PILAR VIDAL CLAVERIA. Counseling integrativo-relacional duelo y pérdidas, Máster IL3 Universidad Barcelona, Instituto IPIR. Terapeuta floral. Lic Ciencias Biológicas Univ Barcelona.Información y consultas 652631831. Este blog es un espacio donde encontrarás información sobre el acompañamiento en el duelo y las pérdidas, la terapia floral y también algunos de mis intereses personales: fotografía, viajes, películas, entrevistas,reflexiones....Gracias por visitarlo y compartirlo
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Educación para el futuro
En el libro Inteligencia emocional y Flores de Bach, Tipos de personalidad en psicología contemporánea, de noviembre del 2005, Boris C. Rodríguez y Ricardo Orozco, explican el despertar de la conciencia de las emociones.
En el programa Redes, Educar para fabricar ciudadanos, vemos a Eduardo Punset asistiendo a las Jornadas celebradas en Washington DC, Educando a los ciudadanos del mundo para el siglo XXI.
En el campo de la educación uno de los retos para este siglo es la importancia de unir la ciencia educativa y la tradición contemplativa budista, potenciar una educación en valores.
El Dalia Lama fue invitado y participante de honor en estas Jornadas y podemos seguir sus palabras en el programa, tambien podemos ver a Daniel Goleman, autor de Inteligencia emocional.
martes, 15 de diciembre de 2009
Sentimientos
Se titula L'ofici de viure bé. Eines útils per al benestar emocional. En castellano El oficio de vivir bien.
En el último capítulo sobre La vida, la enfermedad, la muerte y el agua, encontramos la entrevista que realizó el 12 de diciembre del 2007 con Anji Carmelo, doctora en Metafísica.
Anji Carmelo es autora de libros sobre la enfermedad, el duelo y la muerte. Ayuda a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido.
"Cuando muera seré un ser invulnerable"
--Totalmente liberada de este magnífico cuerpo físico que todos tenemos y en un estado sin limitaciones, sin miedos, sin dudas. Nuestra existencia física nos encadena a los miedos y a la vulnerabilidad. Al morir, seré un ser invulnerable.
--¿Un ser? No tendrá conciencia de ello. No tendrá conciencia.
--Al contrario, la conciencia no se va, aumenta. Nuestro cuerpo nos está impidiendo que nuestra conciencia llegue hasta donde tiene que llegar. En estos momentos nuestra conciencia está por todo el universo, pero está como atada al cuerpo. Excepto, por ejemplo, cuando soñamos, porque entonces alcanzamos nuestras ilimitaciones.
--¿A usted le sucede a menudo?
--A las tres o a las cuatro de la madrugada. Me despierto y veo cosas que no había visto antes y que utilizo en mis libros y charlas. También me pasa en la ducha.
--Claro, es doctora en metafísica.
--Le pasa a todo el mundo, aunque no sea consciente de ello.
--¿Qué es la metafísica?
--La ciencia de lo invisible. Todo lo que realmente es, está más allá de lo visible.
--No lo entiendo.
--Todo lo que es auténtico o esencial no tiene nada que ver con lo que podemos ver y tocar.
--¿Con qué tiene que ver?
--Con esa parte nuestra que ahora se está expresando a través del cuerpo físico, pero que muchas veces no necesita al cuerpo para realizarse; esos mundos interiores, esas profundidades que cuando intentamos explicar, exteriorizar, se nos van.
--Algunos a eso lo llaman alma.
--O cuerpo esencial. Tiene tres expresiones: amor, sabiduría y voluntad.
--¿Usted cree en Dios?
--Sí, pero no en una figura concreta, sino en una fuerza creadora.
--¿Cómo se la imagina?
--Está en todo. Es lo que da chispa a las cosas, a todo.
--Usted acompaña en los procesos de duelo. Parece una vida triste.
--Yo no siento la tristeza. He pasado mis duelos y pérdidas, y cada vez que pensaba que no sobreviviría a una muerte cercana, he sobrevivido y he salido más reforzada, más persona, con más recursos. Cuando me llega una persona con mucho dolor, voy más allá y veo todo lo que va a llegar a ser cuando supere ese abatimiento. Si yo no intuyese su futuro, no podría ayudarla, porque me contagiaría la tragedia de su pérdida.
