El Guerrero es el arquetipo positivo o funcional que vimos en el Amarillo y el tercer chacra es una persona poderosa con un sentido definitivo de valorarse a si mismo, que posee la fortaleza interior para ver realizados sus sueños y la tranquilidad para afrontar retos físicos y emocionales, refleja en forma afirmativa nuestros niveles de autoconfianza, autovaloración y poder personal.
Azotea de la Pedrera de Caixa de Catalunya, Antonio Gaudi
Fachada de la Pasión, Sagrada Familia, Josep Maria Subirachs
Quixot, Metro Diagonal de Barcelona, Pedro Delso Rupérez
La gran diferencia entre un guerrero y una víctima es que ésta se reprime y el guerrero se refrena.
Fotografías: Pilar Vidal Clavería
Las víctimas se reprimen porque tienen miedo de mostrar sus emociones, de decir lo que quieren decir.
Refrenarse no es lo mismo que reprimirse. Significa retener las emociones y expresarlas en el momento adecuado, ni antes ni después.
Esta es la razón por la cual los guerreros son impecables. Tienen un control absoluto sobre sus propias emociones y, por consiguiente, sobre su propio comportamiento.
Los cuatro acuerdos
Miguel Ruíz