetezca?
Sí, y si tienen descendencia el marido se queda con los hijos, que son considerados un bien. Y la mujer que llega al matrimonio con un hijo es más valorada porque está claro que no es estéril y aporta un hijo al clan.

¿Aceptarán extranjeras?
Hay muchas maneras de amar, y cuantas más conozcamos, más libres nos sentiremos. Hasta principios del pasado siglo existía en China un tipo de matrimonio que consistía en casarse con un hombre muerto.

¿Por qué?, ¿para qué?
Había mujeres que trabajaban, se sustentaban y querían ser libres, pero su sociedad no les permitía la soltería. Sus familias las obligaban a casarse porque querían tener relaciones con otra familia, entonces se casaban con el hijo muerto de la otra familia.

Ese sí que no protestaba ni exigía.
Esa modalidad de matrimonio se llamaba “casarse con una lápida”, y tenía mucho éxito, los difuntos solteros iban buscadísimos. Ya ve, en el mundo actual y en la historia, existen muchas formas de relación.

¿Qué propone para nuestra cultura?
Para establecer buenas relaciones es necesario superar nuestro egocentrismo. Permítame que le cite a Confucio.

Adelante.
“¿Por qué la gente se empeña en buscar otras salidas cuando la puerta está abierta?”.

¿...?
No hay que presuponer que el otro es lo que yo pienso que es, sino averiguarlo, hablar con la persona que tienes delante. Pocas veces exponemos nuestra idea frente al otro de una manera abierta, nos limitamos a reaccionar. Hay que trabajar con uno mismo.

Amor primigenio
En su estudio sobre el amor, la cooperación y el conflicto, Cómo construimos universos (Ed. Gedisa), Montserrat Moreno y Genoveva Sastre parten de los estudios de Lynn Margulis sobre las primeras bacterias que habitaron la Tierra, y que demuestra que la cooperación y no la competencia fue la responsable de la evolución. Sus propios estudios experimentales demuestran que los jóvenes siguen vinculados a una idea romántica del amor, e insisten en la necesidad de extender en colegios y universidades programas de aprendizaje en la resolución de conflictos y de conocimiento de nuestros propios sentimientos: ... ¿O estaremos siempre sufriendo por los conflictos emocionales propios y ajenos?.
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