--Nos cuesta aceptar la muerte.
--Cuando es lo único que tenemos seguro. Además, es la gran conocida. Hemos llegado aquí hoy con incontables muertes a nuestras espaldas. Para crecer, lo que ya no sirve tiene que morir para dar lugar al cambio.
--¿Por qué cuesta tanto dejar ir?
--Cuesta soltar la materialidad. Nos identificamos con lo material y creemos que somos más si tenemos más cosas. Pero si empezamos a vivir lo que no es perecedero, los sentimientos, motivaciones e inspiraciones, llegará un momento en que podremos soltar nuestro cuerpo físico porque ya no formará parte de nuestra importancia como ser.
--Tenemos motivaciones porque tenemos un cerebro, cuerpo físico.
--El cerebro no es la base de la conciencia. No necesariamente se tiene que vivir a través del cuerpo. La gran frustración es reducir todo lo que somos y sentimos y pensamos a este cuerpo. Estamos aquí para cambiar.
--¿Y después?
--Una vez conectamos con la parte inmortal de nosotros, la parte que no se muere, empezamos a vivir de forma distinta. Empezamos a no dar importancia a las cosas perecederas, a comunicarnos y a conectar con los demás de otra manera, creando espacios permanentes y eternos.
--¿Eternos?
--Llega un momento en que da igual que el otro esté en Hong Kong, por ejemplo. Esa persona está conmigo igualmente y yo estoy con esa persona. Igual que está en Hong Kong, podría no estar. En cierto modo, la muerte es una liberación. Cuando un ser querido nuestro muere, nos está liberando, porque ya sabemos que esa persona siempre va a estar con nosotros y no habrá pérdida.
--A veces, los muertos están más presentes en nosotros que cuando estaban vivos.
--Sí. El padre de un amigo era cocinero. Murió. Mi amigo está más ahora con su padre que cuando estaba vivo. Lo siente con él cuando cocina.
--¿Tiene eso alguna explicación metafísica?
--La física cuántica demuestra que, energéticamente, una implicación con alguien, especialmente si hay amor, hace que las energías se intercambien. Esas energías están con esa persona ya en vida y, cuando muere, su energía sigue en nosotros.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Más sobre equilibrar
Claudio Naranjo: La Escuela se usa para domesticar
Hoy imparte en Barcelona la conferencia Cambiar la educación para cambiar el mundo y el viernes presenta en la misma ciudad la fundación que lleva su nombre.
Claudio Naranjo (Valparaíso, 1932) es un sabio de rostro algodonoso y polar. Tal vez se dejó barba para disimular su ojos de niño, y sus dientes. Lleva unos zapatos inquietantes, raro cruce de zueco agujereado y chancla. Afirma que los conflictos mundiales no se solucionan con conferencias internacionales de políticos, sino cambiando la educación. La esperanza: nuestros hijos. Para Naranjo, la felicidad es el equilibrio entre el pensar, el sentir y el querer. Y realizar el potencial de nuestro ser.
--Dice que el sistema educativo solo sirve para mantener la sociedad actual. ¿Cómo podemos cambiar el mundo con la educación?
--La educación tendría que pasar de ser un órgano reproductor de la sociedad que tenemos a ser un órgano de fomento de la evolución. Habría que dejar de usar la educación como sistema de adoctrinamiento o de reclutamiento para esa sociedad. Hay un elemento despótico: se usa la escuela para domesticar. Tendríamos que usar la educación para formar seres completos.
--¿Y qué es un ser completo?
--La educación actual solo se ocupa de la mente racional, práctica, instrumental, como si fuéramos solo eso. Se crean seres egoístas y prácticos que no tienen una dimensión del goce de la vida. No parece legítimo educar para la felicidad. Si se calculara el precio de la infelicidad que se crea, se vería lo antieconómica que es nuestra educación. Crea gente infeliz, que desarrolla neurosis y enfermedades psicosomáticas, que no funciona bien en el trabajo.
--Usted no está a favor de las notas.
