¿Cómo hacer que nuestra relación de pareja sea un logro?
Para una relación de pareja lograda se necesitan tres cosas. Cada una es importante por sí misma y ninguna puede sustituir a las otras.
La relación sexual
El amor del corazón
La vida en común
Cuando se juntan estas tres cosas, con todo lo que forma parte de ello, el intercambio, la ayuda mutua y el apoyo, se logra la relación de pareja, entonces crecemos en la relación.
El amor se ha de someter a un orden.
El primer orden del amor en una relación de pareja es que hombre y mujer, aunque diferentes, sean de igual condición. Si así lo reconocen tienen más posibilidades.
El segundo orden es que tomar y dar han de estar equilibrados. Si uno ha de dar más que el otro, la relación está trastornada. Necesita este equilibrio. Cuando la necesidad de equilibrio entre dar y tomar va unidad al amor, cada uno da al otro y cuando se ha recibido algo del otro se le da algo más para equilibrarlo. De ese modo crece el intercambio entre ellos y, con él, la felicidad común.
Esta necesidad de equilibrio también existe en lo negativo. Cuando un miembro de la pareja le hace daño al otro, éste siente la necesidad de hacérselo también. Se siente herido. Por eso cree tener el derecho de herir también al otro, esta necesidad es irresistible.
Muchos de los que han sufrido una injusticia se sienten con derecho de hacerle también algo malo al otro. Es decir que aquí aún se añade algo más a la necesidad de equilibrio: la sensación de que por la injusticia que se me ha hecho tengo derechos especiales. Entonces no se le hace al otro sólo el mismo mal que él nos ha hecho, sino que se le hace un poco más. Pero como al otro se le ha hecho un poco más de mal, éste, a su vez, se siente con el derecho de hacerle un daño y, porque se siente con razón, también él hace un poco más. Así crece en una relación el intercambio del mal. En lugar de la felicidad crece, en una relación así, la infelicidad. Se puede reconocer la calidad de una relación en si el dar y tomar se realiza fundamentalmente en lo bueno o en lo malo.
La cuestión es: ¿cual sería la solución en este caso?, y ¿hay alguna? Sí: la solución sería volver a pasar del intercambio en el mal al intercambio en el bien. Pero ¿cómo lograrlo?
Hay un truco para eso: vengarse del otro con amor. Es decir que también se le hace daño, pero un poquito menos.
Entonces termina el intercambio en el mal y ambos pueden volver a empezar con el dar y tomar bueno. Éste es un aspecto importante de los órdenes del amor. Si se lo conoce y se actúa en consecuencia, en muchas familias las cosas pueden volver a enmendarse hacia el bien.
Hay que tener en cuenta aquí otro orden del amor, pues su no observación tiene vastas consecuencias.
Una mujer que cree ser mejor que su madre no respeta a los hombres, a la inversa también vale, por supuesto, para los hombres: un hombre que no respeta a su padre y cree ser mejor que su padre frente a su madre, no respeta a las mujeres.
Amor, Lorenzo Quinn
Fotografía: Pilar Vidal Clavería
octubre 2011