Violeta y naranja en las Flores de Bach

El violeta y el naranja son dos colores poco representados en las Flores de Bach.

El violeta está en Gentian , sus flores son grandes en comparación con el tamaño del resto de la planta. El color de sus flores va del violeta al púrpura. Es una flor que florece tarde, en agosto y septiembre, sus pétalos se abren al sol y se cierran cuando llueve o desciende la temperatura.

El color violeta se relaciona con el séptimo chacra, el chacra corona, aunque a veces también este chacra se asocia con el blanco.
Está localizado en el centro del cráneo.
Su emoción es la felicidad, cultivarla y entregarse a lo que hay.
Relacionado con la glándula epífisis.
Es el chacra más espiritual, permite entender el estar aquí sobre la tierra para ser felices y satisfacer los anhelos de nuestra alma de alcanzar el amor, la paz y la felicidad.
Nos permite sentir que somos amados y guiados siempre por un Ser Superior que dirige nuestras vidas.

El naranja no está en ninguno de los pétalos de las Flores de Bach, solamente en algunos ejemplares de Red Chestnut, y por ser un híbrido, podemos encontrar algunas flores con un tono anaranjado, ya que normalmente son rojas.
En las anteras, parte masculina de las flores en el extremo de los estambres podemos ver el color naranja, debido al polen que contienen, como por ejemplo en Agrimony.

El naranja proporciona alegría, prosperidad y acción.

El naranja es el color del segundo chacra, localizado bajo el ombligo en la zona frontal del cuerpo y en el sacro en la posterior.
Relacionado con los órganos reproductores, testículos y ovarios.
Es el chacra de las emociones, de las sensaciones, del deseo , el placer y la sexualidad, las relaciones, el controlar y el dejarse llevar.
El elemento asociado es el Agua.

Viendo los colores en las Flores de Bach, hemos recorrido los colores del arco iris.

Rojo, naranja y amarillo que corresponden a los tres primeros chacras.
Verde, azul, índigo y violeta, correspondientes al cuarto, quinto, sexto y séptimo chacras.

Pinturas en la entrada de Ramdevra, India

Foto: Pilar Vidal Clavería