--El sistema de aprendizaje basado en notas viene a decir que hay que aprender para comerse la zanahoria. Las cosas verdaderas se aprenden por amor a aprender, por amor a la verdad, por deseo de saber. Los niños tienen gran curiosidad, pero se les va matando esa curiosidad cuando se les obliga a repetir cosas aprendidas. Sobre su pregunta anterior, un ser completo no es solo un ser inteligente; también es amoroso y tiene una sabiduría instintiva. Esta sabiduría es sagrada para las culturas chamánicas, que tenían mucho contacto con el animal interior. El alma es como un animal.
--¿Los maestros tienen que estimular al animal interior?
--Sí. ¿Sabe cómo? Enseñando con una actitud amorosa. No siendo explotadores disfrazados de buenos maestros.
--¿Explotadores?
--Le roban al niño muchas horas de su vida durante muchos años de escuela. Lo mantienen en una incubadora, inmóvil en la clase aprendiendo estupideces que poco le van a servir para la vida. La verdad no se aprende en libros que hablan de lo que dicen otros libros. Eso es un conocimiento muerto. No hay prueba científica de que la educación de ahora sirva para el desarrollo de las personas. Por suerte, los niños tienen el buen instinto y sentido que les dice: "Esto no va conmigo, no responde a mi situación existencial".
--Y, además, está el ego. Se nos educa para cultivar el ego.
--El ego es una prisión. Una mente chica. Un tejido de emociones destructivas y carenciales. Por eso, la envidia, el orgullo, son lo que mueve a la mayoría durante la mayor parte de su vida. Hay que conocer al ego para no ser su esclavo.
--¿Cómo es su ego?
--Es un buen burrito de carga. Lo uso para mis tareas.
--Según usted, ¿cuál es el mayor problema del mundo?
--El virus del lenguaje. Se mira todo a través de un exceso de juicios. No vivimos de forma natural, sino a través de conceptos intermedios, de lo que debería ser y cómo debería ser. Y el dinero. Hoy en día, lo único grande es el dinero. Es como si la gente estuviera loca por el dinero. Como decía Antonio Machado, solo un necio confunde valor y precio.
--¿Qué es lo real?
--La experiencia vivida. Pero la experiencia humana es como la cebolla. Hay cosas profundas y superficiales, incluso en el mundo emocional. Para un místico, lo real es el meollo de la conciencia. El ser es lo real. Y la gente no tiene esa experiencia del ser. La gente busca el ser generalmente donde no está: en el placer, en la intensidad, en tener. Casi toda su vida es un sentido de déficit, porque no saben que existen. Una persona que ha llegado a sí misma es la que ha llegado a saber que es.
--Usted lo descubrió en el desierto.
--Fue la sala de partos. El comienzo de una nueva vida. Yo era un buscador sediento, me había acercado a muchos maestros, pero no había metido la cabeza en el cielo, excepto con algunas experiencias psicodélicas. En el desierto empezó la posibilidad de encontrar una conciencia contemplativa, de entrar en contacto con lo divino, se le llame como se le llame, porque yo no simpatizo con los que hablan de Dios.
--Dios no está de moda.
--Y con razón, porque se ha usado su nombre más que en vano. El nombre de Dios lo han usado mucho los bandidos.
--Y usted ¿qué quiere ser cuando sea mayor?
--Yo ya llegué al cielo, y lo perdí. Me gustaría terminar de volver a la tierra. Sembrar aquí, en la tierra, lo que encontré en el cielo. Yo estoy creciendo, estoy en desarrollo. Por ejemplo, cada vez hablo con más fluidez. También me gustaría tener el corazón más grande, servir más a los otros y estar al servicio de lo que la vida me diga.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Los bosques de hayas en el Montseny
Al dejar el coche cerca de la fuente de Passavets teníamos una temperatura exterior de cero grados, y como dice Jordi, cero grados, ni frío ni calor, así que hemos iniciado la ascensión por el bosque gris de hayas y con el suelo bien cubierto con sus hojas caídas, hemos llegado a la cima del Turó de l'Home de 1.707 metros donde está instalado un observatorio metereológico desde 1932 y a donde también se puede llegar por carretera.
