Desde los encinares de las zonas bajas a los hayedos de zonas medias, más húmedas, por encima de los 1.000 metros de altura y también especies de ambientes subalpinos en las cumbres.
En el mes de marzo las hayas están todavía sin hojas y desde lejos, la masa boscosa que en el otoño era de coloración naranja y marronácea, ahora tiene tonalidades grises, ya que en sus ramas todavía no están las nuevas hojas verdes, sólo están sus brotes largos y delgados.
Si nos acercamos a las hayas podremos ver claramente sus raíces superficiales, extendiéndose por el bosque, impidiendo que otras plantas crezcan a su alrededor. Un fuerte viento puede arrancar un árbol con facilidad.
El haya es uno de los árboles de las Flores de Bach, Beech, que es el remedio:
Para aquellos que sienten la necesidad de ver y apreciar más el bien y la belleza en todo cuanto les rodea, de tal forma que aunque muchas cosas se presenten como erróneas, tengan la habilidad de ver lo bueno creciendo en sus seno. De este modo podrán ser más tolerantes, más aceptadores y más comprensivos frente a los diferentes caminos de cada persona, entendiendo que todas las cosas trabajan para su propia perfección final.
Los Doce Sanadores
Edward Bach
En el estado Beech negativo reinan la crítica y la intolerancia, buscando errores e imperfecciones en los demás, la falta de autoestima puede propiciarlo.
Su cualidad positiva es la tolerancia, aporta una visión de la belleza para poder ver lo hermoso en los otros, capacidad para poder aceptar otros patrones de comportamiento que no sean los propios.
Beech se encuentra en el grupo del exceso de interés por el bienestar ajeno, junto a Chicory, Vervain, Vine y Rock Water.
Una de las flores que se pueden contemplar ahora en el macizo del Montseny es la Violeta de pastor, en catalán y Violeta palentina en castellano, Viola bubanii Timbal-Lagr.
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