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Práctica zen

PILAR VIDAL CLAVERIA. Counseling integrativo-relacional duelo y pérdidas, Máster IL3 Universidad Barcelona, Instituto IPIR. Terapeuta floral. Lic Ciencias Biológicas Univ Barcelona.Información y consultas 652631831. Este blog es un espacio donde encontrarás información sobre el acompañamiento en el duelo y las pérdidas, la terapia floral y también algunos de mis intereses personales: fotografía, viajes, películas, entrevistas,reflexiones....Gracias por visitarlo y compartirlo
Joan de Déu destaca que la eneuresis es principalmente un problema fisiológico y anima a los afectados a romper el tabú | El 95% de los casos se debe al sueño profundo, al tamaño de la vejiga o a una inmadurez hormonal
ANA MACPHERSON | Barcelona | 16/10/2010 | Ciudadanos
Mojar la cama es inevitable para el 16% de los niños y niñas de 5 años, el 11% de los de 7 años, el 2,5% de los de 19 años y el 1% de los adultos. Desde el servicio de pediatría de Sant Joan de Déu se reclama respeto, comprensión y más "salir del armario" para que los pipís nocturnos dejen de ser motivo de sufrimiento.
"Nadie moja la cama voluntariamente", es la primera consigna del pediatra Santiago García- Tornel. El control de los esfínteres es en gran parte voluntario y mientras se duerme no funciona. Sólo las alarmas que envía al cerebro la vejiga urinaria. Y si esta señal falla por un sueño profundo, o porque la vejiga es más pequeña de lo habitual, o más activa, o porque la hormona responsable de que la orina se concentre de noche no funciona aún bien en su organismo, su dueño no se levantará a solucionarlo y despertará mojado. "Esas son las causas en el 95 por ciento de los casos", señala el pediatra, aunque reconoce que el sueño profundo no ha habido forma de medirlo con garantías.
Pero el circuito del niño que moja suele ser más complicado. "Probamos con una psicóloga y los calendarios lunares, hojas donde apuntas si se ha escapado o no. Probamos la medicación y le sentó fatal, se hinchaba. Y también probamos el clásico de levantarlo por las noches varias veces, y qué va", enumera Noemí, madre de un niño de diez años. El medicamento que tomó, la desmopresina, aumenta la concentración de la orina por la noche; ese fenómeno de concentración es algo natural en la mayoría, pero hay personas que por inmadurez o por otros motivos no la concentran y acumulan tanta orina como de día. "Ahora sabemos que tiene la vejiga pequeña y que con el tiempo crecerá y cada vez irá a menos. Y toma unas pastillas".
Además, tiene sus trucos. Va de colonias y se coloca el pañal dentro del saco. Nadie le ve. Como también tiene problemas de día y continuamente pide ir al baño –y no siempre le dejan en clase–, cuando juega al fútbol y llega al vestuario acostumbra a quitarse pantalón y calzoncillos juntos y así no hay preguntas. Por si acaso.
Esa ocultación es un drama innecesario, según denuncian los pediatras. "La mayoría no tiene trastornos psicológicos, pero acabará teniéndolos", señala García-Tornel. "Es importante desmitificar, y por eso buscamos adultos que hayan sufrido ese estigma, para convertirse en referentes de los niños", invita el pediatra de Sant Joan de Déu. Para que sepan que es el algo que se puede decir, porque cada día cinco millones de niños europeos menores de 15 años se levantan mojados. "Y muchos temen dormirse y se pasan horas en alerta para que no se escape".
"Durante muchos años fue desesperante, porque ahora hay dodotis más eficaces, pero en mis tiempos todo se lavaba a mano", cuenta Pepe Carretero, pintor manchego de 48 años que mojaba la cama durante su adolescencia y ha decidido dar la cara para acabar con este doloroso tabú. "La madrugada era un suplicio, intentaba mantenerme despierto porque mi madre se enfadaba. Y no puedes evitarlo". Recuerda las limitaciones: "Ni casas de amigos, ni vacaciones donde alguien pudiera reírse de mí. No sabía de nadie a quien le pasara esto. Era un secreto casi familiar. Sólo lo sabían mis tíos. Y una noche oí cómo mi madre lo comentaba con unos vecinos. Y salí corriendo".
Las reacciones de los padres son ahora menos duras porque hay más información y más posibilidades de recibir ayuda, "pero, por favor, no digas nombres, porque se sentiría fatal". Lo reclama la madre de un niño de 13 años que hace uno descubrió que su hijo tenía vejiga pequeña y por eso moja la cama. Hasta los 6 años le quitaron importancia. Luego empezaron con medicación, alarmas eléctricas en la ropa interior, un año de tratamiento psicológico. Ningún resultado. Cada noche. "Un amigo nos aconsejó un especialista y le hicieron pruebas. Efectivamente, tiene la vejiga pequeña y muy activa, por eso tiene continuamente sensación de urgencia y ha de ir al baño cada dos por tres a lo largo del día". La medicación le ha solucionado el día. La noche ha mejorado, pero aún no se ha arreglado. "Pero el niño crece y también su vejiga", explica la madre.
Tampoco él conoce a otros niños a los que les ocurra lo mismo, aunque en su clase seguro que hay alguno más. Por estadística.
"Lo mejor ha sido saber qué le pasaba. Le tranquilizó mucho, porque a menudo preguntaba si él era raro".