Bosque de hayas, Fagus sylvatica, camino del Turó de l'Home
El Turó de l'Home, 1707 m
Intentar equilibrar
Esta entrevista se publicó en El Periódico el 22 de octubre 2008, y Carl Honoré nos explica como aplica su elogio de la lentitud en algunos aspectos de su vida cotidiana.
Carl Honoré autor de Elogio de la lentitud: Hemos secuestrado la niñez
GASPAR HERNÁNDEZ
Este autor de best-seller afirma que presionamos demasiado a nuestros hijos y que no les damos ni tiempo ni espacio para desarrollarse.
--¿Sabe cuál fue la chispa? Una reunión entre padres y maestros del colegio público de mi hijo de 7 años, en Londres. La profesora de arte estaba entusiasmadísima con él, y me dijo que sería un artista maravilloso y dotado. Salí corriendo del colegio y me puse en Google a buscar escuelas de arte pensando que mi hijo iba a ser el próximo Picasso. Hasta que lo hablé con él.
--¿Y cuál fue su reacción?
--Me dijo que él no quería dedicarse al arte. Que le gustaba dibujar, y punto. Y después me preguntó: "¿Por qué los adultos siempre lo tenéis que controlar todo?". Y fue entonces cuando me di cuenta de que quería acelerar el desarrollo de mi hijo, sin paciencia.
--¿Ejercemos demasiado control sobre los hijos?
--Sin duda. Estamos en un momento inquietante de la historia: los adultos hemos secuestrado la niñez de una forma nunca vista. Los políticos y burócratas han distorsionado la educación pública para transformarla en una fábrica: se trata de atiborrar a los niños con información académica y evaluarlos constantemente con pruebas y exámenes. Y también la industria publicitaria ha colonizado los rincones más íntimos de la niñez, para vender productos a los chicos.
--¿Y los padres, qué papel tienen en este maremágnum?
--Estamos en la línea de fuego. Oscilamos entre hacer demasiado, pasarnos con la exigencia del mejor currículo para nuestros hijos, y el otro extremo, que es no hacer lo suficiente. Esto no está funcionando.
--¿Con valores más rígidos, tendríamos una generación mejor?
--No estoy a favor de crear una cultura rígida alrededor de los chicos. Se trata de encontrar un equilibro entre la libertad y los límites que siempre necesitan para sentirse seguros y aprender a manejarse en un mundo basado en reglas y etiquetas. No veo mal la idea de imponer límites; es una necesidad básica. Pero el movimiento conservador promueve una rigidez excesiva: estos políticos están en contra de liberar la imaginación y la creatividad.
--Cada vez se detectan más depresiones, más desórdenes de la alimentación...
--Hay cosas fundamentales que no están funcionando. Si analizamos la energía, el tiempo y el dinero que estamos invirtiendo en nuestros hijos, tendríamos que asistir al nacimiento de la generación más brillante, más sana, más feliz de todos los tiempos. Pero los resultados nos dicen lo contrario. Hay muchos problemas de salud y salud mental entre nuestros hijos.
--Pero las intenciones siguen siendo buenas.
--Sí, todo empieza de un impulso positivo: hacer lo mejor para nuestros hijos. La ironía es trágica: lo estamos haciendo fatal. Les presionamos demasiado. No tienen ni el espacio ni el tiempo para desarrollarse cognitivamente.
--Según decía Claudio Naranjo en esta contraportada, educamos la razón, no la intuición.
--Estoy totalmente de acuerdo con Naranjo. Hemos creado una sociedad con miedo a la duda y a la incertidumbre. Queremos que todo sea blanco y negro, y cuantificable. La cultura del management ha terminado contaminándolo todo. Queremos balances y números, y eso es contrario a la verdadera intuición.
--Y usted, ¿cómo consigue aplicarse el cuento?
--Con pequeñas cosas. Intento estar con mi hijo en casa, sin controlarlo. Dejarle, por ejemplo, jugar, mientras yo cocino, sin controlarlo. Cenamos juntos con el televisor apagado. En nuestra casa es fundamental comer una vez al día juntos, sin televisor, y hablando.
--¿Cómo le cambió su apuesta por la lentitud?
