Se puede iniciar el recorrido visitando el monasterio medieval, Mil anys d'historia d'un Monestir, la iglesia actual construida a finales del siglo XII, reúne elementos del Románico y del Barroco, el claustro donde disfrutar entre otros elementos de sus capiteles, la bodega y la galería de mediodía con vista a sus jardines.
La otra visita, Un día en la vida de Ramon Casas, basa el recorrido en la llegada de la familia del pintor al monasterio y a esta residencia, en el verano de 1924.
Construida sobre el sobreclasustro, remodelado con la supervisión del arquitecto Josep Puig i Cadafalch.
La madre de Ramon Casas (1866-1932), había comprado en 1907, el monasterio y sus alrededores, y durante años se estuvo remodelando y decorando con piezas inspiradas en el Modernismo y traídas de viajes a diferentes lugares.
Es curioso que las habitaciones tienen todas hogares, pero sin chimenea, ya que están colocados como elementos decorativos. Algunos muebles y armarios son parte del retablo barroco de la iglesia.
Cuadros del pintor como dos retratos de sus padres.
En ambas visitas, guiadas y comentadas se van viendo proyecciones con música y sonido que van explicando los diferentes espacios de la casa y de la vida de sus propietarios y huéspedes y de la historia del Monasterio y de Catalunya.
En el espacio exterior hay jardines con árboles y plantas aromáticas, uno de ellos es El Castaño de Indias, White Chestnut, Aesculus hippocastanum, sus hojas ahora marrones cubren el suelo, pero dejan ver sus formas compuestas y palmeadas.
Cuadros del pintor como dos retratos de sus padres.
En ambas visitas, guiadas y comentadas se van viendo proyecciones con música y sonido que van explicando los diferentes espacios de la casa y de la vida de sus propietarios y huéspedes y de la historia del Monasterio y de Catalunya.
En el espacio exterior hay jardines con árboles y plantas aromáticas, uno de ellos es El Castaño de Indias, White Chestnut, Aesculus hippocastanum, sus hojas ahora marrones cubren el suelo, pero dejan ver sus formas compuestas y palmeadas.
Texto y fotografías:
Pilar Vidal Clavería
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