Atrás quedaron el restregarles la sábana mojada por la cara, los linimentos en los testículos, los insultos, las tortas y un largo ritual de horrores que la humanidad ha desarollado contra un problema totalmente involuntario.
La filosofía está tan de moda en Francia como lo estuvo el rock.
¿Se matriculan muchos estudiantes en Filosofía?
Hay muchos ciudadanos que quieren aprender. Hace 20 años que no paran de abrirse cafés filosóficos,siempre concurridos, y los debates de ideas en radio y televisión conquistan gran audiencia...
Tal vez sea sólo una moda.
... Autores exigentes con el lector venden grandes tiradas - hasta 30.000 ejemplares-de sesudos ensayos. Se publican revistas filosóficas populares y el magazine Filosofie ha conseguido una difusión muy respetable. ¡Hasta se fletan cruceros filosóficos!
¿Vacaciones en el mar de las ideas?
Sí, cruceros debatiendo sobre las olas. Yo misma estoy sorprendida por la audiencia de mi programa de ética en Radio France... Pero no hago concesiones: mantengo el nivel, porque percibo que me lo exigen...
¿De qué filosofía hablamos?
No la académica, desde luego, sino una más próxima a los ciudadanos que les ayuda a formarse una opinión sobre el sentido de la existencia, el amor, la pareja, la muerte...
No son preguntas nuevas, doctora.
Son preguntas eternas, pero lo que es nuevo es la necesidad de los ciudadanos no sólo de tener una opinión, sino de tener una opinión seria, sólida, que puedan contrastar en público.
¿Y por qué la necesitan ahora?
En parte, porque los medios de comunicación han descubierto el atractivo de la opinión bien expresada y la programan en todos los formatos: encuestas, debates, tertulias, mesas redondas...
Donde todos opinan sobre todo.
... Hasta crear la necesidad en el ciudadano de tener una opinión también él mismo y por lo tanto de formarla.
¿Y eso le parece frívolo y peregrino?
En absoluto. Tal vez esta sea una moda pasajera y la primera atracción sólo superficial, pero gracias a ella muchos ciudadanos conectan con algo más profundo en su interior y crecen en ambición intelectual.
También hay mucha frívola autoayuda.
Es cierto que se aprovecha la moda para vender recetas filosóficas de felicidad...
Desde hacer maratones hasta la meditación trascendental en todas sus variantes.
Suelen ser complacientes con su lector, quien a su vez es autoindulgente. Ya hace 2.500 años que Sócrates advirtió: si quieres ser popular, sé fácil y dile a la gente lo que quiere oír. Y la gente quiere oír que existe una receta sencilla para lograr la felicidad.
¿Ocupa esta filosofía el espacio que abandona la religión?
El catolicismo en Francia y España era la formación espiritual de la mayoría, pero ha estado tan obsesionado por la moral privada, especialmente la sexual, que ha abandonado las demás dimensiones de lo humano.
Habrá de todo.
Cierto. Muchos católicos han decidido serlo en serio y han vuelto al rigor, incluso algunos al fundamentalismo. Es un síntoma.
¿De qué?
De la necesidad generalizada de mayor compromiso vital más allá del banal ir tirando.
¿En qué sentido?
El socrático: Sócrates constata que una vida sin skepsis - reflexión e indagación profunda-no merece la pena ser vivida. Sócrates no buscaba la felicidad, como la concibe un manual de autoayuda, sino la verdad.
La verdad te hará libre, pero no feliz.
Eso descubrieron los seguidores de Sócrates: la desazón del primer contacto con la verdad, que es la certidumbre de la muerte y la nada. Los existencialistas quedaron atrapados en esa sensación de desamparo y soledad en un universo absurdo. ¿Para qué esforzarse en nada si la muerte y el olvido acabarán con todo tarde o temprano?
Si no superas ese sentimiento, no vives.
Los existencialistas se negaron a esquivarlo o a intentar trascenderlo y quisieron apurarlo hasta las heces: decidieron zambullirse en el absurdo hasta encontrar un sentido en él. "No pienses el absurdo - dicen-,vívelo"...
Veo que no le satisface esa línea...
Yo creo que Sócrates nos anima a encontrar sentido a nuestras vidas con ayuda de la razón y el examen crítico de cuanto hacemos. Estoy convencida de que la racionalidad puede ayudarnos a superar ese vacío.
¿Qué razones le asisten?
Somos seres racionales y la primera respuesta es: "Si hago algo es porque soy yo". Cuando examinas tu vida, tras una gran decisión estudias instintivamente las razones por las que tú has acertado o has fracasado.
Sueles buscarte excusas o medallas.
Lo cierto es que ese juicio sólo puede ser retrospectivo. Sólo el paso del tiempo nos permitirá juzgar con exactitud a posteriori. Citaré a Bernard Williams y su Gauguin...
Cuéntenos...
Gauguin abandonó todo: mujer, hijos, amigos, porque creyó que su talento sólo se realizaría si se iba a pintar a Tahití... Y acertó.
Una cumbre del arte moderno.
Pero ¿qué hubiera pasado si se hunde su barco o si llega a Tahití y tiene una crisis creativa personal y al final no pinta nada?
Hoy sería un mal padre y un fracasado.
Se podría decir que lo único que puede justificar moralmente a Gauguin es el éxito, pero sería injusto no discriminar las razones:
Veamos...
Si se ahoga en el viaje, no podríamos culparle, pero si fracasa por su pereza o bloqueo, entonces sí sería un desgraciado.