--Hay un antes y un después. Antes trataba de hacerlo todo lo más rápido posible, y ahora lo intento hacer todo lo mejor posible. Una vez haces este clic, ya no buscas el camino más corto ni el más rápido, y colocas la calidad antes que la cantidad.
--¿En qué se concreta?
--Digo mucho que no. Digo no a proyectos de trabajo, a fiestas, para no caer en la trampa de estar sobrecargado. Priorizo las cosas importantes. El resultado es que disfruto más de la vida porque no paso volando por ella: no estoy haciendo cuatro cosas al mismo tiempo.
--¿Qué relación tiene con las nuevas tecnologías?
--Mucho más sana que antes. El móvil lo tengo casi siempre apagado. Con el correo electrónico me he impuesto una disciplina muy fuerte, de hierro. Tengo franjas fijas en que lo apago, para no estar pendiente siempre de él. Cuando tengo que acceder a un modo de pensar fértil y creativo, el pensamiento slow (lento), apago el correo electrónico. Estamos enloquecidos con el mail. Hay que desenchufarse.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Fuerza y coraje
Lo fue La vida en la puerta de la nevera por la especial manera en que estaba escrito, con frases cortas que aunque transmitian unos mensajes contundentes y precisos, nos hacían ver la necesidad de ese contacto físico que va más allá de las palabras y que a veces dejamos de lado.
Ayer también en un día leí Mi cáncer y yo, escrito por Susana Frouchtmann, un libro donde Susana relata con precisión y valentía su experiencia personal.
Hortensia Gago, su amistad es uno de los regalos que me ha ofrecido la vida, lo adquirió en la presentación en la Fundación Aves y me lo prestó hace unos días.
De principio, incluidos los dos prológos, a fin, el libro llega y transmite unos mensajes que a modo de resumen son:
La necesidad básica de asumir nuestra propia responsabilidad, de la importancia de compartir y de apoyarnos en nuestro entorno, de hacer una correcta valoración de nuestra alimentación, de lo que comemos y de cómo lo comemos.
La lectura del libro aporta fuerza y coraje, no sólo consejos sino también motivos para seguir adelante ante situaciones nunca fáciles ni sencillas.
jueves, 10 de diciembre de 2009
Tres novelas
¿Qué tienen en común estas tres novelas?
Antes de morirme escrita por Jenny Downham
El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon
El niño con el pijama de rayas de John Boyle
Pues a su editor, David Fickling
Iba a comentar la última que he leido, Antes de morirme de Jenny Downham, una novela que nos explica como su protagonista Tessa de dieciseis años hace una inmersión rápida y acelerada en el caminar por la vida y por la muerte para lo que elabora una lista con deseos que quiere cumplir.
Nos muestra como va compaginando sus deseos con una realidad que hace que en muchas ocasiones no sean fáciles de cumplir, lo que no quiere decir que sean imposibles y como cambia la relación con sus padres y su hermano.
Buscando la portada en el google descubro que el editor David Fickling lo es también de otras dos novelas que recomiendo especialmente:
El curioso incidente del perro a medianoche, donde Christopher un niño especial se propone resolver el asesinato de un perro.
Y El niño con el pijama de rayas la historia del hijo de un comandante nazi en el campo de concentración de Auschwitz en la Segunda Guerra Mundial
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Recordar
Lo estuve viendo y recordando algunos de los lugares que visitamos y lo mucho que todavía nos queda por ver.
martes, 8 de diciembre de 2009
Flora en la Patagonia
Frutos de notros, Embothrium coccineum
Leonita rosada, Leucheria hahnii
Mata guanaco, Anarthrophyllum desideratum
Mozaiquillo, Baccharis patagonica
Anémona, Anemone multifida
Calindrima o Oxalis ???
Lirio de campo, Olsysium biflorum
Parrilla, Ribes magellanicum
Hojas de lenga, Nothofagus pumilio
Flor de la cascada, Ourisia poeppiggi
Hojas de ñire, Nothofagus antarctica
Ranúnculo, Ranunculus peduncularis
???
Mata negra fueguina, Chiliotrichum diffusum
Diente de león, Taraxaxum sp
Chacay ???
Calafate, Berberis ilicifolia
Estados de ánimo
De todas manera he encontrado algunas de anteriores y que también son muy interesantes como esta con TSEWANG TAM, médico personal del Dalai Lama.
Una de las preguntas es sobre cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades.
El doctor Bach comentaba que en la enfermedad se produce un cambio del estado de ánimo respecto a la vida cotidiana y describió treinta y ocho estados diferentes y un remedio para cada uno de ellos.
TSEWANG TAM, médico personal del Dalái Lama
30 de enero del 2008
"La paz interior es la mejor medicina"
Ha recibido diversos reconocimientos y medallas de oro en medicina a nivel internacional y estos días visita por primera vez Catalunya.
GASPAR HERNÁNDEZ
--¿Si soy feliz no enfermaré?
--Si eres feliz, no tienes por qué estar enfermo. Pero este ser feliz no significa que en un momento u otro de tu vida no pases por la experiencia del sufrimiento. Podemos sufrir o sentir dolor, y a la vez ser felices.
--Pues qué bien. ¿Lo puede argumentar?
--La infelicidad proviene del miedo, de la ansiedad, del pensar demasiado y angustiarse a base de darle demasiadas vueltas a los problemas.
--¿Cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades?
--La influencia es del cien por cien. Si usas mal tu mente, como por ejemplo preocupándote demasiado, te creas sufrimiento, y eso puede derivar en enfermedad.
--Le pregunto lo mismo que hace un mes le preguntábamos a su colega, el Lama Lobang: ¿cuál es la causa principal de enfermedad, según la medicina tibetana?
--La pérdida del estado de equilibrio del cuerpo.
--Pero a veces los motivos vienen de fuera. Estos días, mucha gente tiene la gripe...
--Los gérmenes nocivos y virulentos son una causa, pero solamente secundaria. Los gérmenes nocivos por sí mismos no pueden producir enfermedades si no encuentran un terreno propicio.
--¿Cómo está su paciente, el dalái lama, de salud?
--Estupendamente. Solo tiene usted que mirar cómo se mueve, cómo habla, lo ágil que está y lo mucho que trabaja, con horarios increíbles. Los jóvenes no puede aguantar su paso.
--Él, que está tan entrenado para ser feliz, vivirá más de 100 años...
--La duración de nuestra vida, la longevidad, tiene mucho que ver con la felicidad que cultivemos. La paz interior es la mejor medicina. También para vivir más años. Las preocupaciones interfieren en el funcionamiento de las células de los órganos. Y eso lleva a tomar medicamentos, y a estar cada vez peor.
--¿Algún otro consejo?
--Prestar mucha atención a lo que comemos.
--¿Cuál es su truco para conseguir la felicidad?
--Estar satisfecho con lo que haces y contento con lo que tienes. Y, sobre todo, no compararte nunca con los otros. La sociedad occidental estimula mucho la comparación, compararse con lo que tiene el vecino, y eso solo conduce a la infelicidad.
--Las religiones, en teoría, tendrían que ayudar...
--Son un buen camino para conseguir la felicidad, porque nos enseñan cómo querer más y cómo estar mejor con nosotros mismos. No solo el budismo. Una vida espiritual ayuda mucho.
--¿Y usted es feliz?
--Sí. Estoy contento con muchas cosas. Intento mantener el equilibrio siendo consciente de que no hay fin para el sufrimiento, a no ser que estés iluminado.
--¿Qué actitud recomienda a sus enfermos?
--En primer lugar, entender qué es lo que causa el sufrimiento, pero no solo su sufrimiento particular, sino el sufrimiento en general. Y, por otro lado, analizar cómo se puede haber generado su enfermedad y rectificar actitudes. Si nos duele el estómago, no se trata de buscar las pastillas que nos van a aliviar el dolor, sino variar comportamientos para que eso no vuelva a ocurrir. Preguntarme qué estoy haciendo yo para que me esté pasando eso, qué circunstancias están generando esa enfermedad que ahora me hace sufrir.
--¿Y algo más práctico?
--Leer libros sobre el amor y la compasión, por ejemplo. Escuchar música, un abrazo, hablar. Depende del carácter de cada persona.
--¿Y reír?
--Es muy importante. La risa cura.
--¿...?
--Le pondré un ejemplo. Durante mucho tiempo se ha tratado a los enfermos de sida como apestados. Les faltaba amor, contacto humano, y, por tanto, risas. Todo eso también es importante para curarse. De hecho, la curación es un arte.
--Usted cree en la reencarnación. En esta vida, como médico, está haciendo el bien. ¿Qué le gustaría hacer en otra vida?
--Lo mismo. Estoy muy bien siendo quien soy. Lo que eres hoy depende de lo que fuiste en vidas anteriores, y tus siguientes vidas serán según lo que estés haciendo ahora.
--La gente que ahora no sufre, ¿en vidas pasadas hizo bondad?
--Exactamente. Pero, atención, porque si no aprovecha esta existencia para llevar una vida sana y feliz, en el futuro se le acabará, si me permite la expresión, el crédito. Es importante entender el sufrimiento de los demás, aunque uno no lo haya sufrido o no lo sufra: entender el fuerte dolor de cabeza del compañero de trabajo, aunque tú no lo sufras.
Vendedora mercado en Bukhara
lunes, 7 de diciembre de 2009
Mirar al cielo
domingo, 6 de diciembre de 2009
Visita a Mount Vernon
Centro Bach en Mount Vernon
Próximo a la localidad de Wallingford se encuentra Brightwell-cum-Sotwell, donde está situado Mount Vernon, el Centro del Dr. Bach.
Centro Bach en Mount Vernon
Llegamos un domingo por la tarde y aunque sabíamos que la visita al interior de la casa era sólo por las mañanas, poder subir los escalones que dan acceso al arco donde cuelga el rótulo Mount Vernon, caminar por el jardín y llegar hasta la puerta de la casa, me satisfizo plenamente.
Puerta de entrada a la casa del Centro Bach en Mount Vernon
Wallingford, antigua fábrica de cerveza
Wallingford es una población tranquila en la que destaca un inmenso parque con docenas de White Chestnut, Aesculus hippocastanum, -el único de los 19 últimos remedios que se prepara por el método de solarización-, luciendo sus flores erguidas y esplendorosas, que también pudimos observar a lo largo de todo el país.
White Chestnut ,Aesculus hippocastanum
A las nueve de la mañana del lunes 30 de abril ya estábamos en Brightwell-cum-Sotwell. El Centro Bach no abría hasta las 10, así que nos acercamos al pequeño cementerio de la iglesia de Saint James, donde encontramos la sencilla tumba con la inscripción:
"Edward Bach M.B. B.S. D.P.H.[1]
1886 - 1936 Behold I am alive for evermore".[2]
Cementerio iglesia Saint James, en primer término tumba del doctor Edward Bach
(1) M.B. (Bachelor of Medicine - Bachiller en Medicina). B.S. (Bachelor of Surgery - Bachiller en Cirugía). D.P.H. (Diploma in Public Health - Diploma en Salud Pública)
(2) Ahora estoy vivo por los siglos de los siglos
De vuelta al exterior del recinto un gran Red Chestnut, Aesculus carnea mostraba sus flores rojizas-rosadas formando racimos erguidos. La afirmación del Dr. Bach en cuanto a la capacidad de sanarnos a nosotros mismos y también de ayudar a otros a sanarse a si mismos, para lo cual sólo son necesarios el amor y la compasión, era algo a recordar y que podía llevarme como mensaje.
A las diez de la mañana pudimos entrar en la pequeña casa de Mount Vernon, a la que el Dr. Bach llegó en 1934 y dónde escribió la nueva edición de Los Doce Curadores y los Siete Ayudantes, publicada en julio de ese mismo año.
En su interior, una estancia pequeña con los muebles de madera, sillones, mesa y armario, hechos por el propio Dr. Bach, desprende armonía y paz.
Sobre la chimenea un escrito repite la palabra Paz en varías frases. En el interior de unas vitrinas están las tinturas madres preparadas por el Dr. Bach. En las paredes hay dibujos de las Flores y una pequeña mesa con las fotografías de Nora Weeks y Victor Bullen que, como se indica en la portada de su libro The Bach Flower Remedies, eran "amigos y colegas de Edward Bach".